FERNANDO LÁZARO / Madrid
El Ministerio del Interior dio el visto bueno y ayer fue aprobado. Carlos G., el inspector jefe que en 2006, durante el llamado proceso de paz, estuvo al frente de las investigaciones sobre el chivatazo policial a ETA ha superado el concurso de ascenso a comisario de la Policía y desde ayer posee esta categoría. El departamento dirigido por Alfredo Pérez Rubalcaba gratifica así los servicios de este agente.Sigue en pág. 7
Fuentes cercanas al concurso indicaron a EL MUNDO que responsables de la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil contactaron con miembros del Tribunal de la Policía, ante el que se examinan los aspirantes, para defender la idoneidad de Carlos G. como comisario.
Este mando fue el que aportó ante el juez Baltasar Garzón varios informes en los que, en base al control telefónico de llamadas, concretaba que la orden para perpetrar el chivatazo a ETA en mayo de 2006, en pleno proceso de negociación del Gobierno de Zapatero con los terroristas, partió del entonces director general de la Policía y actual dirigente del PSE, Víctor García Hidalgo.
Según estas conclusiones policiales, el dirigente socialista se sirvió del actual jefe superior de la Policía del País Vasco y de un agente destinado entonces en Vitoria para alertar al dueño del bar Faisán, Joseba Elosua, de que estaba siendo investigado. En aquel momento, la Policía tenía previsto actuar contra una extensa trama de extorsión de ETA, dedicada a recaudar el llamado impuesto revolucionario a los empresarios en España, y hacérselo llegar a la dirección de la banda terrorista en Francia.
Los investigadores tenían previsto actuar también contra el que fuera responsable del aparato de relaciones internacionales del PNV, el fallecido Gorka Aguirre, al entender que también estaba implicado en la trama. La actuación policial se iba a producir el mismo día en que Zapatero iba a recibir el apoyo expreso del PNV al llamado proceso de paz, ya que aquel 4 de mayo de 2006 en que se produjo el chivatazo, el entonces líder de los nacionalistas vascos, Josu Jon Imaz, se reunía con el presidente del Gobierno en Madrid.
Carlos G. fue quien llevó a cabo la operación contra la trama de extorsión. Y también fue a él a quien el entonces juez instructor de la causa, Fernando Grande-Marlaska, puso al frente de un equipo de la Policía para investigar el chivatazo. El magistrado ordenó además a la Guardia Civil una investigación paralela, pero el Instituto Armado fue apartado de las pesquisas tras el regreso de Garzón al Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.
Carlos G. y su equipo tuvieron que abandonar la Comisaría General de Información, en el complejo madrileño de Canillas, ya que estaban investigando a compañeros por su presunta implicación en el chivatazo. La tensión fue enorme y los enfrentamientos, continuos. Había conversaciones amenazantes contra este equipo, se llegó a hablar de balas y premios. El director adjunto operativo, Miguel Ángel Fernández Chico, decidió sacarlos de Información y enviarlos a la Unidad de Asuntos Internos.
Allí, Carlos G. y su grupo formaron un equipo al margen de la unidad. Llevaron a cabo una actuación -que ha sido muy cuestionada- contra funcionarios sospechosos de llevarse droga de la Jefatura Superior de Policía de Sevilla. El grupo funciona de forma autónoma, independiente de la unidad, y apenas da cuenta de su trabajo a sus superiores.
Ahora, con su nuevo nombramiento de comisario, Carlos G. deberá abandonar las dependencias de Asuntos Internos y dirigirse a un nuevo destino profesional. Previamente, deberá completar un curso que se prolongará durante los próximos seis meses, según explicaron a EL MUNDO fuentes conocedoras del proceso de promoción interna.
Pues nada, enhorabuena, con esos enchufes casi na..
ResponderEliminar