viernes, 21 de octubre de 2011

ETA alardea de sus asesinatos y emplaza al Gobierno a negociar


ÁNGELES ESCRIVÁ / Madrid

21/10/2011/El Mundo


La lucha de largos años ha creado esta oportunidad. La crudeza de la lucha se ha llevado a muchos compañeros para siempre. Otros están sufriendo la cárcel o el exilio. Para ellos y ellas nuestro reconocimiento y homenaje

Rubalcaba embustero

ETA realizó ayer un anuncio sin precedentes al comunicar que «ha decidido el cese definitivo de su actividad armada» y que «hace un llamamiento a los gobiernos de España y Francia para abrir un proceso de diálogo directo que tenga como objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto».

En el comunicado, la organización no anuncia su disolución, de modo que cabe deducir que piensa prolongar su presencia hasta que lo considere conveniente, pero el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dio el contenido global por bueno, hasta el punto de que proclamó que el texto constituye la certificación del final de ETA.

Lo hizo visiblemente emocionado, vestido de negro, confiriéndole la solemnidad de un comunicado histórico que no admitía preguntas en la sala de prensa del Palacio de la Moncloa. Llamó la atención que el presidente respondiera a la declaración con tanta premura, apenas una hora después de que fuese anunciada. Igual que llamó la atención que la banda, como si se tratase de una cuestión de trámite, recurriera al diario Gara.

Su anuncio, la emoción de su anuncio, fue reforzado por la declaración del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, en el mismo sentido. «Es la noticia que esperábamos hace tiempo, la única comunicación que esperábamos de ETA, el anuncio de su final», manifestó exactamente a la misma hora que lo hacía el presidente.

Después, envió su mensaje el lehendakari, Patxi López, a quien esta ocasión sorprendió lejos para ser tan histórica, en un viaje a Estados Unidos. «ETA no ha conseguido ninguno de sus objetivos». En todos los partidos, subyacía la voluntad convenida de no cederle a la banda ni una sola posibilidad de escenificar una victoria.

Todos los partidos quisieron ahogar cualquier mínimo intento que ETA pueda hacer por aparentar un ápice de victoria y ninguno estaba dispuesto a que Bildu se arrogue el relato del fin de la violencia o su papel impulsor de la paz. Y entre todas las declaraciones en este sentido llamó la atención precisamente la del jefe de la oposición cuando señaló que todo se había conseguido «sin ninguna concesión política», a pesar de episodios como la legalización de la coalición impulsada por Batasuna.

En todo caso, si el designio de las encuestas se cumple, el alcance y la administración de la sinceridad de este anunció, así como, en su caso, el cumplimiento de la mayor parte de las condiciones recaerán sobre todo en el líder de la oposición (a menos que el Constitucional se le adelante con algunas medidas). Rajoy saludó la «buena noticia» tras mantener una conversación telefónica con el presidente del Gobierno, pero se mostró más cauto a la hora de esperar acontecimientos y no fue tan lejos como Zapatero, matizó, y habló del «fin de la violencia de ETA».

Todos se acordaron de las víctimas, de los 858 asesinados (829 según las cifras oficiales) por la banda en medio siglo. Aunque éstas reaccionasen de distinto modo. Algunas considerando que se trata de un movimiento «táctico», otras resignadas, y muchas conscientes de que la derrota de la banda como la imaginaban, no era así.

Rubalcaba embusteroEl texto de ETA es menos agresivo que el contenido de los comunicados de las treguas de 1998 y de 2008 -no habla expresamente de independencia, ni insiste en sus aspiraciones por la territorialidad, ni llama por su nombre al derecho de autodeterminación- pero, aun así, encierra pasajes que demuestran que no está dispuesta a darse por derrotada y atribuye a sus años de terror lo que ha conseguido la izquierda abertzale .

ETA no quiere reconocer ni por asomo que ha llegado hasta aquí para nada y alardea: «La lucha de largos años ha creado esta oportunidad. No ha sido un camino fácil. La crudeza de la lucha se ha llevado a muchas compañeras y compañeros para siempre. Otros están sufriendo la cárcel y el exilio. Para ellos y ellas nuestro reconocimiento y nuestro más sentido homenaje», dice.

La banda utiliza lugares comunes, los mismos que lleva proclamando desde hace décadas. «Euskal Herria se está abriendo a un nuevo tiempo político», «estamos ante una oportunidad histórica para dar una solución democrática al secular conflicto político», o, «en adelante, el camino tampoco será fácil» y «ante la imposición [del Estado], que aun perdura» -y esto, antes de ayer se hubiera entendido como una excusa para seguir-, «cada paso, o cada logro, será fruto del esfuerzo».

Y después viene la parte de las reclamaciones. En uno de los párrafos, ETA señala que «el reconocimiento a Euskal Herria y el respeto a la voluntad popular deben prevalecer sobre la imposición. Ése es el deseo de la mayoría de la ciudadanía vasca». Inusualmente, no utiliza el término pueblo vasco. El otro párrafo es el que destina a pedir un diálogo que tenga «por objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto». Como «consecuencias del conflicto», ETA entiende solucionar la situación de los presos, de los huidos, de los deportados y las víctimas... de ambos bandos. Y se supone que también se refiere a las armas porque, en ningún momento habla de la comisión de verificación ni tampoco de cómo va a realizar la entrega y la localización de sus zulos o de si va a hacerlo.

Los expertos policiales dudaban anoche sobre si este cese definitivo está condicionado o no a que se cumplan sus enunciados.

Unos consideraban que sí, refiriéndose tanto a las reclamaciones más políticas como a las técnicas; y otros defendían que la organización deja por primera vez para la izquierda abertzale la reclamación de sus aspiraciones políticas. Pero condiciona el mantenimiento del compromiso sobre lo anunciado en su comunicado a que los gobiernos español y francés resuelvan la cuestión de los reclusos o de los huidos.

Este segundo grupo de expertos piensa que, de cualquier forma, los requerimientos técnicos de la organización serían los más fáciles de cumplir si se aplican con suficiente tiempo. Y se está hablando aquí de que el Gobierno deberá buscar, para empezar, el modo de ir sacando a los presos que hayan cumplido las tres cuartas partes de condena, o de anular la doctrina Parot, o de organizar el regreso de los deportados.

ETA -el comunicado fue leído por el jefe del aparato político, David Pla,- sí se refiere a la Conferencia de Paz celebrada en San Sebastián el lunes -al fin y al cabo fue montada para que la izquierda abertzale pudiese solicitar el cese definitivo y la banda pudiera escudarse en una reclamación internacional- y a los cinco puntos aprobados en ella. La considera «una iniciativa de gran trascendencia política» que «reúne los ingredientes para una solución integral del conflicto», pero no va más allá. De hecho, elude suscribirla.

Zapatero, en cualquier caso, no comparte el escepticismo de una parte de los expertos de la lucha antiterrorista. Y lo cierto es que tiene motivos para estar bien informado porque tanto el PSOE como el PSE han estado en contacto permanente con la izquierda abertzale, dialogando y estableciendo los pasos y los compromisos que podían asumirse para llegar a este punto.

El Ejecutivo ha mantenido abiertas las vías con algunos mediadores internacionales que le han venido comunicando los mensajes de ETA y también ha recibido la información procedente del PNV, cuyos dirigentes, que no están dispuestos a que nadie les niegue su parcela de protagonismo en este final, han mantenido un intenso intercambio de información con la izquierda abertzale, a la que ayer, además, ofrecieron su mano para la concordia.

Este comunicado se difunde antes de las elecciones para favorecer a la formación Amaiur, que previsiblemente configurará un grupo parlamentario, y para que el Ejecutivo socialista pueda esgrimir su parte en el logro de la pacificación. Pero también para que algunos de los pasos se lleven a cabo antes de que el PP pueda acceder al Gobierno.

