sábado, 24 de julio de 2010

La familia del guardia civil fallecido en Valdemoro denuncia inseguridad


Los familiares del subteniente de la Guardia Civil Francisco Morcillo Moya, de 61 años, fallecido en la explosión de Valdemoro del pasado 29 de junio se han personado como acusación particular en la causa que instruye el Juzgado de Instrucción número 1 de Valdemoro para exigir responsabilidades al denunciar la existencia de graves deficiencias de seguridad en las instalaciones.

El pasado 29 de junio se produjo una explosión en el sótano del edificio denominado MACEN, donde se hallaba el almacén de explosivos de los Tedax y de la unidad NRBQ. Como consecuencia de la explosición, murió un guardia civil y otros 17 resultaron heridos.

Según denuncian los hijos del fallecido, la versión de la Guardia Civil "no se ajustaría a la verdad de los hechos acaecidos", ya que su padre se encontraba en situación de reserva y no estaba dando ningún tipo de clase sobre explosivos sino que tras la explosión estaba evacuando las instalaciones, una vez desatado el fuego.

Según el croquis de las instalaciones presentado porla familia, el subteniente Morcillo Moya, que padecía la enfermedad de párkinson que reducía su movilidad, habría fallecido aplastado por la onda expansiva de la explosión cuando intentaba evacuar su oficina sin que le diera tiempo material para ponerse a salvo, dada la longitud del recorrido de evacuación.

El abogado de la familia, Antonio Suárez-Valdés, cree que en el edificio donde se produjo la explosión se encontraba el almacén de explosivos de los Tedax y de la unidad NRBQ y el depósito judicial de explosivos, que carecía presuntamente de las medidas de seguridad necesarias para este tipo de instalaciones.

Almacén de explosivos

El letrado sostiene que estos depósitos llegaban a albergar significativas cantidades de explosivos, por lo que "necesariamente debieran de haber precisado una adaptación a la normativa sobre seguridad de almacenes de explosivos, que al parecer no se producía".

Según los planos del edificio, la instalación, que se encontraba ubicada en los bajos de una construcción sobre la que trabajaban cientos de agentes, "no contaba con salida de emergencia, extinción automática de incendios y las bocas de incendio no funcionaban, lo cual obligó a los bomberos a tener que extinguir el incendio utilizando el agua de una piscina cercana".

"Es más un grupo de alumnos que se encontraba junto al almacén donde se produjo la deflagración, tuvo que ser evacuado por una ventana trasera, cuyas rejas se tuvieron que romper por los agentes presentes en el exterior, viviéndose momentos de absoluta angustia", añade.

1 comentario:

  1. Pues claro que hay deficiencias, en todos los sitios hay, si no que se lo pregunten a los del servicio central de Madrid del CNP, que también hizo explosión el polvorín.

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