09:09 (29-11-2010)
La banda criminal llega a reclamar 800.000 euros a los chantajeados. Las cartas amenazantes se enviaron desde Álava a 100 entidades de Vizcaya a finales de octubre. Los terroristas pretenden rehacer sus estructuras.
A. Lardiés. Madrid / La gaceta
Así son las treguas de ETA. Lejos de apagar su forma de inocular el terror, la banda asesina la aumenta, si cabe. Los terroristas han redoblado el chantaje a los empresarios vascos y navarros. Las cartas de extorsión enviadas con el membrete del hacha y la serpiente en el mes de octubre reclaman, en concepto del mal llamado impuesto revolucionario, hasta 800.000 euros a cada chantajeado, según reveló ayer Europa Press. En la anterior remesa de cartas, la máxima petición era de 400.000 euros.
Esta nueva remesa de cartas ha sido masiva, con al menos 100 envíos a empresarios de Vizcaya durante los últimos días del mes de octubre. En algunos casos se trataba de la octava carta que recibían algunos empresarios. Normalmente, ETA envía hasta un máximo de cinco o seis cartas a los chantajeados antes de considerarlos objetivos.
Lenguaje duro
Estas cartas de extorsión han sido enviadas desde la provincia de Álava. Según la citada agencia, los etarras incluyen un lenguaje muy duro para intimidar a los que las reciben y lograr así que paguen.
Como ya adelantó LA GACETA, antes de que ETA decretase su “cese de las acciones armadas ofensivas”, los etarras necesitan rehacer su maltrecha estructura y reorganizarse, entre lo que se incluye la necesidad apremiante de dinero. La principal forma de financiación de los terroristas es el chantaje a los empresarios, que pagan por temor a ser atacados.
ETA jamás ha cesado en toda su actividad mientras estaba en sus diferentes treguas-trampa. La propia banda asesina aclaró, en la entrevista concedida a Gara a mediados de septiembre, que suspendía los atentados, pero no el resto de sus actividades criminales. Los encapuchados aseguraron: “ETA se reserva el derecho a defenderse en hipotéticos enfrentamientos, las habituales tareas de abastecimiento y las labores necesarias para mantener su estructura”.
Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por este diario insisten en que los etarras tienen “vocación de permanencia”, más allá de su hoja de ruta para conseguir la presencia de su brazo político en las urnas. Incluso, aunque fuera cierto, tal y como espera el Ejecutivo, que la banda criminal pretenda avanzar hacia su autodisolución a través de la “verificación internacional” de su tregua, los terroristas siguen necesitando fondos para subsistir.
ETA contiene todo un entramado que necesita alimentar. Sin ir más lejos, la asociación de víctimas del terrorismo de estado que los etarras presentarán en breve necesita 43.000 euros, según estima la banda en sus documentos.
En 2010 la banda ha enviado varias remesas de cartas de extorsión. En enero reactivaron el chantaje a los empresarios, después de casi seis meses inactivos en este asunto –la anterior remesa llegó entre mayo y junio de 2009–. Tras la primera de 2010, llegó otra un mes y medio después. En mayo volvían al ataque pidiendo entre 80.000 y 400.000 euros. En agosto lo volvieron a intentar, en septiembre hubo empresarios navarros que recibieron cartas y la partida de octubre es masiva.
Esta es la doble moral de los políticos, se pide que se acepte a los batasunos como el morrosco de eguibar, y por el otro lado les importa un bledo si les piden el impuesto a los empresarios, que dicho sea de paso, si no pagan pasarán a ser objetivos de eta, y serán los primeros en recibir el aguinaldo de este año. Todo esto gracias al beneplácito de los políticos que tenemos.
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