miércoles, 5 de octubre de 2011

Blanco citó a Dorribo en una gasolinera para tratar en su coche de las ayudas Dimite el parlamentario 'popular' implicado


CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO / Madrid

05/10/2011/El Mundo

Blanco citó a Dorribo en una gasolinera para tratar en su coche de las ayudas
Dimite el parlamentario 'popular' implicado y el PP pide a Blanco que «siga el ejemplo»

A instancias de su primo Manuel Bran lo recogió el 5 de febrero en la estación de servicio de Guitiriz en Lugo
Según declaró el empresario ante la juez, el ministro le dijo: «Si te portas bien conmigo, yo me portaré bien contigo»
Blanco admite que Dorribo le pidió entonces que hiciera gestiones ante Sanidad pero sostiene que luego no las hizo

Rubalcaba, embustero y payasoEl ministro de Fomento y número dos del Partido Socialista, José Blanco, mantuvo varias reuniones con el empresario farmacéutico Jorge Dorribo, que le ha acusado ante la juez de haber cobrado comisiones a través de su primo Manuel Bran.

El sábado 5 de febrero de este año, Blanco había acudido a La Coruña para la firma de dos convenios entre el Ayuntamiento de la ciudad y la empresa pública Adif que suponían la construcción de un paso inferior peatonal en la línea Betanzos-Ferrol y de una senda litoral entre las localidades de San Valentín y Maniños.

Ese mismo día, Bran, primo político de Blanco, llamó al ministro desde su teléfono móvil (intervenido por orden judicial, según fuentes solventes), para decirle que el empresario Dorribo quería hablar con él.

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El ministro aceptó la entrevista y quedó en recoger a Dorribo en la gasolinera de Guitiriz (Lugo), situada junto a la A-6, muy cerca de la localidad de Parga.

En efecto, el empresario le aguardó allí y Blanco acudió a la cita en su coche oficial, que iba seguido de un automóvil de escolta y precedido por una unidad de la Guardia Civil.

Según fuentes de la investigación, una vez en el coche del ministro Dorribo le preguntó cómo iban las gestiones para la concesión de ayudas del Ministerio de Economía, a lo que Blanco respondió que iban bien. El empresario afirmó ante la juez que el ministro le dijo: «Si te portas bien conmigo, yo me portaré bien contigo».

Rubalcaba, embustero y payasoA renglón seguido, Dorribo le pidió al ministro que agilizara las gestiones para la autorización de los medicamentos en unidosis, que el empresario había solicitado al Ministerio de Sanidad. Según las mismas fuentes, Blanco se comprometió a hablar con Leire Pajín sobre el asunto. El ministro Blanco, en conversación con EL MUNDO, reconoció que, en efecto, había recogido en dicha gasolinera ese día a Dorribo, y que éste le pidió que hiciera gestiones ante la ministra de Sanidad. «Pero yo no hice después ningún tipo de gestión ante el Ministerio», concluyó.

El caso es que, después de la conversación, el ministro y el empresario acudieron cerca de Parga a comer un cocido junto a otros empresarios lucenses, entre los que se encontraban los propietarios de la consultora Proitec, Carlos Monjero y Javier Rodríguez, también imputados en la operación Campeón, que dirige la juez Estela San José, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Lugo.

Rubalcaba, embustero y payasoDorribo también declaró que este mismo año almorzó con el ministro de Fomento en casa del citado Javier Rodríguez, en la localidad de Parga.

Durante su confesión ante la juez, Dorribo insistió en que el dinero que pagaba en efectivo y a través de facturas infladas a Manuel Bran, propietario de la empresa Electricidad Espiñeira y Bran, tenía como destinatario al ministro José Blanco.

El proyecto más ambicioso que tenía Dorribo en marcha consistía en la creación de una empresa para la exportación de medicamentos ubicada en Andorra. La sociedad, de hecho, se constituyó este año con el nombre de Salud Innovació 12. Entre los accionistas, además del propio Dorribo (la que figura en el Registro es su hija), estaban los propietarios de Proitec, Carlos Monjero y Javier Rodríguez; el vicepresidente de Azcar, José Antonio Orozco, y Xoan Bazarra, el supuesto testaferro del diputado y ex conselleiro del BNG Fernando Blanco. Bazarra figura, además, como gerente.

La idea era lograr la exclusiva de la retirada de los medicamentos de todas las farmacias de España (para lo que necesitaban la ayuda de Sanidad) y reutilizar dichas medicinas para exportarlas a países del Tercer Mundo a través de su empresa.

