sábado, 2 de octubre de 2010

El fiscal sólo pide 8 años para el 'escalón más alto del 11-M'


11-M: Otro supuesto cerebro del 11-M que se queda en nada

MANUEL MARRACO / Madrid

Zapatero embustero

La acusación contra Moutaz Almallah se rebaja a colaboración con banda armada desvinculándolo de la masacre después de que la Policía pidiera su extradición al Reino Unido alegando que «sin su intervención posiblemente no se habría producido»

Otro supuesto cerebro del 11-M que se queda en nada. O en casi nada. A Moutaz Almallah, arrestado en Londres y extraditado como «el escalón más alto del 11-M», la Fiscalía le pide sólo ocho años de cárcel como mero colaborador de un grupo terrorista, muy lejos de los casi 40.000 que llegó a reclamar a los otros supuestos cerebros que se sentaron en el banquillo.

«Sin la base doctrinal, el reclutamiento, adoctrinamiento y dirección» de Moutaz -y en menor medida de su hermano Mouhanad-, «los atentados del 11-M, posiblemente, no se habrían producido», decía el informe con el que la Comisaría General de Información reclamó el arresto de los hermanos Almallah, remitido al juez Juan del Olmo el mismo día en que se cumplía el primer aniversario de la masacre en Madrid.Sigue en página 4

La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha presentado esta semana a la Sección Segunda de lo Penal la acusación contra Moutaz. Los ocho folios del escrito incluyen varias referencias al 11-M, pero su contenido queda muy lejos del que se podía leer en las 36 hojas de informe policial que condujeron en 2005 a su arresto y posterior extradición. El hoy simple colaborador era por entonces «el escalón más alto del 11-M, sólo equiparable a Haski o Belhadj», así como «una referencia fundamental e insustituible del proceso manipulador que desembocó en los atentados del 11-M», según la Unidad Central de Información Exterior (UCIE).

A los mencionados Haski y Belhadj, así como a Rabei Osman, El Egipcio, la Fiscalía los acusó sin éxito como inductores de la masacre. Moutaz se ha sumado con tres años de retraso al pinchado suflé de cerebros porque, para cuando fue entregado por Reino Unido en marzo de 2007, el juicio por la masacre ya había comenzado. A partir de ese momento, la absolución de los otros supuestos cerebros por parte de la Audiencia y de su propio hermano Mouhanad por el Tribunal Supremo provocó que la Fiscalía iniciara la revisión a la baja del perfil con el que hasta entonces presentaba a Moutaz.

La primera evidencia fue la decisión del fiscal del caso, Miguel Ángel Carballo -sustituto de Olga Sánchez en las causas vinculadas a la masacre-, de respaldar su puesta en libertad con un escrito que era prácticamente una petición de archivo de la causa. Por contra, el resto de acusaciones mantuvieron la petición de prisión incondicional. Finalmente, el juez Eloy Velasco -sustituto de Del Olmo- le impuso una fianza de 10.000 euros que supuso su puesta en libertad. Simultáneamente, el juez acordó el procesamiento, aunque excluyendo ya la imputación por inducción de los atentados de Madrid. La acusación fiscal presentada esta semana certifica que Moutaz ha sido degradado a terrorista raso.

El escrito refleja los vaivenes con los que el Ministerio Público ha tratado la figura del acusado. Los datos que recoge arrastran ese perfil de cerebro terrorista y le sitúan muy cerca del 11-M, en contraste con la raquítica acusación de colaboración. La petición de ocho años y multa ni siquiera llega al máximo posible de 10 años de cárcel que permite el delito de colaboración con organización terrorista.

Moutaz, nacido en Damasco en 1964 y casado con una española, llegó a España en 1989 procedente de Siria y contactó con la red de Al Qaeda en España, entonces dirigida por Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah. Tras la detención de éste en 2001 -dentro de la operación Dátil-, «siguió manteniendo contacto con radicales islamistas, a los que facilitaba el acogimiento en España, para su posterior traslado fuera del país».

