
En sus dos Legislaturas sólo ha registrado una iniciativa superficial sobre el contencioso pendiente
El principal partido de la oposición señala que la respuesta del Ejecutivo al pueblo saharaui «nos llena de deshonor».
                    El 24 de abril de 2004, sólo unos días después de  llegar a la jefatura del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero visitaba  Marruecos y anunciaba una solución para el problema del Sáhara en el  plazo de 6 meses. Obvió, hoy todo llevar a pensar que intencionadamente,  hacer ninguna referencia al Plan Baker, que todavía era el proyecto de  Naciones Unidas y lo que hasta entonces España avalaba.
Más de seis años después, no sólo la diplomacia española no puede  apuntarse ningún éxito en materia de acuerdos o de diálogo, sino que el  contencioso del Sáhara ha estado por completo al margen de la agenda  socialista. La única excepción fueron varias fotografías al principio de  su primer mandato en La Moncloa, como aquella que el presidente se hizo  a finales de 2004 con el secretario general del Frente Polisario o los  viajes del secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, a  los campamentos del Frente Polisario en Tinduf.
Y a partir de ahí, si te he visto, no me acuerdo, ni diplomáticamente ni  en ningún otro ámbito de la acción política. Ni siquiera ha habido el  menor guiño a la causa saharaui bajo el paraguas de la plataforma de  resonancia que representa el Parlamento español, ya que el objetivo de  acentuar la cercanía a Marruecos se ha impuesto por encima de todo,  incluso por encima de ese sentimiento prosaharaui mayoritario en el  corazón de los españoles o de las deudas históricas y hasta jurídicas  pendientes.
En las dos legislaturas de Zapatero la cuestión del Sahara ha estado  completamente al margen de la política que los socialistas han  desarrollado en el ámbito de la comisión de Asuntos Exteriores del  Congreso. En este segundo mandato, el grupo del PSOE ha registrado 34  iniciativas, y en ninguna de ellas se menciona el Sáhara Occidental. En  la anterior Legislatura registraron 43 iniciativas en comisión y sólo  una de ellas rozaba el problema.
En concreto, fue una solicitud de comparecencia del secretario de Estado  de Asuntos Exteriores «para que informase de las perspectivas del  Gobierno sobre el Sáhara tras la resolución de Naciones Unidas». Más  incoloro, imposible. Esa despreocupación por el tema no se ha alterado  ni por las crisis y protestas saharauis que precedieron a la actual. No  es la primera vez que ocurren detenciones, actos de hostigamento,  represión y hasta retenciones de periodistas españoles, aunque la  tensión, también es cierto, no llegó nunca al nivel de la que ha  acompañado el desmantelamiento del campamento Gdeim Izik.
Descrédito internacional
Por otra parte, la secretaria general y presidenta del Partido Popular  en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, aseguró que, si en  materia económica el presidente del Ejecutivo socialista   «nos llena de  descrédito a nivel nacional, la actuación del Gobierno en el Sáhara  Occidental nos llena de deshonor, porque deshonra nuestro papel en el  mundo y nuestro prestigio internacional», según informa Ep.
La doble moral de «Trini»
«El Partido Socialista quiere exigirle al Gobierno español que tome  partido para atender  esa reivindicación histórica y legítima del pueblo  saharaui». Esta lapidaria frase pertenece a Trinidad Jiménez, eso sí,  cuando aún era oposición. En un acto solidario a favor de los saharauis,  la ahora ministra de Exteriores no tuvo reparos en arremeter contra el  Ejecutivo de José María Aznar y exigirle que hiciese justo lo que ahora  ellos rechazan, tomar partido. Hace siete años Jiménez osaba decir que  tenían su «apoyo, su colaboración y su compromiso firme». Ahora, la  ministra responde que «un Gobierno serio y responsable no puede  reaccionar ante opiniones» y que «España no tiene responsabilidades en  el Sáhara Occidental». Y no le duelen prendas al despejar balones y  aconsejar que «sería conveniente que la ONU asumiera el protagonismo».  Nada queda ya de aquella «Trini» de 2003.
Que carita tiene la trini, claro entonces en la oposición todo eran carantoñas..., ahora la cosa a cambiado, esa es la doble moral que tiene.
ResponderEliminar¡Sáhara libre ya!