Por cierto que, si las previsiones no se tuercen, hay muchas posibilidades de que sea el Gobierno de Rajoy el que tenga que entenderse con uno o dos grupos vascos pugnando en el Congreso por abanderar las exigencias sobera nistas -con ETA todavía sin haberse disuelto- y con el Ejecutivo que salga de las próximas elecciones autonómicas vascas.

OORBYT.es

>Vea hoy en EL MUNDO en Orbyt el análisis de Josean Izarra

A FONDO

CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO

21/10/2011

¿Final de ETA?

Mucha gente se sentirá hoy contenta, feliz. ETA ya no volverá a matar. Las teorías, las interpretaciones, pensarán, son lo de menos. Concluye casi medio siglo de terror.

No les voy a aguar la fiesta. Tan sólo quiero que la euforia no nos nuble el entendimiento. Que el deseo de paz no nos haga ciegos ante lo que, de verdad, tenemos frente a nosotros.

ETA ha sido fiel a su propia hoja de ruta. Ha marcado los tiempos con precisión de relojero. Ha hecho lo que quería hacer y cuando lo ha querido hacer.

Lo más increíble de todo es que ETA ha vendido como un triunfo lo que debería ser una gran derrota.

Vayamos a los tiempos. La esperada declaración se produce justo a un mes de las elecciones generales. Por tanto, los terroristas han actuado pensando en el 20-N. Creen, con razón, que el comunicado ayuda a que Bildu logre un resultado que le permitirá convertirse en el partido clave para cualquier solución futura en el País Vasco.

Eso lo hace con el beneplácito de los socialistas y del PNV, que han legitimado con su presencia la Conferencia/farsa de San Sebastián. Tanto unos como otros quieren salir en la foto de la paz, protagonizar lo que creen que será un hecho histórico.

Pero ETA no ha declarado su final. ETA ha decidido «el cese definitivo de su actividad armada». No su disolución, no la entrega de las armas.

Los terroristas no sólo no renuncian a su pasado, no sólo no se avergüenzan de él, sino que lo ensalzan: «La lucha de largos años ha creado esta oportunidad». Y, lo que es peor, emplazan a «un proceso de diálogo directo» a los gobiernos de España y Francia.

Ayer, el presidente del Gobierno y el candidato socialista coincidieron en valorar el comunicado de ETA como «un triunfo de la democracia». El líder de la oposición, Mariano Rajoy, lo calificó como «una gran noticia», porque se ha logrado «sin ningún tipo de cesión política».

Tanto Zapatero como Rubalcaba se cuidaron de apuntarse el tanto y recordaron la lucha de todos los gobiernos contra ETA.

Conclusiones:

1º ETA ha anunciado el «cese definitivo» de su actividad, pero no su desaparición.

2º Bildu será la gran beneficiaria política de este comunicado. Lo veremos el 20-N.

3º Zapatero logra (de momento) su sueño: pasar a la Historia como el presidente que puso las bases para el final de ETA.

4º Rajoy recibe una herencia envenenada. Es a su Gobierno al que ETA va a exigir que se siente a negociar y que ponga en libertad a los presos.

5º Las víctimas del terrorismo hubieran preferido una rendición, no un final, en el que, como decía Rufi Etxeberria, «todos aparecen como vencedores».

MARISA CRUZ / Madrid

21/10/2011

Zapatero anuncia que ha llegado «el triunfo de la paz sin condiciones»

Deja en manos de los próximos Gobierno y Parlamento la gestión del nuevo escenario

El Gobierno otorga, esta vez sí, carta de validez plena a la declaración que hizo ayer pública la banda terrorista ETA anunciando el «cese definitivo de su actividad armada», aunque por el momento no haya hablado de disolución. El presidente Zapatero compareció exactamente una hora después de que se conociera el comunicado de la organización para expresar su convencimiento de que por fin la paz «ha triunfado definitivamente y sin condiciones».

Fue una declaración leída, al término de la cual el jefe del Ejecutivo no admitió ninguna pregunta, ni siquiera la que estaba en la cabeza de un buen número de informadores: ¿Está dispuesto el Gobierno a abrir ahora un proceso de diálogo directo con la banda, tal y como reclama ésta en su comunicado siguiendo las pautas prefijadas en las conclusiones de la Conferencia de Paz de San Sebastián? Y, en ese caso, ¿qué cree el Gobierno que significa la demanda de «dar resolución a las consecuencias del conflicto?».

Por ahora no hay respuesta, pero a tenor de la declaración del presidente, el Gobierno no alberga dudas de que ETA ya no volverá a matar ni a extorsionar. En cualquier caso, la gestión del nuevo escenario queda en manos del Ejecutivo y el Parlamento que salgan de las urnas. Así lo apuntó ayer el propio Zapatero antes de advertir de que el nuevo camino deberá «responder a un compromiso unitario» de las fuerzas democráticas.

El presidente aseguró ser «consciente de la importancia trascendental» del anuncio de la banda, que se produce después de décadas de sufrimiento y de combate contra el terror. Ahora, por fin, afirmó Zapatero, se ha conseguido que «la razón democrática se abra camino de un modo definitivo».

En sus palabras no faltaron los reconocimientos a la labor desempeñada por los sucesivos gobiernos de la democracia y los distintos ministros del Interior. El presidente trató, sin duda, de otorgar un trato igualitario a todos cuantos han estado en el poder a fin de evitar que se le atribuya el deseo de utilizar como arma electoralista el anuncio del fin de la violencia por parte de la organización. No obstante, no pudo evitar un agradecimiento «particular» a quienes le han acompañado «en esta etapa final», en clara alusión al ex ministro del Interior y actual candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, y a su sucesor al frente del Ministerio, Antonio Camacho.

Tampoco faltaron en el capítulo de los reconocimientos referencias expresas a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que han desarrollado durante años una «acción tenaz y eficaz», a la Justicia y a los servicios de inteligencia. Todos ellos, recalcó, «han contribuido a este final».

La colaboración de Francia fue otro de los puntos destacados por Zapatero. «La amistad con España del presidente Sarkozy ha sido determinante», afirmó. «Hemos contraído [con el país vecino]», insistió, «una perpetua deuda de gratitud y solidaridad». Zapatero telefoneó al presidente francés antes de comparecer en La Moncloa, de la misma manera que habló con el líder de la oposición, Mariano Rajoy.

No obstante, reservó sus mejores palabras a la sociedad española, que ha demostrado, dijo, «temple y firmeza» bajo la «guía del Estado de Derecho, que hoy, definitivamente y sin condiciones, triunfa como único modelo posible de convivencia».

Fue en este punto en el que Zapatero dejó traslucir su convencimiento de que ya no habrá marcha atrás; de que el comunicado de ETA es lo suficientemente solvente como para poder asegurar que, desde este momento, «la nuestra será una democracia sin terrorismo», y que, en particular, la sociedad vasca podrá disfrutar de una «convivencia no anudada al miedo o a la intimidación, plenamente libre y en paz». Y añadió: «Pero la nuestra no será una democracia sin memoria». Zapatero aseguró que el recuerdo de cada una de las 829 víctimas mortales y sus familias, así como de tantos heridos que «padecieron el injusto y aborrecible golpe del terror», siempre acompañará a los españoles

SANTIAGO GONZÁLEZ

21/10/2011

¿Esto era todo?

