jueves, 20 de octubre de 2016

El 15-M ante 'la batalla de Londres·


NURIA VAL / ANA PARRADO / Madrid
El Mundo
10/08/2011
Los expertos analizan el movimiento de los 'indignados' españoles bajo el prisma de las revueltas británicas y concluyen que ambos fenómenos no son comparables
Zapatero embustero¿Por qué el 15-M no es un movimiento violento? Las revueltas que comenzaron el pasado sábado en Reino Unido plantean la pregunta de si con motivo, por ejemplo, de la visita del Papa Benedicto XVI a Madrid, podría producirse un efecto contagio entre los indignados españoles .
Varios sociólogos y expertos coinciden en que las protestas de Londres no son comparables con el Movimiento 15-M de España porque parten de supuestos distintos.
«El caso londinense tiene su origen en un contexto de protesta racial y en un medio de exclusión y marginación social, que en las actuales circunstancias de crisis, de desempleo y falta de expectativas de amplios sectores juveniles constituyen un cóctel explosivo», comenta Francisco Llera, profesor de Historia en la Universidad del País Vasco (UPV).
Para Llera y Javier Elzo, catedrático de la Universidad de Deusto, los altercados violentos con la policía británica fueron «la chispa» que desencadenó el malestar de los ciudadanos, que organizaron protestas por los diferentes barrios.
El decano del Colegio Oficial de Politólogos y Sociólogos de Madrid, Lorenzo Navarrete, opina que las revueltas callejeras en Gran Bretaña responden al fracaso de los modelos de integración y ciudadanía en el país. «La idea de introducir mecanismos comunitarios en barrios multiculturales funciona como modelo de integración. Y lo que falta en el Reino Unido es un modelo de ciudadanía, en el que todos puedan acceder a todo», explica Navarrete.
En España, en cambio, los indignados del Movimiento 15-M «surgen en un periodo electoral» y con un lema: «Queremos otro tipo de sociedad», explica Elzo.
«La base social no es violenta porque han visto anteriormente actos agresivos que fracasaron», como los del Parlament de Barcelona. El catedrático asegura que, a partir de ese momento, «los del 15-M tuvieron un cuidado exquisito» para no perder la legitimidad y no ser «utilizados por los violentos de siempre».
El 15-M es «un movimiento social en toda regla, aunque con características nuevas», explica Llera. «La diferencia se encuentra en que está convocado y promovido desde las redes sociales, es horizontal, asambleario y no violento».
Navarrete define a los indignados por «sus intereses concretos», y cree que sigue existiendo «un tabú, que es no romper radicalmente con las reglas de la ciudadanía». Piensa que en España hasta los lemas de las pancartas «tienen un lado humano y comunitario», no «radical», como sucede en Londres.
El profesor sostiene que «Londres o Liverpool son explosiones que expresan la segmentación y la desintegración», mientras que en España, que también está sufriendo, y de qué forma, la crisis económica, «mantienen un nivel alto de solidaridad y comunitarismo con la gente, porque están acostumbrados a compartir», afirma. «Somos un país que llama la atención de los demás», concluye.
Ante la visita del Papa, los indignados ya han manifestado su rechazo y se han organizado para manifestar su oposición por la gestión del viaje. «La gente entiende la visita del Papa, aunque no la comparta», analiza Navarrete, quien sigue con su concepto de ciudadanía y comunidad para afirmar que no cree que los indignados se posicionen en contra de «sus vecinos o sus primos». Y resume: «España es un país de salir a la calle».
Pero no todo es pacifismo. Los sociólogos consultados se mostraron de acuerdo en que las protestas del Movimiento 15-M se podrían radicalizar si las autoridades, el Gobierno o la Iglesia, «establecen un nivel de exigencia más allá del nivel de aguante». Y es que la sensación general que tiene la gente sobre la autoridad eclesiástica es «que se extralimita en cuestiones políticas o económicas», detalla el profesor.
Por otra parte, hay quien piensa que las redes sociales no son necesariamente neutrales. Es el caso del catedrático Elzo, que las califica como una nueva forma de violencia que «no existía hace 20 años». Internet sigue siendo un arma poderosa a la hora de convocar a la gente, y «no veo Policía en el mundo capaz de parar eso».
Más información en páginas 14-18 y 4-5 de UVE
OORBYT.es
>Vea hoy 'La visión policial del 15-M: las diferencias con Londres', por Alfredo Perdiguero

