21:55 (08-01-2011) | La Gaceta
El sector comienza a recoger firmas contra la norma. Aseguran que las ventas han bajado hasta un 60%. Los empresarios insumisos crecen por toda España. “Si no derogan la ley, el negocio se hunde” aseguran los empresarios.
C. A. / I. M. Madrid
A una semana de la entrada en vigor de la Ley Antitabaco, la insumisión de la hostelería se ha extendido por todos los rincones de España. Son sólo unos pocos los que han salido a la palestra para declararse objetores, pero, según aseguran las asociaciones de hosteleros, son muchos los establecimientos que han decidido desoír las órdenes de la ministra de Sanidad, Leire Pajín, y volver a dejar a sus clientes que se enciendan el pitillo con el café. La razón subyacente: las enormes pérdidas que han registrado en la primera semana de su aplicación.
La Federación Española de Hostelería (FEHR) se ha levantado en pie de guerra, denunciando que esta ley es la más drástica no sólo de Europa, sino del mundo, y que además, es “hipócrita” porque en no persigue reducir el número de fumadores. “Si ese fuera el objetivo, se idearían planes educativos y no se seguiría ampliando el número de máquinas que se conceden a los bares”, explicaba su presidente José María Rubio. La Asociación de Hostelería de Euskadi ha ido más lejos y ha pedido directamente la paralización de la norma. “Queremos expresar nuestro malestar ante lo que consideramos un atropello”, criticaban en un comunicado.
La irritación del sector es tal, que los hosteleros consultados por LA GACETA han pedido al PP que derogue la Ley Antitabaco en el primer día de su mandato. “Si no lo hace el Gobierno, lo tendrán que hacer ellos porque el negocio si no, se hunde”, afirmaba Rodrigo Arroyo, uno de los insumisos que ya ha sido multado. Este empresario, que asegura que desde que entró en vigor la ley de Pajín, las ventas de su negocio han bajado un 60%, confirma que los hosteleros españoles están uniendo fuerzas contra la ley: “Vamos a pedir que se recojan firmas”.
Por su parte, el PP se mantiene a la espera. “Vamos a ver cuál es la repercusión de la ley y después adoptaremos un criterio”, afirma Mario Mingo, diputado del PP.
Vaya la que tiene montada la ministra, si al final la mayoría de la gente no quiere la ley, pues o tendrán que remodelarla o quitarla. Todo lo que hace esta ministra lo hace igual, es un birlebirloque.
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