Rubalcaba embusteroSe esperaba el comunicado. El protocolo era preciso y un paso lleva a otro. El lunes, unos líderes ya descatalogados de la ONU y algunos gobiernos hacen un paripé de conferencia que se resuelve en tres horas y un comunicado precocinado de cinco puntos. No puede ignorarse el hecho de que las palabras con que anuncia el evento el primer punto son exactamente las mismas que pronunció al día siguiente el portavoz Rufi Etxeberria y que ayer anunció en rigurosa primicia el diario Gara: «Cese definitivo de la actividad armada». Unos minutos después, el hombre que puso todo su empeño y su determinación en ver el fin de la violencia comparecía ante los medios para reivindicar en la hora final de su mandato un la Historia me absolverá, al menos en esto.

Ha habido desfile de responsables políticos, Iñigo Urkullu y el lehendakari, un suponer. Patxi López vuelve para presidir hoy un Consejo de Gobierno extraordinario. Debería haber algo menos de algazara, un poquito más de sobriedad. Los fracasos anteriores están cuajados de interpretaciones voluntaristas sobre el significado de las palabras que emplean: en 2006 dijeron «permanente», que es muy diferente al calificativo «indefinida» que emplearon en 1998. Ahora dicen «definitiva», aunque eso no significa disolución ni entrega de las armas. Su comunicado ignora absolutamente los daños causados en este medio siglo de barbarie y sólo reivindica a sus bajas, como un ejército que no se ha rendido y se prepara para el armisticio.

Era importante la confesión de la derrota. Era necesario un reconocimiento del mal causado, del error que supuso tanto y tan largo guerrear, dice el lehendakari que «sin conseguir ninguno de sus objetivos». ¿Está seguro, lehendakari? Mire a la Diputación de Guipúzcoa y a los 123 ayuntamientos que gobiernan hoy, y piense en volver a repetir ese juicio cuando compare a los diputados socialistas vascos con los que saque Amaiur el 20-N, y no digamos, ay, los resultados de Sortu en las autonómicas de 2013. ¿Acaso hay algún objetivo más final para cualquier grupo político democrático o totalitario que la conquista del poder?

Una tercera parte de los crímenes de la banda está sin resolver, sin imputar a nadie, y permanece impune. El mismo día en que se reunieron los jubilados de Ayete, a los que ETA llama la comunidad internacional, Irene Villa y su madre tuvieron conocimiento de que ya nunca sabrán los nombres de los terroristas que las mutilaron; el crimen ha prescrito, como tantos otros. Hay en Euskadi unos 300 asesinos sin clasificar y sin purgar pena por ello, esperando para ser el día de mañana concejales, alcaldes, diputados o consejeros del Gobierno vasco.

¿Qué quiere decir el presidente con «una democracia sin terrorismo, pero no sin memoria»? ¿Por qué se empeña Zapatero en decir que son 829 las víctimas de ETA? Domínguez, Alonso y García Rey las censaron y biografiaron a todas: son 858.

Ya vivimos como si ETA no existiera. No. Como escribió Joseba Arregi, «como si no hubiera existido nunca». Ya sólo falta la negociación, todo se andará.

Las víctimas de ETA siguen teniendo memoria

>Toñi Santiago

Toñi Santiago es la madre de Silvia Martínez Santiago. Atendió a este periódico porque su padre no fue capaz. ETA mató a Silvia, de seis años, con un coche bomba colocado bajo el balcón del domicilio del matrimonio, en la localidad alicantina de Santa Pola. «Que dejen de matar es una buena noticia; pero no me lo creo». «Me gustaría hacerles unas preguntas a los expertos que estuvieron en la Conferencia de Paz celebrada en San Sebastián esta semana, y también al Gobierno de Zapatero y a Rubalcaba: ¿a qué conflicto pertenecía esta niña de seis años?, ¿a qué guerra?». El posicionamiento evidenciado ayer por ETA en su escrito no la convence: «No se ha disuelto. No ha entregado las armas. Sus miembros no se han puesto a disposición judicial. No ha pedido perdón».

>Antonio Gutiérrez

Antonio Gutiérrez, gaditano y ex policía nacional, sufrió en sus propias carnes el primer atentado con coche bomba de ETA, el 23 de junio de 1983 en San Sebastián. Se le incrustaron 27 trozos de tornillos a modo de recordatorio de una barbarie. Muchos de ellos aún siguen en su espalda. «¿Ya lo han dicho? Estaba esperándolo... Qué alegría», declaró a este diario nada más conocer la noticia. Sostiene que el comunicado llega «tarde», que tendría que haber visto la luz «mucho antes». No olvida a sus compañeros caídos, uno de ellos en el atentado del 83. Pero lo deja todo a un lado: «Qué felicidad; lo hemos pasado muy mal».

>Mari Mar Blanco

La parlamentaria 'popular' y hermana de Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA en 1997, señaló que tanto ella como sus padres están «contentos», aunque mostró su cautela ante un comunicado que encierra un final con condiciones. Blanco explicó que se trata de una «buena noticia», aunque con matices, dado que ETA ofrece el cese definitivo de la violencia como moneda de cambio para conseguir una mesa de negociación con los gobiernos de España y Francia. «Nos perdona la vida, pero sin reconocer el daño causado; a mi hermano no le reconocen como víctima ni al resto de los asesinados durante más de cuatro décadas», resumió.

>Irene Villa

Sufrió la amputación de las piernas tras la explosión de una bomba de ETA cuando tenía tan sólo 12 años. Se fía «poco» de los terroristas, aunque reconoce que el comunicado «es un paso más». A su salida de un congreso en el que participó en Zaragoza, la joven de 32 años recalcó ayer que no hay nada «más soñado y deseado» que el que «nunca nadie tenga que pasar por lo que muchos hemos pasado, que nunca nadie tenga que despertarse con una bomba debajo de su coche».

>Francisco José Alcaraz

El presidente de Voces contra el Terrorismo y ex presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Francisco José Alcaraz, restó toda credibilidad a un anuncio que, en su opinión, «es fruto de un proceso soterrado» que persigue «un final en el que los vencidos son las víctimas y los vencedores los asesinos de ETA». «El anuncio no tiene ninguna credibilidad porque la banda no anuncia su disolución, sino un cambio de estrategia», puntualizó Alcaraz, que perdió a su hermano y a sus dos sobrinas de tres años en la explosión de un coche bomba de ETA lanzado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza en 1987.

>Daniel Portero

El líder de la asociación Dignidad y Justicia, Daniel Portero, tildó el comunicado de ETA de «fraude», porque anuncia un cese definitivo que no se ha materializado porque «no se han entregado y están en la clandestinidad». «Es más de lo mismo, porque la disolución exige una entrega de las armas y los zulos que los terroristas no han llevado a cabo», subrayó Portero, que auguró que este pronunciamiento de la organización terrorista refleja que «se están dando pasos hacia unas negociaciones claras entre el Gobierno socialista y la banda». El hijo del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía asesinado por ETA en el año 2000, explicó que desde su asociación van a instar a la Fundación de Víctimas del Terrorismo a convocar una reunión de todas las agrupaciones de afectados para consensuar «una postura común» entre todos

PARTIDO POPULAR

CARMEN REMÍREZ DE GANUZA / Madrid

21/10/2011

Rajoy sentencia que no ha habido concesión política

Celebra el anuncio de la banda como una «gran noticia»

Rubalcaba embusteroRajoy no dejó anoche lugar a dudas: él se cree el comunicado de ETA. Más aún, lo considera una «gran noticia». Así lo dejó dicho en su breve y solemne comparecencia, perfectamente coordinada con el Ejecutivo socialista para sorpresa de una buena parte de su propio partido.

Al cabo de dos horas durante las que la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre; el cabeza de lista del PP por Palencia, Ignacio Cosidó, y otros cuadros del partido expresaron en las redes sociales su desconfianza hacia las pretensiones electoralistas de la banda terrorista, Rajoy leyó un comunicado en el que no sólo saldó por tres veces consecutivas la «buena noticia», sino que, más aún, aseguró que se había producido «sin ningún tipo de concesión política».