Madrid pide que aplacen la marcha

La consejera de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Regina Plañiol, reclamó ayer a la Delegación de Gobierno que cambie la fecha de la manifestación laicista convocada para el 17 de agosto para que no coincida con los cientos de miles de peregrinos católicos que vienen a Madrid a recibir a Benedicto XVI.
«Son grupos antisistema y violentos, cuyo único objetivo es reventar la JMJ», denunció la consejera. «Si consideran que deben autorizarla, que escojan otras fechas, para que la JMJ se desarrolle de manera pacífica», emplazó Plañiol al Gobierno, recordando que ya aplazó una manifestación de ateos prevista para Jueves Santo.
Entretanto, los convocantes de la marcha laicista se han negado a relegar la protesta al barrio de Lavapiés y han pedido a la Delegación negociar el recorrido para acabar la marcha en la Puerta del Sol

S. LÓPEZ-URRUTIA / Madrid
10/08/2011

«Tenemos que ser cautos con el mensaje que transmitimos»


Entre la excitación y el miedo propios de quien tiene en sus manos algo grande, varios miembros de Democracia Real Ya (DRY) -plataforma que inspiró el 15-M- mantienen estos días reuniones para evitar que quienes han adoptado la primavera española en otros países desvirtúen su espíritu pacifista. A losindignados españoles les preocupa que el 15-M se vincule al vandalismo que estos días hierve en varias ciudades británicas. «Hemos repetido por activa y por pasiva que somos pacíficos», reprochan fuentes de DRY.
«El 15-M no tiene nada que ver con lo que está pasando en Reino Unido», aclara Lauren Granado, de la Comisión de Internacional de DRY. Granado atribuye las revueltas «a un conflicto racial similar al que se vivió en París hace unos años».
Pese a la disparidad entre el fenómeno 15-M y las revueltas británicas, Granado cree que «la gente está confusa». Sus compañeros londinenses, dice, «tienen miedo de que se les confunda con los violentos».
El 15-M, no obstante, es muy consciente de que «el mundo está mirando a Sol». Varios portavoces de DRY admiten que las relaciones con países como Chile o Israel -en el punto de mira esta semana por las protestas que se han producido en sus calles- son «estrechas».
Desde DRY, sin embargo, se resisten a etiquetar a los movimientos surgidos en otros estados comohijos del 15-M. La razón estriba en el miedo a que el calco del modelo español no funcione en esos lugares : «La gente está deseando hacer la revolución», explica Granado, «en España el término se entiende y [la spanishrevolution] funciona. Pero en otros países si haces la revolución la Policía sale y te pega un tiro», argumenta.
«Tenemos que ser cautos con el mensaje que transmitimos y el empleo de palabras como revolución», pide Granado. De no ser así, elucubra, «su interpretación en otros países [menos democráticos] podría ser catastrófica». «El 15-M pide una evolución, no una revolución», concluye.
Salvando algunas excepciones -como la agresión a los diputados del Parlamento catalán-, el movimiento en España ha adoptado el pacifismo por bandera. Tanto desde DRY como desde las acampadas se insiste en este punto, recogido en los manifiestos que aglutinan la esencia del 15-M. De hecho, Granado advierte que si las protestas en otros países perdiesen de vista «el respeto» que se pide en los manifiestos, «no las apoyaríamos».
Uno de los caballos de batalla del 15-M en España es, precisamente, combatir el vandalismo esporádico que amenaza con empañar la imagen del movimiento. «La gente ha desarrollado mecanismos propios para atajar la violencia», explica César Ruano, portavoz de DRY. Admite que hubo momentos en los que «la chispa podía haber saltado», pero «cuando una persona se pone agresiva el resto la contiene»
FERNANDO LÁZARO / Madrid
10/08/2011

