miércoles, 20 de julio de 2011

Pamies quita relevancia al chivatazo


MANUEL MARRACO / Madrid

20/07/2011/El Mundo

El jefe superior procesado habla ante el juez Ruz de «interferencias políticas»

Zapatero embusteroLos tres procesados por el caso Faisán recibieron ayer el auto en el que el juez Ruz les responsabiliza del chivatazo. Sólo uno habló. En los 14 folios que traía escritos, el jefe superior Enrique Pamies atacó los indicios en su contra, pero también, de forma llamativa, calificó de «interferencias políticas» las «legítimas órdenes» de sus superiores. Uno de ellos era el procesado García Hidalgo.

Los procesados comparecieron en la segunda planta de Audiencia Nacional en el mismo orden jerárquico que supuestamente siguieron para ejecutar el chivatazo. Primero el inspector José María Ballesteros, luego Pamies y, finalmente, el ex director de la Policía Víctor García Hidalgo.

Preguntados expresamente por el juez, los tres dijeron no estar conformes con el auto. Ballesteros e Hidalgo no dijeron más. Sí se prodigó Pamies, que leyó a Ruz -ante el que, como Hidalgo, se encontraba por primera vez- 14 folios escritos.

Con traje de civil y sin corbata -«Perdone, pero estaba de vacaciones», le dijo al juez-, su discurso tuvo un par de pasajes emotivos, otros centrados en discutir indicios en su contra y otros que lo mismo podrían interpretarse como una exculpación que como una referencia más o menos oculta a lo que pasó. «Puedo asegurarle que seguiré haciendo lo que he hecho hasta ahora [...] sin más interferencias políticas que las que se deriven del respeto y la obediencia a las legítimas órdenes de mis superiores jerárquicos», dijo. Eso encajaría perfectamente con lo mantenido por el juez: que el cargo político y superior suyo García Hidalgo le ordenó el soplo.

Pamies también explicó que no existe una obligación de seguir la cadena jerárquica hacia abajo. Eso valdría para sus supuestas instrucciones a Ballesteros... y para las de Hidalgo a él mismo: «Lo mismo sucedió en mi caso con el ex director general para temas de terrorismo de ETA».

El entonces y aún hoy jefe superior del país Vasco restó importancia a operación desbaratada asegurando que «la operación Urogallo «JAMÁS» [las mayúsculas son suyas] hubiera supuesto la desarticulación del entramado financiero de ETA. Se hubiera acabado con una rama de ese tronco central, rama que todas las Fuerzas de Seguridad que trabajan en Euskadi conocían».

«Sí se hubiera podido llevar más adelante», apuntando a lo inoportuno de la operación contra el Faisán, un argumento empleado para desacreditar la tarea de los investigadores del chivatazo, que eran responsables de la Urogallo. Hubo otro argumento común: «Todos cayeron», dijo, razón por la que el entonces ministro Rubalcaba viene restando importancia a las consecuencias del soplo.

Como último argumento contra su procesamiento, Pamies soltó que «sólo un perfecto inútil hubiera hecho de esta manera semejante barbaridad». «Soy un policía que me he pasado 29 años luchando contra una organización terrorista, que he sacrificado, repito, sacrificado mi vida y la de mi familia por defender mi patria», apuntó. En ese mismo tono cerró su intervención: «Me indigna que me acusen de colaborar con ETA, a la que tanto daño he hecho».

El fiscal del caso, Carlos Bautista, tuvo una intervención mínima pero significativa. Formuló una única pregunta común: «¿Comparte los objetivos y fines de la banda terrorista?». «Obviamente, no», respondieron. La Fiscalía apunta así al argumento por el que, a su juicio, no es posible acusarles por colaboración terrorista

M. MARRACO / Madrid

20/07/2011

Hidalgo recurre y lamenta su «aniquilación social»

El ex director general de la Policía apenas habló ayer ante el juez. Vítor García Hidalgo ya se había explicado por escrito un día antes, en el recurso contra el auto de procesamiento de Pablo Ruz. «Nos encontramos ante una decisión radicalmente desacertada que no sólo conlleva el procesamiento formal de mi patrocinado, sino su aniquilación social tras una acreditada e incuestionable labor al servicio de nuestro país en la lucha contra el terrorismo», dice su defensa.

Hidalgo está en una situación más cómoda que Pamies y Ballesteros. En su contra sólo pesa -aunque con suficiente contundencia, según el juez- la concatenación de llamadas con el jefe superior y la activación de una supuesta tarjeta de seguridad. Precisamente ahí se dirige el recurso, que emplea un tono mucho más comedido que el de sus compañeros de procesamiento.

Hidalgo repasa la decena de llamadas a las que apunta Ruz y afirma que carecen de relevancia, recordando que así lo sostuvo inicialmente la Fiscalía (antes de que nuevos elementos contra Pamies y Ballesteros arrastraran a Hidalgo). El recurso insiste en que se desconoce el contenido real de esas llamadas, que por otra parte considera justificadas por la relación laboral entre ambos.

El recurso alude continuamente al voto particular en el que el juez José Ricardo de Prada respaldó el archivo de la causa. Así, y en referencia clara al proceso de paz, habla de la «complejidad objetiva de las funciones del puesto de director general de la Policía y del período en el que el mismo se desarrolló que, si bien conocidas por todos y valoradas fuera del proceso, parecen ser ajenas al mismo».

1 comentario:

  1. Otro paso más, esperemos que se pueda sacar algo en claro, porque esto es un galimatías..., y no están todos lo que deben de estar.

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