El único matiz que Rajoy puso a tanto triunfalismo político vino a través de estas palabras: «Éste es un paso importante, pero la tranquilidad de los españoles sólo será completa cuando se produzca la disolución irreversible de ETA y su completo desmantelamiento». Unas palabras que parecían sugerir una disposición por su parte a participar en este futuro proceso desde el Gobierno.

La mayoría del partido aguardaba una reacción optimista de su líder hacia el anuncio de la banda. El éxito de Rajoy en las encuestas ha consolidado entre los populares la estrategia de huir del discurso duro en política antiterrorista, especialmente en campaña y más aún en este caso, en medio de la esperada alegría de la calle por el «cese definitivo de la violencia». Además, todos en el PP son conscientes de que, pase lo que pase, será Rajoy el encargado de administrar desde el Gobierno las «consecuencias» del anuncio, sean cuales sean.

Esperaban, pues, una prudente y calculada reserva hacia el comunicado, pero muy pocos habían apostado por una rotundidad semejante en torno al fin de la banda. No faltaron, de hecho, quienes, después de escucharle, mostraron su preocupación por una reacción adversa por parte de las víctimas del terrorismo.

Eso sí, Rajoy, que en pasillos confesó haber hablado con Zapatero antes de comparecer ante los medios, dedicó a las víctimas prácticamente la mitad de su propio comunicado. «Las víctimas del terrorismo», dijo, «son y seguirán siendo el referente moral de nuestra democracia. Nunca perdieron la confianza en los instrumentos de nuestro Estado de Derecho».

Además, el presidente del PP no olvidó agradecer la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los jueces y fiscales en un tiempo de «décadas» que saldó como definitivamente pasado. «Esta noticia se ha producido porque la ley, la expresión de la libre voluntad de los españoles, ha sido más fuerte que las amenazas y la violencia», afirmó, en presencia de su número dos en la lista del PP de Madrid, Soraya Sáenz de Santamaría, de Federico Trillo y de Jorge Moragas.

En medio de la máxima solemnidad, y por segundo día consecutivo, Rajoy rechazó cualquier pregunta acerca de si, tras el comunicado, el PP instará o no al Gobierno a que impugne ante el Tribunal Supremo la candidatura de Amaiur. «Éste es mi comunicado», decía. «No es el momento», añadían sus colaboradores.

Así que, a la espera de saber cuál será la posición del PP, los populares consultados por este diario se decían temerosos no sólo de que ETA finalmente polarice lo que hasta ahora se presentaba como la campaña de la crisis, sino de que el PSOE rentabilice el comunicado como un éxito propio.

Rajoy, a diferencia de Zapatero, no hizo distinciones entre los méritos de unos y otros. Dijo que «a ETA la derrota la fortaleza del Estado de Derecho y la fe en la democracia de todos los españoles, representada por el esfuerzo decisivo de todos los gobiernos que han actuado bajo el amparo de la ley».

Además, apeló a la «unidad» de los demócratas frente al «chantaje criminal» como factor básico en este desenlace. Siempre en primera persona del plural, Rajoy afirmó: «Es una buena noticia que hayamos conseguido que ETA haya renunciado por fin a imponer su proyecto político a través de la muerte, el miedo, la violencia y la exclusión».

Madrid

21/10/2011

Rosa Díez: «Tienen que pedir perdón»

Exige a ETA que entregue las armas y colabore para esclarecer los crímenes

La líder de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez, afirmó que el texto en el que ETA anuncia el cese definitivo de su actividad armada es «idéntico» a otros anteriores «en contenido y en retórica», e insisitió en que «el comunicado del final de la violencia» lo escribirán los demócratas y será su «victoria».

Díez señaló que este comunicado será «el de verdad» y lo escribirá la sociedad después de que la banda terrorista cumpla con tres requisitos: «Pedir perdón, entregar las armas y colaborar con la Justicia para esclarecer los aproximadamente 300 asesinatos que aún están por resolver». «Sólo así podremos escribir el final del totalitarismo y la dictadura de la banda y, mientras tanto, que dejen de distraernos y marearnos con otros comunicados que son idénticos a los anteriores en contenido y en retórica», subrayó. Para la líder de UPyD, este nuevo anuncio de ETA no es el resultado de la Conferencia de Paz celebrada esta semana en San Sebastián, sino que se ha producido «gracias a la aplicación del Estado de Derecho y a la resistencia democrática».

Por su parte, Cayo Lara (Izquierda Unida) afirmó que es «una gran victoria de las fuerzas democráticas». Pidió que, cuando el cese «se verifique», los partidos y los gobiernos estén «a la altura de las circunstancias para superar las secuelas de la acción terrorista». Para Josep Antoni Duran Lleida (CiU), es «un paso muy importante», aunque falta «el paso definitivo» de entregar las armas. Anna Simó (ERC) dijo que «la excusa de la violencia ya no existe para evitar el derecho de los pueblos a decidir». El BNG también espera que los vascos puedan «libremente decidir».

LOS PARTIDOS VASCOS

J. M. / San Sebastián

21/10/2011

PNV: «Euskadi ha doblegado a la violencia»

Todos coinciden en resaltar el papel de la sociedad vasca

Los partidos vascos celebraron ayer con gran alegría y satisfacción el anuncio de ETA del «cese definitivo» de su actividad armada, lo que representa un «triunfo» de Euskadi, según dijeron. Las diferentes valoraciones se encaminaron a atribuir a la sociedad vasca un papel fundamental en la decisión de la banda terrorista de abandonar las armas de forma definitiva, y a recordar a las víctimas de la barbarie terrorista.

«Euskadi ha doblegado a la violencia». Empezando con estas palabras, y sin disimular su alegría, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, tuvo su primer recuerdo para todos aquéllos que «han pagado el duro tributo de la intolerancia violenta», y cuyo «sacrificio no será estéril». Por eso, puso el acento en la «gravosa deuda» que tiene la banda terrorista con la sociedad, quien «no le debe nada a ETA». De este modo, aseguró que el final de la actividad violenta «debe llevar a su desarme y disolución», como «parte del débito contraído con este pueblo».

El líder nacionalista quiso mirar en todo momento al futuro; aseguró que comienza «el tiempo de la libertad en Euskadi», un tiempo que se deberá construir desde la memoria. «Abonando nuestra memoria con el recuerdo de las víctimas y el sufrimiento que nuestro pueblo ha padecido, florecerá una nueva Euskadi sin sed de venganza, con respeto y libertad», afirmó Urkullu, quien terminó su intervención con un «Gora Euskadi Askatuta».

En esta misma línea, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, achacó el comunicado de la banda terrorista al «tesón del conjunto de la sociedad vasca», que es quien «gana al terrorismo».

Con el anuncio de ETA, el líder popular aseguró que «es la Ley y la Justicia las que triunfan», por lo que quiso «reivindicar los valores democráticos recogidos en la Constitución y en el Estatuto de Guernica», que constituyen «el marco de convivencia con plenas garantías de libertad».

Basagoiti no ocultó que se trata de una «buena noticia» que ETA «diga que no va a pegar más tiros ni a poner más bombas», aunque advirtió de que «hay que seguir trabajando» hasta que los terroristas acometan su desarme.

«Llevamos años trabajando por la libertad, dándolo todo, y seguiremos haciéndolo hasta que entreguen las armas», afirmó el presidente del PP vasco, quien aseguró que su partido «siempre estará a la altura de las circunstancias» para consolidar la «libertad plena» que «destierre para siempre el proyecto de ETA, que tanto daño ha causado a Euskadi».

