lunes, 12 de septiembre de 2011

Rubalcaba telefoneó a Felipe González al salir de su reunión con Batasuna en Leiza



  • 12-09-2011 |La Gaceta

    Almunia era el secretario general y Borrell el candidato del PSOE en aquel momento. Esta vía de comunicación es anterior a la de Eguiguren y se mantuvo tras la ilegalización de los proetarras.

  • Alberto Lardiés. Madrid

    Además de los presentes en el cónclave, el ex presidente del Gobierno Felipe González también conoce la reunión que mantuvo Alfredo Pérez Rubalcaba con la dirección de Batasuna en septiembre de 1998. Nada más abandonar el domicilio de Patxi Zabaleta en Leiza (Navarra), el hoy candidato del PSOE telefoneó a González para reportarle cómo había ido el encuentro.
    Esa llamada de Rubalcaba supone un evidente puenteo, si se tiene en cuenta que en aquel momento el secretario general de la formación era Joaquín Almunia y el candidato a la Presidencia del Ejecutivo, tras vencer sorpresivamente en las primarias de abril de aquel año, era José Borrell. La lógica dicta que un encuentro así, días después de que ETA declarase una “tregua indefinida”, debía ser conocido por los líderes de la formación. Pero González aún mandaba mucho en la sombra.

    Derrotado en las urnas en 1996 y con feroces luchas intestinas que se habían evidenciado en las citadas primarias, el PSOE vivía momentos convulsos. De hecho, el mes de septiembre de 1998 fue uno de los más trepidantes en la trayectoria política de Rubalcaba. Además del encuentro en Leiza, celebrado a finales de mes, y de la tregua de ETA, declarada el día 16, también en aquellos días el hoy candidato socialista protagonizó una sonora secuencia.

    Fue al acudir el día 10, junto a la plana mayor de la formación, a las puertas de la prisión de Guadalajara para mostrar su apoyo a José Barrionuevo y Rafael Vera, encarcelados por los GAL. Y es que la relación entre el actual candidato socialista y los crímenes de Estado del felipismo constituye también una de sus etapas más oscuras, recogidas también en el libro Los mil secretos de Rubalcaba (Ciudadela, 2011).

    Inicios de los noventa

    La entrevista celebrada en Leiza entre Rubalcaba, Enrique Curiel y José Luis Úriz, por el PSOE, y Patxi Zabaleta, Joseba Permach, Pernando Barrena y Santiago Kiroga, por la izquierda abertzale, desvelada ayer por LA GACETA y Elconfidencial.com y contenida íntegramente en la obra mencionada, no surgió fruto de la casualidad. Sólo fue posible por el trabajo denodado e incansable del ex dirigente del Partido Comunista Enrique Curiel. Fue él, fallecido en marzo de este año, quien inició las conversaciones con Batasuna a principios de los noventa.

    Esta vía de contacto entre el PSOE y el brazo político de ETA es, por tanto, anterior al diálogo entre el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, y los dirigentes de la izquierda abertzale que se inició en 2001 y desembocó en el mal llamado proceso de paz. Pero no se trata de compartimentos estancos, sino que ambas vías están íntimamente relacionadas, puesto que fueron Úriz y Curiel los que pusieron en contacto a Eguiguren con los batasunos.

    Los contactos entre algunas de las personas reunidas en Leiza se mantuvieron durante años, incluso después de la ilegalización de Batasuna en 2002 merced a la Ley de Partidos. En principio, el interlocutor de Curiel era Patxi Zabaleta. Y cuando este abandonó la izquierda abertzale afín a ETA, condenó los actos terroristas y fundó Aralar como escisión de Batasuna, también en 2002, la vía se reactivó entre el propio Curiel –siempre flanqueado por su gran amigo José Luis Úriz– y Pernando Barrena.

    Dos vías

    Podría decirse que durante años el PSOE mantuvo dos vías de relación con el brazo político de la banda: la vía navarra, dirigida por Curiel y Úriz; y la vía vasca, comandada por Eguiguren. Como se sabe, la segunda fue cobrando fuerza merced a los encuentros secretos que mantuvieron entre 2001 y 2005 Eguiguren y Arnaldo Otegui en el caserío Txillarre de Elgóibar (Guipúzcoa), localidad natal del portavoz batasuno.

    La prueba de que las vías vasca y navarra estaban íntimamente relacionadas es que a los encuentros en Txillarre acudieron tanto Pernando Barrena, presente en Leiza e interlocutor de Curiel y Úriz, como Joseba Permach.

    Piloto del ‘proceso’

    Como ya es sabido, en aquel caserío se fraguó toda la hoja de ruta de la negociación que el Gobierno y ETA entablaron entre 2006 y 2007. Una negociación que pilotó el propio Rubalcaba, nombrado ministro del Interior en abril de 2006 precisamente para dirigir el diálogo con los pistoleros y sus secuaces políticos.

    Siempre con Rubalcaba al tanto de cada detalle, el proceso de paz se mantuvo pese al atentado de la Terminal 4 de Barajas, en el que perdieron la vida los ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Estacio. Las conversaciones se rompieron en mayo de 2007 y desde ese momento el entonces ministro del Interior apostó por dividir a ETA y Batasuna, como ayer mismo seguía mostrando en una entrevista concedida al diario El País, en la que defendía sus logros en esa tarea de separar a los terroristas.

1 comentario:

  1. Las andanzas de maquiavelo siguen en danza.
    No nos merecemos un gobierno que nos mienta (palabras dichas por rubalcaba).

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