Cuatro policías, imputados por los incidentes de Madrid

Detuvieron a un radical con una navaja con la que rajó las ruedas de un furgón
Al final, la Policía ante los tribunales. El indignado fue detenido. Estaba en posesión de una navaja. Acababa de reventar las ruedas de una de las furgonetas de los antidisturbios, acababa de amenazar de muerte a los agentes... Y finalmente, los cuatro policías de las Unidades de Intervención Policial (UIP) que lo detuvieron tienen que comparecer ante la autoridad judicial en calidad de imputados. El detenido, tras declarar ante el juez, quedó en libertad con cargos.
Este denunciante es uno de los pocos detenidos durante los disturbios que acompañaron al desalojo policial de la Puerta del Sol de los autodenominados indignados.
Tras el desalojo de los acampados desde el 15-M, durante tres días se sucedieron los episodios de carreras de las Fuerzas de Seguridad del Estado y de los indignados. Fue un juego del gato y el ratón, en el que los manifestantes pretendían «conquistar» de nuevo la Puerta del Sol. Y la situación alcanzó su máximo momento de tensión cuando los indignados llegaron a la puerta del Ministerio del Interior y obligaron a la Policía a cargar contra ellos tras intimidar al agente de la Guardia Civil que custodiaba el edificio.
Durante esos días fueron varios los detenidos. Y varios de ellos con antecedentes penales. Precisamente uno de ellos, un ciudadano de nacionalidad hondureña, es el que ha presentado una denuncia contra los agentes que le detuvieron; en concreto, contra los agentes que firmaron los escritos remitidos al juez en los que se detallan su actuación durante los incidentes en los alrededores de la Puerta del Sol.
Este ciudadano hondureño cuenta con antecedentes penales. Fue detenido tras reventar los neumáticos de una de las furgonetas de los antidisturbios policiales. Según consta en las diligencias remitidas al juez, este hondureño, Alexander A. F., recibió el alto policial cuando estaba a punto deactuar de nuevo contra otro de los vehículos policiales, también contra sus ruedas. El incidente se produjo ya en la calle del Carmen, en el corte policial de uno de los accesos a la Puerta del Sol. Según la versión policial, Alexander A. recriminó a los policías y les gritó: «Voy a pincharos las cuatro ruedas y voy a pasar [a la Puerta del Sol] porque me sale de los cojones, hijos de puta», gritó el que fue posteriormente detenido.
Sus alaridos eran coreados por los manifestantes cercanos. El relato policial indica que el detenido llegó a gritar que les iba a matar. Según las diligencias que han llegado a los juzgados de plaza de Castilla, el denunciado trató de abrirse paso entre el resto de manifestantes para evitar su captura cuando vio que los agentes que custodiaban la entrada de la Puerta del Sol se dirigían hacia él para detenerlo. Pero cayó al suelo, lo que le permitió a los agentes llegar inmediatamente hasta él. No obstante, Alexander A. opuso «gran resistencia activa» a su detención. Se le intervino una navajaShokwe, de color verde, de cuatro centímetros, con la que había reventado los neumáticos.
Alexander A. fue conducido a dependencias policiales donde se negó a prestar declaración. Allí pasó la noche. Al día siguiente fue conducido a dependencias de los juzgados de Plaza de Castilla. Fue en el Juzgado de Instrucción número 36 donde prestó declaración.
Y allí sí se despachó a gusto contra los agentes que le detuvieron. Realizó una descripción que en poco o nada se parece a la que consta en las diligencias policiales. Denunció agresiones por parte de los agentes. Y por ese motivo, el titular del Juzgado de Instrucción 36 de Madrid ha citado a declarar como imputados a los cuatro policías que firmaron las diligencias de la detención.
Los cuatro agentes de las Unidades de Intervención deberán acudir al juzgado acompañados de abogados.
Las fuentes consultadas por este periódico recordaron que el denunciante ya cuenta con varios antecedentes penales, entre ellos, por robos con violencia e intimidación.
La citación de estos agentes ha provocado un fuerte malestar en la institución policial. Agentes destacados a la zona de Sol en aquellas fechas recuerdan que la tensión fue máxima, que aguantaron «hasta el límite las provocaciones» para evitar el uso de la fuerza. Únicamente se intervino ante el Ministerio del Interior. Recuerdan que las provocaciones fueron constantes y que incluso, algunos de los radicales que protagonizaron los incidentes llegaron a orinar encima de los antidisturbios y que pese a ello, los agentes no emplearon la fuerza.

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