En este contexto, realzó «la memoria de las víctimas» de los terroristas, que debe «marcar el camino de la convivencia y la libertad, y para que nos vacunemos contra nuevos fanatismos».

También con la vista puesta en el futuro, el PSE abogó por «ser capaces de construir, entre todos, el futuro y la convivencia» en el País Vasco a partir de este «momento histórico».

El secretario general de los socialistas de Guipúzcoa, Iñaki Arriola, resaltó que es un momento de «alegría» para el País Vasco y consideró que, a partir de ahora, «se inicia una época que Euskadi no ha vivido».

Desde las filas de la izquierda abertzale, Pernando Barrena habló anoche en la cadena Ser de «un antes y un después», aunque afirmando que estaba «decepcionado» con la reacción de Zapatero, al que instó a iniciar un diálogo con ETA y «el proceso de soluciones que demanda la sociedad vasca». Entre ellas, aclaró, el derecho de autodeterminación.

EL 'LEHENDAKARI'

LEYRE IGLESIAS / Nueva York

21/10/2011

«Hoy es el gran día de la libertad»

«Hoy es un gran día para todos... y todas. Es el gran día de la libertad y la democracia en Euskadi». Con este canto al fin de ETA cerró Patxi López su declaración institucional ante los periodistas que se habían desplazado con él en su viaje empresarial por la Costa Este norteamericana. Frente a la Pennsylvania Station de Nueva York, apremiado por sus colaboradores -tenía que coger un avión a las 18.00 horas (hora local), acompañado por su mujer, Begoña Gil, para llegar al Consejo de Gobierno urgente de hoy-, López se despidió sonriente porque, a pesar de su forzado regreso a Euskadi un día antes de lo previsto, no había, dijo, mejor manera de acabar su misión en EEUU

Eusko Alkartasuna mostró su satisfacción por una decisión de la banda que, dijo, «demuestra la irreversibilidad del proceso de cambio político que vive el país, consolidándolo de forma determinante».

Por su parte, el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, se congratuló del que, «sin duda ninguna, es un día muy satisfactorio para todos», e hizo un llamamiento a los gobiernos de España y Francia «para que de alguna manera se involucren en la solución de las consecuencias que aún quedan»


.FUERA DE ESPAÑA

Madrid

21/10/2011

EEUU dice que no sabe si el anuncio de ETA es serio

El Departamento de Estado de EEUU declinó ayer valorar el comunicado de ETA, al indicar que aún «no estamos en posición de determinar la seriedad, validez o intención» de esa decisión.

En declaraciones a la prensa, el portavoz del Departamento Mark Toner indicó que el Ejecutivo de Obama esperará a ver la reacción del Ejecutivo español y «colaboraremos muy de cerca con ellos para avanzar a medida que evaluamos» el alcance del anuncio. «Éste es un anuncio de la organización, y hemos visto anuncios similares en el pasado. No sabemos aún hasta qué punto es serio, ni, sinceramente, cuál es su intención», señaló. ETA pertenece a la lista de organizaciones terroristas internacionales del Departamento de Estado, una designación que, para ser retirada, requiere «un proceso muy complejo y deliberado», indicó Toner.

El presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, expresó su satisfacción por el cese de la actividad armada de ETA y pidió a la organización terrorista que proceda a desarmarse y disolverse. «Espero sinceramente que éste día sea recordado como el fin de una larga y trágica historia de muerte, extorsión y miedo en España», señala Buzek en un comunicado. El presidente de la Eurocámara subraya de todos modos que la intención de la banda debe ser «verificada» y «confirmada» y expresó su confianza en la capacidad de las autoridades españolas para hacerlo.

El líder del Sinn Fein, Gerry Adams, celebró el comunicado e instó a «las partes» a que, a partir de ahora, comiencen a abordar cuestiones como la de las víctimas, los presos de la banda terrorista y la «desmilitarización».

OORBYT.es

>Detrás de la noticia: así se vivió en la redacción de EL MUNDO

ÁNGELES ESCRIVÁ / Madrid

21/10/2011

El camino hacia el principio del fin

El valor de la sociedad española y la lucha antiterrorista, claves en la derrota

Rubalcaba embustero¿Cómo empezar el relato de los hechos? ¿Cómo iniciar la historia del bien más codiciado en estos momentos y más importante, incluso el moralmente más importante? Se trata de dirimir quién o quiénes acabaron con 50 años de terrorismo infamante y quién ha resultado el vencedor de una larga batalla de un solo atacante contra un Estado democrático.

El inicio de la historia puede fecharse el día en el que un grupo de jóvenes escindidos del PNV decidió llamarse ATA (pato, en euskera) y se embarcó en un delirio de reivindicaciones nacionalistas, de izquierdas y necesariamente antifranquistas en aquellos momentos, que debían ser obtenidas mediante la violencia. O puede empezar el día en el que asesinaron a una niña de tres meses hasta contabilizar 858 muertos, miles de heridos y un despliegue de métodos sádicos que pusieron a prueba la capacidad de un pueblo de enfrentarse al enorme reto de crear una democracia sin perder la serenidad ante el terror.

EL GOLPE DE BIDART

Primer descabezamiento de ETA

Pero el fin de esa pesadilla tiene técnicamente varios momentos clave, dos o tres planteamientos estratégicos y una enorme evolución emocional y cívica. Desde el punto de vista técnico, el primer golpe certero al corazón de ETA lo dio la Guardia Civil en 1992 al detener en la localidad francesa de Bidart a 'Pakito', 'Fiti' y 'Txelis' e incautarse de una parte esencial de la documentación de la banda terrorista. Ésa fue la primera vez que los etarras se sintieron vulnerables, porque ni por asomo habían concebido que pudieran quedarse de una vez sin su cúpula al completo. ETA estuvo durante un año padeciendo el castigo de las continuas operaciones policiales.

Sin embargo, la banda logró superar ese fuerte revolcón con la teoría de la «construcción nacional de una Euskal Herria independiente y socialista». Consciente de que no podía construir ese edificio sólo con el MLNV, buscó el acuerdo diseñando dos planos para una negociación: con el Estado, que debía asumir el derecho a decidir, y con los partidos vascos, que debían administrar la cuestión vasca. Ése ha sido su hilo conductor durante todos estos años, y los hechos demuestran que, sobre todo al principio, cada vez que los demócratas le seguían en su estrategia negociadora, su aparato militar iba hinchándose y el número de asesinatos cumplimentando una macabra lógica: ETA pensaba que, cuantos más atentados perpetrase, más pronto se sentarían los gobiernos en su mesa y más predispuestos de mostrarían a llegar a acuerdos.

Esta inercia se rompió con la llegada del PP al Gobierno. Cuando los populares llegaron al poder en 1996 cerraron las vías de negociación que se encontraron abiertas con la escandalosa protesta del ex presidente González; la del premio Nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel; la de los presos que se veían con el director de prisiones para hablar de las condiciones para soltar a Ortega Lara; la de Santo Domingo, donde se encontraba el dirigente 'Antxon', y otra establecida por altos cargos socialistas que se reunían con los dirigentes de Batasuna.

EL PP LLEGA AL PODER

De las contradicciones a la firmeza

A pesar de su predisposición, durante los dos primeros años de su Gobierno el PP no lo hizo exactamente como había anunciado e incurrió en contradicciones y errores, en permanente tensión con el distinto concepto de enfrentarse a ETA que tenían sus socios del PNV. Hasta que fue liberado José Antonio Ortega Lara y la imagen de su salida, consumido como si se hubiese macerado en un campo de concentración nazi, dio la vuelta al mundo. Y hasta que ETA, para demostrar que se reafirmaba, asesinó a Miguel Ángel Blanco.

