sábado, 20 de noviembre de 2010

Otegi intenta que Estrasburgo presione al Estado para quedar libre


ÁNGELES ESCRIVÁ / Madrid/El Mundo

En una carta al Tribunal, asegura que está preso desde 2003 «sólo» por opinar

Zapatero embustero

Arnaldo Otegi ha apelado al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo con la intención de que esta institución presione al Gobierno y a los jueces españoles -al «Estado»- para que lo pongan en libertad. En la carta remitida, su letrado -que es el firmante de la misiva- asegura falsamente que el dirigente de la izquierda abertzale está en prisión desde 2003 únicamente por delitos de opinión y argumenta que ha de quedar libre porque «el País Vasco vive hoy una situación favorable» y él «es uno de los actores principales de esa evolución».

El Tribunal de Estrasburgo, en una inusual decisión, informó el jueves al Ejecutivo de la recepción de esta carta, fechada el día 5 de noviembre, seis días antes de que se celebrase el juicio contra Otegi por presunto enaltecimiento de ETA en el acto celebrado en 2004 en el velódromo de Anoeta.

A su vez, el Gobierno solicitó al tribunal europeo que aclarase el motivo por el que le informaba de la existencia de la solicitud del dirigente de la izquierda abertzale: tras comprobar que las intenciones del alto tribunal eran únicamente informativas y después de que éste precisara que la carta del preso no influirá en un recurso que éste tiene presentado en Estrasburgo, el Ministerio de Justicia ha decidido remitirle un informe con las causas pendientes del preso para evitar cualquier tipo de «tergiversación».

El abogado de Otegi, Didier Rouget, se dirige al presidente de la Corte subrayando que su cliente «sigue en prisión desde 2003». «En el momento de los hechos, era portavoz de Sozialista Abertzaleak, grupo parlamentario de la izquierda independentista vasca en el Parlamento Autónomo vasco. Fue condenado por injurias al Rey y por ese delito de opinión ha sido condenado a un año de prisión firme que ha cumplido. En el momento actual está todavía en prisión únicamente por otros delitos de opinión, similares a los que han sido penalizados», agrega.

Al final del texto, el abogado sostiene que «significadas personalidades solicitan la liberación de Arnaldo Otegi» y añade: «Hoy el País Vasco vive una situación favorable y el señor Arnaldo Otegi es uno de los actores principales de esta evolución. Es por ello que le pedimos, Sr. Presidente, que tenga a bien intervenir ante el estado demandado para que recupere la libertad».

La misiva contiene tergiversaciones muy estudiadas que presentan a Otegi como la víctima de una injusticia, pero que también tratan de ocultar ante el tribunal europeo que la última vez que el dirigente de la izquierda abertzale fue detenido y acusado de presunta pertenencia a banda armada, estaba intentando recomponer una organización heredera de Batasuna, formación con la que los jueces de esta Corte de Derechos Humanos fueron implacables en la sentencia en la que ratificaban su ilegalización.

Según Estrasburgo, la disolución de Batasuna vino dada por una «necesidad imperiosa» para el «mantenimiento de la seguridad, la defensa del orden y la protección y los derechos del otro» en una sociedad democrática. La sentencia dejó bien claro que los responsables de la formación ilegalizada «incitan a recurrir a la violencia» y desarboló así las filas abertzales, que habían puesto sus esperanzas en el único tribunal al que reconocían autoridad.

Así pues, en primer lugar Otegi no está en prisión desde 2003. De hecho, en esas fechas se reunía con representantes socialistas en secreto para preparar un proceso de negociación que fue presentado oficialmente en noviembre de 2004 en el velódromo de Anoeta ante 13.000 asistentes. Otegi intervino en ese acto en el que fueron homenajeados presos de ETA y también miembros de la banda fallecidos a los que el ex portavoz de Batasuna dio las gracias porque su esfuerzo había posibilitado que la izquierda abertzale llegara al punto en el que estaba.

En los años posteriores, el portavoz de Batasuna participó en la mesa de Loyola, formada por la izquierda abertzale, el PSE y el PNV, durante la negociación con ETA. Y, tras el atentado contra la T-4 en el que fueron asesinados los ciudadanos ecuatorianos Estacio y Palate, intervino en los encuentros secretos que se celebraron en Suiza.

No fue hasta el otoño de 2009 -en julio habían sido asesinados los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá Lezaun- cuando fue arrestado Otegi por su participación en el proceso Bateragune. Según el juez Garzón, esa nueva organización con la que se pretendía sustituir a la ilegalizada Batasuna pretendía «conseguir treguas encubiertas para Euskal Herria de acciones de ETA» y cumplía las órdenes de la banda de «crear un referente político» para la primavera de 2010.

El Supremo había condenado a un año de cárcel a Arnaldo Otegi en noviembre de 2005 por injurias al Rey, pero el Tribunal Superior del País Vasco suspendió la pena por tres años, con el informe favorable del fiscal -la negociación con ETA ya estaba en marcha-, a condición de que no volviese a delinquir. El Tribunal consideró entonces que no debían ser tenidos en cuenta sus antecedentes por secuestro en 1989 y justificó que no hubiera pagado a sus víctimas porque se había declarado insolvente.

Ésa es la sentencia, la del año por injurias al Rey, que tiene recurrida ante Estrasburgo.

Ya en prisión por el proceso Bateragune, en marzo de este año Otegi fue condenado a dos años por un delito de enaltecimiento, por participar en el homenaje a un preso de ETA. Tiene otras causas abiertas y espera la sentencia sobre Anoeta.

1 comentario:

  1. Tiene más cara que culo, que ya es decir. Este en la cárcel es donde mejor se encuentra, con sus pupilos dando teórica de independencia etc., por ello no hay que sacarlo, que se pudra el el mejor de los casos.

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