lunes, 11 de julio de 2011

el GUITARRISTA QUE DIRIGIÓ EL EXPOLIO DE LA SGAE


El Mundo

José Neri también tocaba la flauta. Utilizaría la de Hamelín para seducir a Teddy Bautista y conseguir que diera el visto bueno para negocios turbios de decenas de millones de euros. Visitamos su lujoso chalé en Cádiz
Zapatero embusteroVanidoso». «Ególatra». «Prepotente». «Pero discreto». «Bueno con la guitarra pero no genial». «Mentiroso». Así es José Neri, el hombre que guió a Teddy Bautista al abismo. Así le describen quienes han estado cerca del [ya depuesto] director de la SDAE, la Sociedad Digital de Autores y Editores, según la Justicia, el eje de una trama que habría -supuestamente- expoliado 400 millones de euros a la SGAE; a los autores españoles. Poco se sabe hasta ahora de este músico sin fama. Lastimosamente, la consiguió apareciendo en las páginas de sucesos. Crónica reconstruye su historia, su estrecha amistad con Teddy Bautista y su vida entre Madrid y Cádiz.

Neri es guitarrista y flautista. No genial pero sí cumplidor. Eso le permitió formar parte de distintas bandas y proyectos artísticos en los 70. Su momento cumbre fue cuando Javier Esteve y Pedro Diéguez lo acogieron en Araxes II, un grupo de rock sinfónico, el género que más le gusta. Esteve, compañero y socio hace muchos años, recuerda para este suplemento su faceta creativa, antes de que el dinero lo pervirtiera todo. «Neri era un músico que tocaba bien la guitarra acústica, también llegó a tocar la flauta traversa. Escribía temas interesantes inspirados en muchos casos en ritmos flamencos, en una especie de fusión con el rock de la época».

Desde su fundación, 1975, los Araxes II han grabado pocos temas. De ellos, destaca la canción Sí: La Historia se oscurece cada día. Curioso único tema con letra que se conoce, compuesto por Neri [y sus compañeros Esteve, Diéguez y Herminio Molero, después miembro de Radio Futura]. Su existencia comenzó a ensombrecerse con los años. Al final de la canción, a capela, se dice: «Si a mí la música no me gusta, tío, si es el motivito». ¿Qué motivos hicieron que Neri pasase de la creación instrumental a los negocios [turbios]?

Neri, cerca de 1os 1,75 m de estatura, pelo oscuro, rostro de niño, en la veintena, encandilaba en el escenario. Por ese entonces, un treinteañero Teddy Bautista era ya una superstar tras su triunfo con Los Canarios. Cuando Araxes II se forma, Teddy saboreaba la gloria del último disco de su grupo, Ciclos. A Neri le fascinaba el fulgor de Teddy.

Tras el fin de su banda, decidió hacer negocio con lo mejor que tenía, su fabuloso equipo de sonido. Con Esteve fundó la empresa Delta, con la que comenzaron a sonorizar conciertos del Partido Comunista de España. La relación con el PCE comenzó cuando fueron contratados, entre 1977 y 1978, para participar en sus primeros mítines. Durante la alcaldía de Tierno Galván, la empresa de Neri logró contratos importantes con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Sus vínculos con el poder empezarían allí. En 1981, se encargó del audio del concierto de Tina Turner para la fiestas de San Isidro.

Para entonces, Teddy y Neri ya eran viejos conocidos. Neri se había ido especializando en el tema de ordenadores, sintetizadores y nuevos soportes musicales. Bautista siempre había sido un geek, un tipo que alucinaba con las nuevas tecnologías y se compraba todo nuevo aparatejo [teclados, sobre todo]. En 1983, Teddy ingresa en la SGAE y genera una revolución positiva. El genial músico estaba dispuesto a cambiar una organización arcaica y moribunda. Sabía que había mucho dinero por ganar que se regalaba por la mala gestión.

Neri no sólo se había hecho un hueco en el mundo del rock. Según su curriculum vitae oficial, por ese entonces «empezó su carrera como programador y técnico de sistemas en Telefónica». No tenía, aparentemente, problemas económicos. Se había convertido en un erudito en asuntos informático-musicales.

