jueves, 10 de noviembre de 2011

España, plataforma socialista para la islamización de Europa


Alerta Digital

Ismael Medina/Reproducción de sus mejores artículos en AD.- HAY algo mucho más perverso en la Alianza de Civilizaciones que la equiparación entre dos culturas difícilmente conciliables. Aludo al hecho de que se sustenta sobre el relativismo materialista e iluminista, en vez de una reafirmación de la propia cultura occidental en sus fundamentos históricos. Un relativismo que desarma los resortes defensivos de la sociedad frente a un enemigo implacable.

El presidente de los Estados Unidos de Norteamérica es el portaestandarte de esta suicida cesión. “No estamos ni estaremos en guerra con el Islam”, proclamó en el aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas en los que perdieron la vida unas tres mil personas. Por si fuera poco, respalda la construcción de un gran centro islámico, mezquita incluida, en la inmediata vecindad de las destruidas Torres Gemelas. Una ofensa a las víctimas y a la entera sociedad occidental que el recrecido imán Rauf mantiene y promueve a despecho de la reacción contraria de una buena parte de los norteamericanos. ¿Lo podría hacer con tanta impunidad y prepotencia sin el respaldo de Obama?

También el desplome de las Torres Gemelas se llevó por delante una iglesia ortodoxa. Pero, a diferencia de la mezquita, el gobierno norteamericano hace oídos sordos a las demandas de reconstrucción. Dos varas de medir que confirman la falacia de la Alianza de Civilizaciones, cuyos dos esquizofrénicos puntales, bajo la dirección del NOM, radican en las continuas cesiones al islamismo y una campaña artera y sostenida contra la Iglesia católica en particular. Y genéricamente, contra la cristiandad.

“Nadie sabe cuál es la religión de Obama. Parece cada vez más confundido”, sostuvo en el curso de una entrevista Jackie Mason, líder de la oposición a la megamezquita. Aunque a Mason lo califiquen de extremista los conciliadores del relativismo, su acusación no es desdeñable. Muy al contrario. Cada vez son más los persuadidos de que Obama es musulmán y de que sólo apareció inserto en la iglesia evangélica a efectos electorales. Tampoco por casualidad. No puede obviarse que la iglesia evangelista es el instrumento del NOM en la batalla para la erradicación del catolicismo, con especial hincapié y riqueza de medios en Iberoamérica. Acción favorecida, además, por los regímenes neomarxistas que pastorea el venezolano Chávez.

Quienes exploran el pasado de Obama al margen de su biografía oficial tropiezan con crecientes zonas oscuras de difícil esclarecimiento. Uno de ellos, acaso el más empeñado en la investigación, afirma que ni tan siquiera ha logrado encontrar la partida de nacimiento de Obama, pese a haber indagado en múltiples registros civiles y religiosos. Su pasado, el verdadero, sigue siendo un enigma. Un dramático y hasta trágico enigma para Occidente. Y más aún para Europa.

España, plataforma para la islamización de Europa

ESPAÑA, al amparo de la exaltada y zafia versión de la Alianza de Civilizaciones no sólo se ha convertido en inestimable aliado para Erdogan. Ha hecho de nuestro territorio la plataforma indispensable para la penetración musulmana en Europa. Ofrece toda suerte de facilidades para la proliferación de mezquitas. Cede una instalación militar, el emblemático castillo de Figueras, para que los seguidores del Corán cierren el mes del Ramadán. Consiente que el marroquí Abdelwahab Houzi, el más radical de los imanes salafistas, reúna en Lérida de manera impune a unos 3.500 seguidores, pese al informe elaborado por la Policía Nacional sobre los diez más peligrosos de todo ellos bajo la dirección de Hauzi. También pasa por alto las páginas web del yidahismo que amenazan a España con atentados si el gobierno no se doblega aún más a sus exigencias. Le traen sin cuidado las reacciones sociales que crecen por doquier contra invasión islámica de nuestro suelo y sus descaradas manifestaciones de prepotencia.

Sería incorrecto atribuir al obanismo de Rodríguez su descabellada inmersión islamizadora. Viene de más lejos. De su plena subordinación al NOM que lo alzó al poder “por accidente”.

El islam ha de ser combatido con todas sus consecuencias

ESTUVO lo bastante claro cuando Rodríguez cometió la ostentosa incorrección de permanecer sentado al paso de la bandera norteamericana en un desfile militar. También con la inmediata y vergonzosa retirada de nuestras tropas destacadas en Iraq nada más instalarse en el palacio de La Moncloa. Una contradicción con la presencia y permanencia ahora en Afganistán sin dimitir de la coartada de “misión de paz” cuando se trata de una guerra que tantos muertos nos ha costado. Una guerra atípica, pero una guerra.

El filósofo Gabriel Albiac es uno de los pocos en sostener entre nosotros que estamos en guerra con el Islam. O si se quiere, para mayor precisión, que el Islam nos hace la guerra desde múltiples frentes. Y no caben argucias dialécticas para encubrir esa ominosa realidad.

Las guerras hay que afrontarlas con todas sus consecuencias y con la resuelta voluntad de ganarlas sin reparar en medios. Entre ellos, por ejemplo, romper amarras con todo el islamismo, saltar por encima de esa línea indecisa y artera de la distinción entre musulmanes fundamentalistas y moderados, exigir a éstos una equivalente contraprestación respecto de las continuas cesiones occidentales y, en fin, impedir a toda costa que el islamismo nade en Occidente como el pez en el agua que, en seguimiento de la estrategia revolucionaria de Lenín, hizo suya el maoísmo. O se le quita al islamismo el agua del quintocolumnismo invadiente o la guerra estará perdida. Es el reto inocultable a que se enfrenta Occidente. Y Europa sobre todo. No afrontarlo en sus justos y radicales términos conducirá a la derrota a no largo plazo.

1 comentario:

  1. Ya estamos bien apañaos con estos de la casta. Haber si sale alguno con la pitera como los israelis, porque a este paso, igual hay que pedirle ayuda a ellos.

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