Rosa Díez y el líder del PP aventajan a Zapatero como los dirigentes más valorados
La opinión mayoritaria de mujeres y jóvenes lleva al 50,6% a pedir un adelanto electoral
Imparable y arrollador. El vuelco electoral recorre toda España. Como un tsunami, sin freno. A la misma velocidad que el descalabro económico, con el mismo frenesí que las operaciones bursátiles y furia similar a la de la especulación.
Si hoy se abrieran las urnas el resultado depararía una victoria abrumadora del Partido Popular por mayoría absoluta; una mayoría más amplia incluso que la que logró con José María Aznar en las elecciones del 2000. Y enfrente estaría el PSOE desangrándose literalmente por los cuatro costados.Sigue en página 4
Editorial en página 3
Éste es el panorama que dibuja la encuesta realizada por Sigma Dos para EL MUNDO esta misma semana. La ventaja que lograría el Partido Popular sobre el Partido Socialista sería de 10,5 puntos. El PSOE conseguiría el 35,1% de los votos, frente al 45,6% que cosecharía el PP.
El cambio es espectacular si se tiene en cuenta que en las generales del 9 de marzo de 2008, es decir, hace poco más de dos años, los socialistas se hicieron por segunda vez con la victoria marcando una diferencia respecto a los populares de cuatro puntos. Pero resulta asombrosa si, echando la vista atrás, se compara con las elecciones de 2000, el año en el que el PP, con Aznar al frente, logró un 44,52% de los votos mientras que el PSOE, con Joaquín Almunia, se quedó con un 34,16%. Con esos resultados, los populares ocuparon la mayoría absoluta de los escaños del Congreso (183) y los socialistas se quedaron con 125.
Ahora, según la encuesta de Sigma Dos, el PP de Rajoy batiría incluso la mejor marca de Aznar. De hecho, la superaría en 1,1 puntos, en tanto que el PSOE volvería a descender estrepitosamente hasta situarse sólo un punto por encima de la cota a la que descendió hace ocho años.
Siguiendo con las comparaciones, en los dos años y casi tres meses que han transcurrido desde las últimas elecciones generales, el partido de Rajoy ha conseguido remontar 5,7 puntos en intención de voto, ya que pasa del 39,9% que logró en marzo de 2008 al 45,6% que conseguiría hoy si se llamara a los españoles a las urnas.
Este resultado demostraría que el PP sí ha despegado y que, los graves casos de corrupción que le afectan, como el de la trama Gürtel o el de Palma Arena (con el ex presidente balear, Jaume Matas, imputado), a lo más que han llegado ha sido a frenar levemente su ascenso.
O, si se prefiere, que el efecto de los mismos no puede compararse ni de lejos con el que provoca en el electorado la mala gestión de la crisis económica llevada a cabo por el Gobierno y su partido.
En el caso del PSOE, la diferencia entre la intención de voto que revela la encuesta (35,1%) y los resultados que este partido obtuvo en las elecciones de marzo de 2008 (43,9%), es de 8,8 puntos.
Esta caída en picado demuestra cómo los votantes abandonan de manera incontrolable el proyecto político de Zapatero. De poco parecen servir ya los eslóganes y los esfuerzos denodados de las principales figuras del Gobierno y del partido intentando transmitir a los ciudadanos, a los mercados y a los socios europeos una seguridad y una confianza que no tienen.
Lo de que «el proyecto del Gobierno está más vivo que nunca», en palabras de la incansable vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, adquiere tonos de canto desesperado.
Esos 8,8 puntos que se ha dejado el PSOE en el camino de la legislatura son matemáticamente el resultado de sumar los que ganan otras tres formaciones -PP, IU y UPyD- lo que viene a confirmar la teoría de que los socialistas padecen una sangría de votantes por todos los flancos.
Desde los comicios de 2008 a la actualidad, Izquierda Unida logra ganar 1,3 puntos. Así, pasaría del 3,8% de votos que cosechó hace dos años al 5,1% que alcanzaría, según la encuesta de Sigma Dos, de celebrarse hoy nuevas elecciones.
Subida, y muy importante, es la que se apuntaría el partido más nuevo del Parlamento. UPyD, con la ex socialista Rosa Díez a la cabeza, más que duplica su intención de voto. En 2008, cuando se estrenó en las urnas, logró un 1,2% de las papeletas. Ahora conseguiría el 3%. En definitiva, el ascenso de UPyD en estos dos años ha sido de 1,8 puntos.
Así pues, la subida que registra el PP desde las pasadas generales (5,7 puntos), sumada a la que logran IU (1,3 puntos) y UPyD (1,8 puntos), arroja exactamente la pérdida que sufre el PSOE (8,8 puntos). La conclusión parece obvia: todas las fuerzas políticas nacionales, al margen de su color, consiguen en mayor o menor medida convertirse en refugio de votantes socialistas desencantados.
Izquierda Unida, con los resultados que le vaticina la encuesta, se situaría en un nivel prácticamente idéntico -una décima superior- al que alcanzó en las elecciones de 2004 cuando obtuvo un 5% de losvotos y cinco escaños, y muy cerca del 5,4% que consiguió en los comicios del 2000, lo que le sirvió para ocupar ocho escaños. En definitiva, IU volvería a tener grupo propio en el Congreso. Actualmente, forma grupo de conveniencia junto a ERC.
UPyD, con el 3% de intención de voto que le otorga el sondeo, no lograría formar grupo, pero consolidaría de sobra su presencia parlamentaria y se confirmaría como fuerza política en ascenso.
¿Y qué sucede con las formaciones nacionalistas? De acuerdo con los resultados de la encuesta, CiU vería incrementarse en tres décimas su cosecha electoral, en comparación con los resultados de 2008. Así pasaría del 3% de los votos que logró en las pasadas generales al 3,3% que obtendría hoy.
CiU parece acaparar la mayor parte de los votos que pierde la otra formación catalana, la republicana ERC. Ésta última es, junto con el PSOE, la única fuerza política que ve descender su cota electoral desde marzo de 2008 hasta ahora.
ERC, liderada en el Parlamento por Joan Ridao, se deja cuatro décimas del voto. En las elecciones generales sumó un 1,2% de los sufragios. Hoy descendería al 0,8%. Esta caída es muy importante, ya que supone un tercio de su último resultado en las urnas. Los electores catalanes parecen querer castigar la radicalidad independentista y mostrar su preferencia hacia la mayor moderación de CiU.
Por último, los nacionalistas vascos del PNV mantendrían inamovible el resultado (1,2%) que obtuvieron en 2008 y que les ha proporcionado seis escaños.
El PNV, presidido por Iñigo Urkullu y liderado en el Congreso por Josu Erkoreka, ha visto cómo se le iba de las manos el Gobierno vasco, en beneficio del PSE apoyado por el PP. Sin embargo, en el ámbito nacional mantiene por el momento las fuerzas.
Pues nada, haber si cambiamos, que esto ya huele a podrido.
ResponderEliminar