Según Dorribo, el ministro de Fomento conocía ese proyecto. De hecho, afirma, al hilo de esa conversación, que Blanco le había dicho que él suele ir a esquiar a Andorra.

El empresario imputado se había convertido en un importante distribuidor de medicamentos. Tenía multitud de acuerdos con farmacias que atravesaban problemas financieros. Les ofrecía ayuda para pagar sus deudas a cambio de que pidieran grandes cantidades de medicinas a los fabricantes para, posteriormente, cedérselas a Laboratorios Nupel, que se dedicaba a exportarlas.

Laboratorios Nupel fue beneficiada con importantes ayudas. En diciembre, a través del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), logró un crédito de 2,9 millones de euros en condiciones muy favorables del Banco Europeo de Inversiones. El propio Igape le concedió el pasado 18 de marzo una ayuda de 992.942 euros. El Ministerio de Economía le otorgó en esas mismas fechas otros 467.267 euros.

El Gobierno del PSdeG y el BNG le había concedido ya en 2008 una ayuda de 1,6 millones de euros a través del Igape.

OORBYT.es

>Vea hoy en EL MUNDO en Orbyt el análisis de Casimiro García-Abadillo

Las ayudas llegaron en marzo

>A finales de 2010, Laboratorios Nupel solicitó al Igape ayudas oficiales para realizar una inversión de 5,8 millones de euros en una planta de envasado de medicamentos. El 18 de marzo de 2011, el Igape concedió a Nupel unas ayudas de 992.942 euros.

>El Ministerio de Hacienda también le concedió 467.267 euros. En diciembre de 2010, Nupel recibió un crédito de 2,9 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones en condiciones muy favorables. Dorribo quería, además, que José Blanco le hiciera gestiones en Sanidad

CARMEN REMÍREZ DE GANUZA / Madrid

05/10/2011

El PP pide al ministro que «siga el ejemplo» de Cobián

El diputado autonómico dimite por «respeto a los ciudadanos»

El PP tomó ayer la iniciativa y cercó políticamente al ministro socialista José Blanco. La formación que lidera Mariano Rajoy le comprometió con la rápida dimisión de su diputado autonómico, Pablo Cobián, implicado como él en las acusaciones de cohecho hechas ante la juez por el empresario gallego Jorge Dorribo.

Cobián apenas tardó unas horas desde la publicación de la información por EL MUNDO en hacer entrega de su acta de diputado del Parlamento gallego. Además, y al mismo tiempo, dimitió como concejal del pueblo coruñés de Oleiros.

El popular, que negó como Blanco todas las acusaciones y aseguró también que se querellará contra el empresario, dio el paso por «respeto» democrático y para «no perjudicar» a su partido.

Así lo expresó en un comunicado: «Tomo esta decisión por respeto a los ciudadanos que me votaron y también para no perjudicar a la formación política a la que pertenezco». Una nota en la que Cobián, previa conversación con el portavoz del PP de Galicia en la Asamblea, Pedro Puy Fraga, insistía en considerar su retirada como un «deber»: «Cuando entré en política, asumí un deber para con la ciudadanía y ese compromiso me lleva a presentar hoy mi dimisión de forma personal e inmediata», rezaba.

La noticia dio pie a Génova para sacar pecho frente al también vicesecretario general del PSOE, José Blanco. Si bien al comienzo de la jornada María Dolores de Cospedal se mostró especialmente cauta -animó al ministro en Antena 3 a querellarse contra su acusador-, el vicesecretario de Comunicación, Carlos Floriano, llegó a afirmar que Blanco «debería seguir el ejemplo del diputado autonómico del PP».

Desde la dirección nacional, Floriano dio toda la importancia política al escándalo, hasta el punto de relacionarlo personalmente con «el nulo protagonismo» concedido a Blanco por los organizadores de la Conferencia Política del PSOE, celebrada el fin de semana pasado en Madrid. En su opinión, el Gobierno y el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, debían de estar sobre aviso de la judicialización de estas acusaciones y actuaron con precaución frente a ellas.

Sin dejar de reconocerle el derecho a la presunción de inocencia -pero sin dejar de recordar, a la vez, las ocasiones en que él mismo obvió dicho derecho a dirigentes del PP»- Carlos Floriano hizo un triple emplazamiento al ministro socialista.

En primer lugar, insistió en su dimisión, frente al «doble rasero» que su continuidad supondría ante sus propias peticiones de dimisión hacia los acusados de corrupción del PP, fueran o no imputados. En este sentido, Génova tiró de hemeroteca, y rescató titulares en los que Blanco «instaba» a Rajoy a «asumir responsabilidades», de forma «contundente», y no sólo en el caso Gürtel.

