lunes, 15 de noviembre de 2010

Conozca las claves ocultas de la 'caída' de De la Vega


15-11-2010 - Manuel Ángel Menéndez

Conozca las claves ocultas de la 'caída' de De la Vega

Parece una obviedad, pero es lo realmente cierto: el cese fulminante de Belén Barreiro como presidenta del CIS, decisión personalísima de Fernández de la Vega en contra del presidente Rodríguez Zapatero, precipitó el cese de la propia De la Vega como vicepresidenta primera del Gobierno.

Desde su nombramiento -16 de mayo de 2008, sucediendo a Fernando Vallespín-, los enfrentamientos de Belén Barreiro con María Teresa Fernández de la Vega fueron notables a cuenta de los sondeos del CIS. Tras el último enfrentamiento -el barómetro de septiembre-, la vicepresidenta decidió manu militari el cese de Barreiro, pero en contra de lo que opinaba Rodríguez Zapatero. Para entender el maremoto que se montó en Moncloa es preciso explicar algunas interioridades.

Barreiro formaba parte del núcleo duro de la fontanería monclovita: formaba parte del equipo de José Enrique Serrano, el jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, pero también era persona de confianza de José Miguel Vidal Zapatero, director adjunto del Gabinete y primo de José Luis Rodríguez Zapatero. Es decir, ambos son del núcleo monclovita más próximo al presidente del Gobierno.

El cese de Barreiro, por tanto, sentó como un tiro en ese núcleo, al cual la fuerte personalidad de Fernández de la Vega había ido restando poder. Además, no gustó nada cómo se produjo: una decisión personal de la vicepresidenta primera, que fue filtrada a los medios de comunicación para que no pudiera haber marcha atrás y, así, poder ejecutarla en la reunión del Consejo de Ministros. Se trató, por tanto, de un 'hecho consumado' y Zapatero no pudo oponerse al mismo porque, de hacerlo, sería desacreditar a la vicepresidenta primera. No pudo oponerse, pero se la guardó.

Según confirman medios gubernamentales, Zapatero acariciaba desde hacía un año una remodelación en la que dejaba de contar con su número dos en el Ejecutivo, Fernández de la Vega, para la que, en una jugada combinatoria perfecta, le preveía un destino político pero fuera del Gobierno, afectando al mismo tiempo a otras personas. Se pensó entonces que el presidente del Congreso, José Bono, sustituyera a Francisco Vázquez en la Embajada ante la Santa Sede; a Vázquez se le nombraría Defensor del Pueblo en sustitución de Enrique Múgica, a quien le quedaban menos de ocho meses en el cargo, y a Fernández de la Vega se la colocaba como presidenta del Congreso en sustitución de Bono.



Pero este rigodón político no pudo llevarse a efecto, entre otras cosas porque se inició a principios de este año una fortísima campaña contra Bono, denunciando el aumento de su patrimonio y sus relaciones con el polémico constructor Francisco Hernando, alias 'El Pocero'. Después, tras su separación de Ana Rodríguez Mosquera, Bono, claro, no podía ir de ninguna manera al Vaticano, por lo que todo el puzzle se desintegró.

Así estaban las cosas tras el verano, momento en el que alguien barajó la posibilidad de dar una salida a De la Vega en el Consejo de Estado. "Era una solución perfecta", admiten medios socialistas, porque así "se quitaba a De la Vega de la Vicepresidencia, pero, además, de la política. Sabido es lo poco que cuenta el Consejo de Estado".

En ésas se estaba a mediados de septiembre, cuando De la Vega se lo puso fácil a Zapatero cesando de forma tan fulminante a Belén Barreiro, lo que significaba echar un pulso de poder a Serrano y Vidal Zapatero y, por ende, al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en permanente línea de actuación con los anteriores junto con la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, con la que De la Vega también había mantenido sonados enfrentamientos.

El pulso parecía haberlo ganado una vez más De la Vega, pero era sólo aparentemente. El 20 de octubre, unos días después de un acto electoral en León -en donde había afirmado que sólo cambiaría al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho-, Zapatero procedió a una amplia crisis de Gobierno, haciendo saltar a De la Vega y poniendo su propio futuro en manos de Pérez Rubalcaba. El 'núcleo duro' monclovita ganó poder...

1 comentario:

  1. Todos los cambios son para mejorar, claro está mejorar sus bolsillos, no los de los españoles.

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