El espíritu de Ermua sirvió para muchas cosas, entre ellas para superar muchos tabúes. El Gobierno dominicano se prestó a acabar con uno de los mitos de la etapa de Felipe González: que no podía cegarse la ventana en el país porque se cegaba una de las vías de solución.

Otro de los mitos era el de la imposible criminalización de la izquierda abertzale. Antes había sido inconcebible que el aparato político de la banda ingresase en prisión, a pesar de que ETA, desde siempre, había dejado claro que ella era la vanguardia y los demás, sus acólitos. Pero el Tribunal Supremo encerró a la Mesa Nacional de Batasuna al considerar delito la difusión de un vídeo de la banda en campaña electoral y sus dirigentes volvieron a mostrar su naturaleza al anunciar: «El que la hace la paga». Los meses siguientes fueron los que provocaron que Carlos Iturgaiz, presidente del PP vasco, se lamentara: «Nos están matando como a gorriones».

Ahora resulta increíble recordar cómo se llevó a la práctica la socialización del sufrimiento que había defendido en una de sus ponencias Rufino Etxeberria. Algunos objetivos después asesinados eran marcados por las querellas de Batasuna o por las pintadas de las calles.

Resulta increíble comprobar cómo era asesinado Caso y después su sustituto en la Concejalía de Rentería y después el suyo, como si fueran corderos yendo al matadero ante la mirada hacia otro lado de muchos. Pero la sociedad española aguantó, como había aguantado en los años 80, cuando ETA asesinaba a una persona al día, la mayor parte de ellos militares y policías, y la democracia era más endeble.

EL ACUERDO DE LIZARRA

Del diálogo al Pacto por las Libertades

Tras el asesinato de Blanco, la ciudadanía salió a la calle para acorralar de forma espontánea a los radicales y el Pacto de Ajuria Enea, que había tenido una función de cohesión política muy destacada, acordó su aislamiento político, aunque no todo el mundo pensó que ésa era la línea adecuada. Xabier Arzalluz desaconsejó esa estrategia, probablemente porque veía que PP y PSE se crecían con ella y se inclinó por sentarse a negociar con ETA y con Batasuna.

Esa pista de aterrizaje se transformó en el Pacto de Lizarra y en el diálogo entre el Gobierno del PP y la banda. De aquí salieron los acercamientos de etarras y frases como «no buscamos la derrota de ETA», la «democracia sabrá ser generosa» o «no ha de haber vencedores y vencidos», pronunciadas por los negociadores del PP y, alguna de ellas, por el propio presidente Aznar.

Tras el fracaso de aquellas conversaciones y ya sin el débito al PNV, el Gobierno del PP impulsó su plan inicial. Y lo hizo en coincidencia con dos protagonistas importantes: el juez Garzón y la Comisaría General de Información. Todos ellos habían llegado a la conclusión de que ETA no son sólo sus comandos, sino su entorno político, social, económico y cultural, y ejecutaron esa máxima.

Y a esta determinación política se unió el nuevo candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, que sugirió la firma del Pacto por las Libertades entre los dos partidos mayoritarios, que incluía no dialogar con ETA y excluir a quienes se empeñasen en pactar con la izquierda abertzale. A esas alturas, incluso con los primeros asesinatos tras el fin de la tregua, los nacionalistas vascos seguían pactando con los radicales.

El primero en caer fue el entramado económico, que se extendía por varios países y procuraba más de 2.000 millones al año. Después caería el diario Egin y toda la red de espionaje e información de ETA. Luego se modificaría el Código Penal y la Ley de Enjuiciamiento para acabar con la violencia callejera, haciendo que los padres pagasen los autobuses que quemaban sus hijos y condenándolos, no a una pena por estragos, sino a pertenencia a banda armada. Se endurecieron las penas hasta el cumplimiento íntegro de los 40 años y se aprobó la Ley de Partidos que ilegalizaría, entre otros, a Herri Batasuna, Batasuna, EH, SA y a todas las plataformas municipales de la izquierda abertzale.

EL PSOE VUELVE AL PODER

El parón de ETA y el 'proceso de paz'

Y no se acabó el mundo pese a los vaticinios de los más catastrofistas. La sociedad vasca ni se movió para protestar por ello y los militantes de la izquierda abertzale quedaron cada vez más arrinconados. En 2004, cuando Aznar dejó el Gobierno, los miembros de la dirección de ETA eran detenidos con una frecuencia tal que, a veces, no pasaban más que 15 días; el número de comandos había sido reducido drásticamente y la banda llevaba año y medio sin matar.

Entonces ocurrió el 11-M, y los etarras decidieron parar porque pensaban que, en esas circunstancias, sus atentados iban a ser contraproducentes. Un parón que les sirvió para alimentar de algún modo una de las vías que habían establecido de manera secreta: los contactos entre los dirigentes del PSE, con su presidente, Jesús Eguiguren, al frente, y los de la ilegalizada Batasuna, con Arnaldo Otegi en representación.

Los socialistas vascos habían accedido a la formación de dos mesas para el fin de ETA: una política, secreta y extraparlamentaria para analizar los asuntos políticos, y la otra técnica entre el Gobierno y ETA. Esta iniciativa adoptó una importancia enorme en cuanto fue asumida por el presidente Zapatero. Los enviados del Gobierno pusieron encima de la mesa algunos compromisos como la situación de los presos, la paralización de procesos judiciales, la anulación de la doctrina Parot y la Ley de Partidos, el compromiso de que no iba a haber ni vencedores ni vencidos...

Algunas de esas frases ya se habían pronunciado en el pasado, aunque la diferencia era que se había roto la teoría del empate infinito y el Estado estaba ganando claramente la partida. A las propuestas técnicas se unieron las políticas. Primero en la mesa de partidos extraparlamentaria que se formó entre el PSE, HB y el PNV, y luego al trasladar las dos mesas a Ginebra. A pesar de que en medio la banda cometió el atentado de la T-4, los representantes del Ejecutivo llegaron a plantear la creación de una institución común compartida entre el País Vasco y Navarra.

EL 'PROCESO DEMOCRÁTICO'

La hora de la izquierda 'abertzale'

Ésta fue la negociación en que se hicieron mayores concesiones. No sólo por la escenificación sino porque, mientras se producía de manera secreta, el Gobierno se negaba a impugnar formaciones sustitutas de la ilegalizada Batasuna como el PCTV o ANV, que consiguió gobernar decenas de ayuntamientos y manejar millones otorgados por el Estado.

ETA respondió asesinando a socialistas como Isaías Carrasco o a nacionalistas como Ignacio Uria. Hasta los protagonistas admiten en privado que el error habría sido mayúsculo si esta historia hubiera salido adelante, pero la banda no podrá escudarse en que no se le dieron todas las oportunidades.

Tras el fracaso de esta negociación, el Gobierno socialista continuó sin cerrar todos los puentes y cambió a la estrategia del palo y la zanahoria. La izquierda abertzale volvió a intentar revitalizar su brazo político y sus dirigentes fueron arrestados por ello. Pero, en realidad, el cambio estratégico había sido copernicano. El Ejecutivo de Zapatero se dedicó a detener a miembros operativos de ETA mientras dejaba que la izquierda abertzale tuviese su espacio. El objetivo era que los batasunos posibilistas fuesen convenciendo a la banda terrorista de que había que dejarlo, y para eso había que descapitalizar al brazo militar arrestando a los más duros.