En segundo lugar, el PP advertía a Blanco frente a la posibilidad de que «vaya en las listas» si «la juez pide el suplicatorio» para investigarle.

Además, y en todo caso, reclamaba a Blanco «explicaciones» frente a las acusaciones del empresario Dorribo. En este sentido, puso en valor las aportadas por Cobián en su comunicado. Éste negó haber recibido dinero a título personal, y sostuvo que la «única relación» que mantuvo con Dorribo fue a través del patrocinio a su hijo en pruebas de alta competición automovilística, «que era compartido con otras importantes empresas gallegas». Según declaró Dorribo ante la juez, Cobián habría cobrado 200.000 euros por gestiones ante la Xunta, además de lograr el patrocinio para su hijo.

El PP gallego declinó comentar los prolegómenos de la dimisión. Pero el presidente del partido regional y de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, fue directo: «Cuando existe una sospecha, las cosas hay que aclararlas, afecte a quien afecte (...). Espero que todos tomen decisiones como las que ya tomó la Xunta y seguirá tomando».

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>Vea hoy en EL MUNDO en Orbyt el análisis de Carmen Remírez de Ganuza

SANTIAGO GONZÁLEZ

05/10/2011

Gambito de concejal

Hay que ver cómo cambian los tiempos, pensará el portavoz del Gobierno y ministro de Fomento, mientras recuerda la cena en la que se le impuso la insignia de oro de los Empresarios de Lugo y parafrasea el famoso poema de Wordsworth: «Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en el BOE,/ y la gloria en los manteles,/ no hay que afligirse,/ porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo».

El fasto fue patrocinado hace año y medio por quien hoy es su denunciante ante el Juzgado número 3 de Lugo, el empresario Jorge Dorribo, que fue detenido bajo la acusación de haber cometido fraude en subvenciones públicas, falsedad documental, alzamiento de bienes y fraude fiscal. Esta denuncia es el acto de colaboración con la Justicia que le permitió acceder a la libertad provisional.

Por lo que sabemos, el empresario Dorribo acusa al ministro de haber intercedido para conseguir subvenciones a cambio de 400.000 euros. Como la corrupción, incluso presunta, es un fenómeno horizontal, también están acusados un ex conselleiro del BNG y un parlamentario y concejal del PP, obligado a dimitir en una gran jugada de su partido, un gambito de concejal.

Consiste en sacrificar un peón para obtener una ventaja estratégica. Los populares insistirán en que Blanco debe actuar a la recíproca: un número dos, ministro y portavoz a cambio de un edil y diputado regional. Pas mal.

A Blanco le ampara, como a su tocayo del Bloque y al popular Cobián, la presunción de inocencia, y de momento es la palabra de su denunciante contra la suya.

Pero hay algún punto curioso. Por mucho que la dimisión de Pablo Cobián convenga al PP, si no hubiera nada, habría sido difícil que se prestara a comerse ese marrón.

Gente como los condenados en los procesos de Moscú ya no quedan en los partidos. Por otra parte, es algo extraordinario que un ministro cite a un empresario en una gasolinera a través de un primo, para llevarle en su coche oficial a un restaurante donde comieron un cocido en compañía de otros.

En las relaciones entre un ministro y un empresario, lo normal es que éste obtenga una cita para visitar a aquél en su despacho. O quedar directamente en un restaurante. Pero la cita en la gasolinera queda rara. Por aquel entonces, a Dorribo aún debía de quedarle dinero para el taxi.

Por comparar, lo de los trajes de Camps no estaba demostrado. Siempre pensé que el president valenciano debía dimitir por sus conversaciones con Pérez, 'El Bigotes'.

¿Tiene más credibilidad un tipo acusado de todo eso que un ministro del Gobierno? «La verdad avanza a lomos de hijos de puta», dijo el columnista Aguilar, y la sentencia le costó su expulsión de Telecinco.

Un ministro debería gozar de más consideración que un tal a quien también debemos presumirle la inocencia, por otra parte. Pero para creer, lo que se dice creer, uno prefiere al que le diga la verdad y tanto el uno como el otro, la altiva princesa y la que pesca en ruin barca, pueden tener excelentes motivos para ocultarla.

Parece que en los próximos días se va a levantar el secreto de sumario. No es improbable que haya grabaciones reveladoras, oído al dato

1 comentario:

  1. Y siguen las corruptelas, más madera que es la guerra (hemanos marx).

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