La Audiencia concluye que no vulneró la intimidad de la víctima Laura Vega
La Justicia ha vuelto a respaldar una información de EL MUNDO sobre el 11-M, como ha ocurrido reiteradamente cada vez que se ha cuestionado en los tribunales la veracidad o la oportunidad de las investigaciones y reportajes de este periódico acerca del atentado y sus consecuencias. En esta ocasión, la Audiencia Nacional ha resuelto que este diario no vulneró la intimidad de la víctima Laura Vega, a la que las bombas de los trenes dejaron en coma irreversible, cuando publicó una fotografía suya evitando que resultase identificable.
«Toda información que tiene que ver con el terrorismo tiene en España especial trascendencia, y más aún si tiene relación con el principal y más grave atentado terrorista sufrido en nuestro país», argumenta la Sala de lo Contencioso-Administrativo en la sentencia, para concluir que «se debe reconocer la prevalencia del derecho a la libertad de expresión e información en relación al derecho a la protección del dato de la imagen», sobre todo cuando se trata para que la persona afectada no sea identificable.
Este diario publicó en el tercer aniversario del atentado un reportaje en el suplemento CRÓNICA bajo el titular Muerta en vida desde el 11-M, en el que se incluían tres fotografías: una en la que podía verse a Laura Vega con el rostro pixelado, otra de la cama en la que está postrada desde el atentado y otra de la sala de la clínica en la que permanece ingresada. En ninguna de ellas se identifica su cara.
El Juzgado de Primera Instancia número 82 de Madrid ya había dado la razón a EL MUNDO en mayo de 2010, al resolver que no se habían lesionado los derechos al honor y a la propia imagen de Laura Vega, ya que el interés del reportaje es «puramente informativo sin que del contenido del mismo se extraigan datos que permitan ser considerados vulneración de la intimidad».
Sin embargo, días después la Agencia Española de Protección de Datos sancionó a este diario con 6.000 euros porque entendía que «ha tratado de forma desmedida los datos personales de Laura Vega sin el consentimiento inequívoco de los padres». Esta resolución ha sido revocada ahora por la Audiencia Nacional, que concluye que la periodista que firma el reportaje actuó correctamente.
La Sala acoge los argumentos de la Asesoría Jurídica de Unidad Editorial, que dirige Irene Lanzaco, y sostiene que «hoy día no puede desconocerse que la imagen es un complemento esencial de la información periodística y que sería impensable un reportaje como el publicado por el periódico EL MUNDO que no viniera acompañado de información gráfica».
El tribunal justifica el «interés periodístico» del reportaje en que «Laura Vega es la víctima del 11-M que recibió la indemnización más alta», en que «sus circunstancias personales hacen su caso especialmente dramático», en «la fecha de publicación del reportaje: justo al cumplirse el tercer aniversario del atentado» y en la «trascendencia» que tiene la información sobre terrorismo en España.
«La circunstancia fundamental que justifica la estimación del presente recurso es que la sentencia dictada en el procedimiento de defensa del honor y la intimidad ha señalado cómo la publicación del reportaje no ha tenido ninguna relevancia en dichos derechos de la familia de Laura Vega», razona la Sala.
Pues muy bien, enhorabuena, por lo menos, aún parece que no toda la justicia está contaminada.
ResponderEliminar