EN UNO de esos escenarios donde más a gusto se siente - en este caso la Cumbre sobre los Objetivos del Milenio-, Zapatero defendió ayer la creación de un sistema de tasas para gravar las transacciones financieras internacionales, destinado a combatir el hambre en el mundo. La idea, propuesta antes por Sarkozy durante su intervención ante la Asamblea de la ONU, recuerda mucho a la célebre tasa Tobin. Sin duda tiene aspectos positivos y otros no tanto. Hay que recordar que esta iniciativa ya ha sido debatida en instancias como el G-20 y la UE, sin que haya salido adelante. Concretamente el pasado día 7 se planteó en la reunión del Ecofin y fue rechazada por «falta de unanimidad». Así pues, en el anuncio de Zapatero hubo ayer mucho de brindis al sol y de intento hacia la galería de sacar su lado más izquierdista, justo cuando sus medidas económicas han desilusionado a buena parte de sus incondicionales
Todo mentira y lavado sin jabón...
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