lunes, 15 de noviembre de 2010

Cómplices de Marruecos




08:34 (15-11-2010)

Mohamed VI se envalentona ante la debilidad de Zapatero


Si algo ha puesto de relieve la crisis del Sáhara, es que Rabat le tiene cogida la medida a la España de Zapatero y se permite el lujo de aplicar la mordaza informativa (o incluso de retener periodistas) al tiempo que tilda a la prensa de “racista” (¿?), lo cual es una forma como otra cualquiera de insultarnos. Lo hace muy conscientemente porque no le interesa que haya testigos de sus desmanes en el Sáhara Occidental. Y la atención de la opinión pública se fija en esa parte del Magreb porque Marruecos, una vez más, ha decidido recurrir a la fuerza contra un pueblo indefenso y cuyo único recurso consiste en exponer su caso ante los medios de comunicación para que reaccionen primero la opinión pública mundial y luego los políticos. Los medios son la salvación posible del pueblo saharaui. Por eso Marruecos los cercena.

Pero la actuación de Rabat ha sido tan brutal que, a pesar del bloqueo informativo, hemos podido enterarnos con bastante detalle de la matanza de El Aaiún, entre cuyos muertos se encuentra un español. No hace falta recurrir a la palabra “genocidio” para mostrar que el Gobierno marroquí no teme incurrir en el crimen para conseguir sus objetivos. Está dispuesto a ocupar el Sáhara Occidental y someterlo a sus intereses, y ante ello no podrá oponerse ni el derecho a la vida de los saharauis ni ninguno otro que se le pueda plantear. Por eso no cabe recurrir a la razón. La única estrategia posible ante Marruecos es la oposición de una fuerza más poderosa; una fuerza moral respaldada por todos los recursos legítimos del Estado.

El problema es que el primer país que tiene que velar porque se resuelva ordenada y pacíficamente el conflicto del Sáhara es España, y está gobernado por un Gabinete que ha optado por la rendición de antemano frente a Mohamed VI. Los graves atentados contra la vida y contra la libertad de expresión no son suficientes para que el Gobierno condene la actuación de Marruecos. Trinidad Jiménez, la titular del Ministerio de Exteriores (el ministro parece seguir siendo Moratinos), sólo “lamenta” lo ocurrido, sin atreverse siquiera a señalar que el Gobierno marroquí pueda tener algo de culpa. Qué lejos queda aquella manifestación en 2003 en que Jiménez decía defender los derechos del pueblo del Sáhara Occidental. Es más, vendemos armas al país que nos invadió recientemente y, como informa LA GACETA, colmamos de millones a los tentáculos del régimen en nuestro país, como ha hecho la Junta de Andalucía.

Marruecos, claro está, tiene sus bazas y juega con ellas. EE UU opta por mirar hacia otro lado porque Mohamed VI ha prometido mantener a su país al margen de los designios de Al Qaeda. También la Unión Europea, que prefiere tener en Marruecos a un policía de frontera que a la red de terrorismo islámico al otro lado del Mediterráneo. Por lo que se refiere a España, son conocidas las pretensiones alauíes sobre parte de nuestro territorio: Ceuta y Melilla y las aguas, al menos, de las islas Canarias. Pero en todos los casos la baza de juego se la proporcionan los demás. La comunidad internacional porque debería mostrarle a la oligarquía reinante que frenar a Al Qaeda es el único modo en que se le va a permitir su privilegiada existencia. Y España, porque si tuviese una actitud firme en la defensa de sus ciudadanos y su territorio, no temería ninguna provocación de Marruecos y, en consecuencia, tampoco la favorecería. La actitud envalentonada y agresiva de Mohamed VI es inversamente proporcional a la debilidad de Zapatero.

1 comentario:

  1. Esto ya se sabe, que somos el azmerreir de todo el mundo, porque no hay nada más odioso que un gobierno que no defienda los intereses españoles.

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