Para esa tarea, Moutaz contaba con uno de los epicentros de la investigación del 11-M, un local de su propiedad de la calle Virgen del Coro de Madrid en el que, según los investigadores, se adoctrinó a quienes luego participaron en el 11-M. En las reuniones estuvo presente una figura clave del atentado, Serhane ben Abdelmajid Fakhet, El Tunecino, supuesto referente ideológico de la célula fallecida en Leganés.

Las reuniones más relevantes en ese local se produjeron cuando Moutaz ya residía en el Reino Unido, donde según la Fiscalía mantenía contactos con una figura relevante de Al Qaeda en Europa, el clérigo Abu Qutada. Pese a ello, Moutaz viajaba a Madrid con relativa frecuencia para encontrarse con El Tunecino y radicalizar sus posiciones religiosas. «En las reuniones celebradas en la Calle Virgen del Coro, Moutaz Almallah Dabas tenía un papel relevante, de dirección», señala el fiscal.

Los informes policiales dejaban claro que, aunque fuera Mouhanad quien gestionara los alquileres del local de Virgen del Coro desde el traslado de Moutaz a Reino Unido, la figura relevante era su hermano: «Moutaz Almallah tiene grado más alto de formación ideológica islámica que su hermano [...], teniendo a Mouhanad como empleado suyo».

De acuerdo con la Fiscalía, el acusado se dedicaba «a crear una base de personas fomentadas en el integrismo islámico con actitud dispuesta a cometer acciones delictivas en defensa de su idea del islam. En esa labor [...] estaría situado en una escala de dirección y manipulación efectiva de grupos como los que llevaron a cabo el 11-M o, al menos, de favorecimiento efectivo de los concretos actos terroristas cometidos».

Otra de las referencias contenidas en el escrito fiscal sobre los atentados de Madrid es la que resalta que el nombre y número de teléfono de Moutaz aparecía en las agendas incautadas a varios acusados del 11-M, como El Tunecino, Basel Ghalyoun (luego absuelto), Fouad el Morabit y El Egipcio.

En términos generales, el fiscal pide ocho años por llevar a cabo «actividades de favorecimiento del terrorismo islamista: como participar en labores de captación y adoctrinamiento en la yihad, facilitar un lugar donde practicar dichas reuniones e intervenir en ellas en un papel relevante, dar cobijo a hermanos y facilitar su traslado posterior a otros lugares dentro de Europa y destinos fuera del territorio europeo (infraestructura), facilitar el uso de documentación para dichos traslados, recaudar dinero y satisfacer gastos por las antedichas actividades, obtener, almacenar y distribuir material relativo a la yihad y a sujetos vinculados especialmente a ello (Osama bin Laden)».

A juicio de la Fiscalía, todas esas actividades pondrían en evidencia «el papel trascendental dentro de la red logística necesaria para el reclutamiento de muyahidin en España que habría desempeñado Moutaz Almallah Dabas». Y añade un dato que situaría a Moutaz en el liderazgo ideológico de la masacre: que debe tenerse en cuenta que dentro de Al Qaeda «la referida labor [de reclutamiento] se atribuye a personas de un nivel superior a aquellos a los que se encomendaría la acción ejecutiva de cometer acciones terroristas. Así, los captores, manipuladores o consejeros espirituales o doctrinales, como el acusado, son aquellos cuya misión es convertir a los ejecutores en piezas fiables para seguir las consignas radicales y no plantearse dudas sobre la idoneidad religiosa de sus acciones».

El juicio contra Moutaz correrá a cargo de la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional y es previsible que se demore todavía unos meses. Aún debe llegar al tribunal el escrito de acusación de la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M, así como el de la defensa de Moutaz, además de resolverse sobre la proposición de prueba. Entonces sí podrá celebrarse una vista en la que, pese a la menguada acusación a Moutaz, saldrán de nuevo a la luz los preparativos del 11-M.

1 comentario:

  1. Esto es para mear y no echar gota. No me extraña nada que el juez se lleve las medallas por montera, parece ser que hizo buen trabajo.
    No nos merecemos un gobierno que nos mienta (palabras dichas por rubalcaba)

    ResponderEliminar