El Mundo.
Por lo que se refiere a los protocolos, Interior se negó a entregarlos aduciendo que eran materia reservada, pese a que sí permitió al comisario Sánchez Manzano utilizarlos en su demanda privada contra EL MUNDO que, como es sabido, ha acabado perdiendo de forma clamorosa. En cuanto a la identificación de los policías, el Ministerio ni siquiera se ha molestado en contestar.
Pero al margen de que el trato que Interior da a la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M sea indigno y bochornoso, está negándose a atender un requerimiento judicial. La juez que instruye el caso de la denuncia contra Manzano está ya más que legitimada para imputar por desobediencia a quienes no le facilitan la información solicitada, como así han pedido los querellantes.
Por otra parte, tal y como informamos hoy, el ex comisario jefe de los Tedax ha renunciado a recurrir la sentencia de la Audiencia de Madrid que ha dejado acreditada la «veracidad» de las informaciones de EL MUNDO sobre el 11-M. Entre esas informaciones están las que establecen que Manzano destruyó pruebas de la masacre que podrían haber ayudado a identificar a los terroristas. Esa sentencia, que ahora ya es firme, aumenta la sensación de que el 11-M continúa siendo una asignatura pendiente. El fallo admite expresamente que la «verdad judicial» -en alusión a la polémica resolución de la Audiencia Nacional- «no coincide a veces con la verdadera realidad de los hechos». Pues bien, dado que hoy la única vía para poder arrojar luz sobre la matanza es la querella abierta contra Manzano, el Gobierno tiene un motivo extra para cumplir con su obligación de colaborar con la Justicia.
La absoluta falta de cooperación de Rubalcaba es muy sospechosa. Si un Gobierno debe estar al servicio de los ciudadanos y de la Justicia, qué no decir cuando se trata de atender a unos ciudadanos que han sufrido en sus carnes el mayor atentado de la historia del país. Nadie se imagina al Departamento de Seguridad Nacional de EEUU desairando a las víctimas del 11-S.
Así pues, dado que lo lógico, lo normal e incluso lo políticamente correcto sería colaborar, ¿por qué ese empeño de Interior en crear dificultades aun a costa de ponerse en la diana? Si Rubalcaba y el Gobierno asumen un desgaste es por algo, y sólo se nos ocurre una respuesta: que tengan miedo a que la monolítica versión oficial de lo acontecido el 11-M pueda quedar más desacreditada de lo que ya está.
Para que luego venga a darnos clases de ética y moral, manda güebos que diría aquél. Si le quda algo de decencia como persona, no como político, que ya se sabe que no tiene, debería dimitir por higiene democrática.
ResponderEliminarÁnimo para las víctimas.
El dia 5 a las 5.