ETA diseñó entonces el denominado Proceso Democrático, por el que pretendía de nuevo crear un frente con los partidos soberanistas, presentarse a las elecciones y, después, crear una mesa de partidos que llegase a unas conclusiones respecto a la autodeterminación y, en su caso, a la independencia que el Estado se viese obligado a aceptar. Para provocar todo este sistema, la organización quería poner en marcha una campaña de atentados. La acción policial impidió que esto ocurriese y la izquierda abertzale empezó a asumir que ETA, con esta estrategia, la iba a arrastrar a la derrota. Por eso inició un debate interno que, dado lo debilitada que estaba la dirección de la banda, pudo ganar. Se trataba de buscar los mismos objetivos pero sin atentar, porque ése era el único modo de regresar a las instituciones.

La izquierda abertzale inició entonces su penosa trayectoria para regresar al sol político. Estaba operativamente derrotada y socialmente cansada, pero, precisamente por eso, el Gobierno estaba dispuesto a ponerle una pista de aterrizaje para que disuadiese a ETA, hasta el punto de adoptar decisiones como la anulación de la Ley de Partidos con la legalización de Bildu. Cómo se acabe con la violencia es una decisión que puede ser errónea o no, pero queda claro que los únicos que no han hecho nada más que matar para conseguir la paz han sido ETA y los suyos

J. M. ALONSO / San Sebastián

21/10/2011

De Argel a San Sebastián

ETA ha suspendido varias veces su actividad armada en diferentes comunicados

Rubalcaba embusteroA lo largo de su sangrienta historia, ETA ha suspendido en varias ocasiones su actividad armada a través de diferentes comunicados de alto el fuego, que han sido considerados como muy importantes para el proceso de paz en el País Vasco, aunque luego han quedado en evidencia las verdaderas intenciones de estas declaraciones. Con estas treguas-trampa, la banda terrorista ha negociado y engañado en mayor o menor medida a diversos gobiernos en épocas de dificultades. El fin era hacer frente a la ilegalización de su brazo político y mitigar la presión policial, que ha ido descabezando sucesivamente sus diferentes cúpulas, para reorganizarse y rearmarse.

CONVERSACIONES argelinas

Al fracasar el diálogo, el asesinato

La primera suspensión de la actividad de ETA tiene lugar en 1989, para posibilitar las denominadas conversaciones de Argel entre la banda y el Gobierno de Felipe González. El 8 de enero de ese año, ETA anuncia un alto el fuego unilateral de 15 días que abre un proceso negociador al máximo nivel que da continuidad a las conversaciones previas. En Argelia, José Luis Corcuera, Rafael Vera y Juan Manuel Eguiagaray encabezan la delegación del Ejecutivo, mientras que ETA envía a su líder Antxon Etxebeste, acompañado de Belén González Peñalva e Ignacio Aracama Mendia, miembros del comando Madrid. Nadie está dispuesto a ceder y, ante la imposibilidad de alcanzar cualquier tipo de acuerdo, el diálogo se rompe el 3 de abril. El Gobierno da por finalizadas las conversaciones e, inmediatamente después, la banda asesina a un guardia civil.

TRAS EL PACTO DE LIZARRA

El furgón bomba de Calatayud

El 16 de septiembre de 1998, ETA responde a la firma, apenas cuatro días antes, del Acuerdo de Lizarra entre las fuerzas nacionalistas para lograr la soberanía con el anuncio de una «tregua indefinida y sin condiciones». En un comunicado, decreta la suspensión indefinida de sus atentados al considerar que existen «oportunidades únicas» para caminar hacia la paz. Con esta declaración, ETA busca sumar al PNV y EA, suscribientes del pacto soberanista, en su presión al Estado. Con el caramelo del alto el fuego, la respuesta del Ejecutivo de José María Aznar no se hace esperar e inicia contactos con el brazo político de ETA, con Arnaldo Otegi a la cabeza. Éstos culminan en una reunión secreta, en mayo de 1999 en Zurich, entre el Gobierno y la banda que luego ambos reconocerían. Madrid accede al inicio del acercamiento de presos a cárceles vascas, pero la banda, lejos de responder, demuestra su nula disposición a dejar las armas.

Mientras hace ver al Gobierno que se están dando avances a través de diferentes comunicados (hasta nueve diferentes), sigue reorganizándose y aprovisionándose de material explosivo. Suspende unilateralmente el diálogo con La Moncloa. Las verdaderas intenciones se evidencian cuando, sin haber transcurrido un mes del anuncio del final de la tregua, el 28 de noviembre de 1999, la Guardia Civil intercepta en Calatayud un furgón bomba listo para estallar con 950 kilos de explosivos, con el que ETA iba a perpetrar en Madrid el mayor atentado de su historia. Para justificar su farsa de 439 días sin atentados, ETA no sólo culpa al Gobierno de inmovilismo, sino que reprocha al PNV el no haber querido aprovechar la oportunidad e ir de la mano en el desarrollo del Pacto de Lizarra. Un año después, ETA admitió que el alto el fuego en realidad había sido una «tregua-trampa».

NI CATALUÑA NI CARGOS ELECTOS

La cita con Carod-Rovira

En una actitud desafiante al Gobierno del PP, ETA realiza en febrero de 2004 un gesto con Cataluña al anunciar el cese de sus actividades terroristas en este territorio con la intención de unir los lazos con los catalanes. Esta medida tiene lugar apenas un mes y medio después de que dirigentes etarras mantuvieran un encuentro en Perpiñán (Francia) con el consejero jefe del Gobierno catalán, Josep Lluís Carod-Rovira (ERC), para, al parecer, negociar los términos de este acuerdo. En junio de 2005, la banda amplía esta tregua a «los políticos electos» de España en un nuevo comunicado y, a cambio, presiona al Gobierno para que rompa con el PP.

LA TREGUA-TRAMPA DE 2006

El 'Faisán' y el atentado de Barajas

A finales de 2006, ETA se ríe del Gobierno, a quien deja en ridículo con un brutal atentado en la T-4 de Barajas que rompe de facto la tregua un día después de que José Luis Rodríguez Zapatero se mostrara públicamente optimista con el proceso de pacificación. Para entonces, el Ejecutivo socialista ya había picado el anzuelo lanzado por la banda, que, debilitada, recurrió a una tregua-trampa al anunciar un nuevo alto el fuego, en marzo de 2006, con el objetivo de tomar oxígeno. Se encontraba asfixiada por la presión policial y sin el sustento de su brazo político en las instituciones vascas, debido a la eficacia de la Ley de Partidos, que ilegalizó todas y cada una de las marcas de la izquierda abertzale. En la declaración, sostuvo que la «superación del conflicto, aquí y ahora, es posible, ése es el deseo y la voluntad de ETA».

El Gobierno de Zapatero fue complaciente con la banda y, entre las concesiones, la Policía le informó, mediante un chivatazo, de una operación contra su red de extorsión, el famoso caso Faisán. Siguiendo el guión establecido, tres meses después del comunicado Zapatero anunció en el Congreso el inicio del diálogo con ETA, a lo que el PP respondió rompiendo «toda relación» con el Ejecutivo. El Gobierno socialista se dejó chantajear por la banda terrorista, que amenazó con romper el proceso de paz si el Ejecutivo no cumplía sus compromisos o no ponía fin a los arrestos.

Pese a todo, Zapatero se mostró optimista por una paz que salta por los aires el 30 de diciembre con el atentado de Barajas con dos muertes, las primeras en tres años y siete meses, mientras Batasuna se niega a condenar los asesinatos. Aunque la tregua está rota de facto, lo que lleva a La Moncloa a dar por terminada la negociación, ETA se mofa y defiende la vigencia de un alto el fuego que rompe de forma oficial cinco meses después, el 5 de junio de 2007, con un comunicado en el que deja «abiertos todos los frentes».

eco internacional

Los 'mediadores'

En su intento por contar con el apoyo de la comunidad internacional para presionar al Gobierno a dar pasos, la izquierda abertzale recluta al abogado Brian Currin, que ha negociado en Irlanda del Norte o Sudáfrica, para montar el denominado Grupo Internacional de Contacto, que busca promover, facilitar y fomentar el diálogo. En marzo de 2010, Currin presenta en el Parlamento Europeo la Declaración de Bruselas, apoyada por 20 líderes y expertos internacionales en resolución de conflictos, y que atiende a las reivindicaciones de ETA.

Unos meses después, el 5 de septiembre, la banda envía un vídeo a la cadena de televisión británica BBC en el que decreta el fin de las «acciones armadas ofensivas». Pretende evidenciar a ojos de la opinión pública que responde a la petición de los diversos mediadores internacionales y también a la demanda que le han formulado EA y Batasuna dos días antes para que decrete un alto el fuego «con verificación internacional». Incluso, en un segundo comunicado, ETA insta a la comunidad internacional a participar en el proceso.

Aunque la prudencia y la cautela se intensifican a nivel político e institucional, dados los precedentes, el Gobierno sigue teniendo gestos con la banda terrorista y lleva a cabo un acercamiento de presos, algunos sanguinarios.

ALTO EL FUEGO permanente

El aval de Kofi Annan

Con el horizonte cercano de las elecciones municipales y forales, ETA decreta el 10 de enero el alto el fuego «permanente, general y verificable» con un ambiguo comunicado en el que no habla de su disolución o desarme. La esperanza ante el fin cercano de ETA se acrecienta, especialmente en las filas del PSOE, y los tribunales y el Gobierno responden al nuevo tiempo con un nuevo gesto a la banda terrorista, sacando de la sombra a su brazo político, que se convierte en la segunda fuerza en el País Vasco en las elecciones municipales y forales del 22 de mayo, logrando un éxito sin precedentes en Guipúzcoa. Un mes antes de los comicios, para allanar el camino a Bildu, ETA había anunciado el fin de la extorsión a los empresarios del País Vasco y Navarra.

Con su brazo político gobernando en varias instituciones vascas, ETA se compromete el 2 de octubre a colaborar con el Grupo Internacional de Contacto, donde denuncian los obstáculos de los gobiernos español y francés. En este intento de presionar a Madrid, la izquierda abertzale auspicia, con Lokarri como anfitrión, una Conferencia de Paz en San Sebastián con mediadores internacionales como Kofi Annan, ex secretario general de la ONU, y cuyas conclusiones respaldan las tesis de la banda terrorista, como la búsqueda de un proceso de diálogo o la consulta a la ciudadanía para lograr la independencia

M. MARRACO / Madrid

21/10/2011

'Vigilamos a Buesa en la tregua'

La tesis de que las treguas pueden no ser lo que parecen planeó ayer en el juicio a 'Txapote' por el asesinato de Fernando Buesa y su escolta en febrero de 2000, tras la ruptura de la 'tregua trampa'. «Las vigilancias [a Buesa] se hicieron durante la tregua [....] por si se rompía», dijeron en sus declaraciones los tres etarras ya condenados por matar al dirigente socialista. Ayer se juzgaba si fue el acusado quien les dio la orden. Javier García Gaztelu, que afronta 105 años de cárcel, se negó a declarar y, pese al «no reconozco a este tribunal», estuvo más modosito que en otros juicios.

Su condena pasa necesariamente por las declaraciones incriminatorias de Asier Carrera, Luis Mariñelarena y Diego Ugarte. Y ahí se centró el fiscal Daniel Campos. El objetivo más fácil era Mariñelarena, alejado de ETA y trasladado este año por Interior a la prisión-laboratorio de Villabona.

El momento más comprometido le llegó cuando la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, se incorporó de pleno al interrogatorio y le conminó a que dijera qué jefes de ETA les dieron órdenes. Acabó diciendo que 'Txapote' era uno de ellos. A continuación, el fiscal logró que afirmara que era el jefe del comando, algo que minutos antes no había querido decir.

En otro juicio celebrado ayer en la Audiencia Nacional, el fiscal Carlos Bautista pidió 52 años de cárcel para Jesús Martín Hernando por matar al 'ertzaina' Joseba Goicoechea. «La Fiscalía ni se disuelve ni está entre sus planes», dijo Bautista, según informa Efe. «Desde luego, en el futuro, cuando toque, y si toca, de nosotros tendrá una negativa para una excarcelación anticipada», añadió el fiscal, dudando de la supuesta mala salud del acusado


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JUSTINO SINOVA

21/10/2011

Retirada pero incompleta

ETA somete a tales condiciones el cese de lo que denomina su «actividad armada» que invita a pensar que lo que llama «definitivo» no lo concibe terminante, sin vuelta atrás. Nada me alegraría más que esta interpretación fuera errónea. Pero lo que resalta en el comunicado etarra es que la banda supedita el abandono del terrorismo a que los gobiernos de España y Francia participen en un «diálogo directo». O sea, ETA se pone al nivel de los máximos dirigentes de dos estados con la pretensión de hablar con ellos de igual a igual de lo que llama «consecuencias del conflicto», expresión inconcreta en la que entran supuestos beneficios penitenciarios a los asesinos y extorsionadores etarras y muchas otras cuestiones que no definen pero que podemos imaginar conociendo sus obsesivas exigencias planteadas durante tantos años, y que son las llamadas «cuestiones políticas», que no olvida ETA pero que nunca han de ser la respuesta debida al terrorismo. Con condiciones imposibles de cumplir, la «superación» de lo que ETA llama «confrontación armada» -y que la gente normal llama violencia terrorista con que la banda ha maltratado a la sociedad- se presenta como un objetivo inaccesible. De nuevo me gustaría equivocarme.

Es decepcionante que la banda etarra haya evitado aludir a asuntos clave de una retirada como la que anuncia. ETA no se disuelve ni abandona las armas. Estamos, pues, ante un grupo terrorista que dice renunciar al terrorismo sin demostrar que pone punto final con la entrega de sus pistolas y con la apertura de sus depósitos de explosivos. Si el cese de su «actividad armada» es definitivo, como dice, ¿para qué le sirven las armas? Y si guarda sus armas, ¿cómo entender su anuncio?

Además, ETA no insinúa siquiera una mínima voluntad de pedir perdón a las víctimas con las que ha jalonado su siniestra actividad durante medio siglo, y se refiere exclusivamente a sus militantes que han encontrado la muerte en la violencia que han practicado y a aquellos otros que cumplen condena por sus transgresiones de las leyes o se han refugiado en el exilio perseguidos por sus delitos. Si la banda quiere poner punto final a su siniestra historia no puede desconocer -ni pretender que la sociedad olvide- las consecuencias de sus ataques terroristas y dejar de lado a las víctimas, testimonio de las infamias e iniquidades etarras.

Esta declaración llega después de la conferencia orquestada por la propia ETA en San Sebastián el lunes pasado. En la comunicación de la conferencia se partía de una falsía mayúscula sobre el drama terrorista de España: «La última confrontación armada en Europa». El terrorismo en España no es una confrontación armada, sino el ataque criminal reiterado de una banda totalitaria a una sociedad víctima que trata de defenderse de los delincuentes, sean quienes sean, con las Fuerzas de Seguridad, como hace un Estado que se precie. Pero los terroristas, sus amigos y sus cómplices elevan el rango del suceso protagonizado por forajidos narcotizados con ideas obsesivas para darles una pátina de luchadores contra un Estado opresor y deducir de ahí la necesidad de una paz entre iguales. A esa tesis lunática responde el anuncio del cese tan condicionado

1 comentario:

  1. Todo lo que a dado de si, la farsa del comunicado de los asesinos. Parece que en época de elecciones a según que políticos, se les abre las carnes con todo esto.
    Los asesinos a la cárcel, y los traidores fuera de España.

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