En 1988 comenzó otra alianza. Se une a Rafael Ramos, otro de los acusados por la Operación Saga [investigación dirigida por la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada sobre la SGAE]. Fundaron juntos Sistemas Expertos, firma dedicada a las nuevas tecnologías. Ese año, Bautista consiguió su misión. Transformó la Sociedad de Autores Españoles, formada en 1899, en la actual Sociedad General de Autores y Editores. El reinado real de Teddy comenzaría ese año. Sistemas Expertos sería la semilla de Microgénesis, fundada cuatro años más tarde, compañía que habría servido para mermar las cuentas de la SGAE en decenas de millones de euros. Puras coincidencias.

«EL PÁJARO» TEDDY

Ya eran íntimos. A Teddy le fascinaba su discurso sobre los aparatos y la manera en que José Neri lo adulaba. El rubio, le llama con cariño Neri. El otro apodo de Bautista en la SGAE es El pájaro [por Los Canarios, léase]. A mediados de los 90, la unión Teddy-Neri pasa de la amistad a lo económico con la alianza entre Microgénesis y la SGAE. El dinero comenzaría a fluir unidireccionalmente. Neri fue nombrado jefe del Departamento de I+D de la SGAE entre 1996 y 1999.

El guitarrista-flautista ya se sentía todopoderoso. En 1999, su empresa disfrutaba de los beneficios de la burbuja tecnológica. Llamaba a distintos artistas de renombre para proyectos comerciales. Uno de ellos, fue su entonces amigo Luis Cobo, Maglis, miembro de otro grupo antológico, Triana.

Sería su Némesis.

El músico-empresario-compositor estafó a un iluso Cobo. Le pirateó varios temas. Cobo los encontró en un CD -del que se sacaron 52.000 copias- para la promoción de Portal Latino, una web de la SGAE y Microgénesis.

Cobo dio la batalla desde que supo del engaño. Neri, al verse descubierto, primero le suplicó que nada de eso viera la luz. Después lo denunció [a él y al periodista Quico Alsedo de EL MUNDO, quien desveló la trama en 2007].

El ingreso oficial de Neri en el organigrama top de la SGAE le hizo sentirse intocable. Estaba en la cima y no quería caerse. Tardaría casi cuatro años en dejar todos los cargos en su empresa. «Vanidoso», «Egocéntrico». Así lo llamaban, a sus espaldas, la gente que trabajó con él por esa época. Se paseaba por la SGAE con el pelo erizado, como el cachorro mimado de Teddy. Convertido en fiera, pronto lo fagocitaría. O eso querría.

Teddy le dio un puesto que era el futuro. Lo puso al mando de la SDAE. Los ingresos por internet eran suyos. Esa sería su misión. Fracasaría estrepitosamente: Fue una extraordinaria fuga de capital que Teddy nunca vio o no pretendió vigilar.

La mayoría de las ideas que planteó Neri no sirvieron para nada. Portal Latino cayó en picado. Nunca obtuvo beneficios. La idea mágica que lanzó sobre una marca de agua musical que permitiera conocer si una copia digital era legal o ilegal, presentada con ostentación en Cannes, tampoco. Aún así tenía carta blanca para todo. El rubio era su aliado. Firmaba cheques en blanco.

A Neri no le bastaba. Buscaba su propia autonomía. Consiguió decidir a quién contrataba. Después, una cuasi autonomía financiera que alcanzaría ya en el año 2002. Seleccionaba las empresas de consultoría y asesoría que trabajarían con la SDAE. Todas ligadas a su entramado financiero, por cierto.

Sólo en 2003 dejó todos los cargos en Microgénesis, menos la tarjeta de crédito de empresa que utilizaba regularmente. Cedía su poder allí a su mujer, María Antonia García Pombo, y a su viejo socio Rafael Ramos. La trama se completaría con su hija y con la heredera de Ramos, además de su cuñada Pilar. Todo en familia.

Microgénesis, que nació en pleno boom de las puntocom, se habría hundido cuando la burbuja estalló a principios del milenio. Sin la ayuda de la SGAE, sería un cadáver tecnológico más. Pero no.

Bautista y Neri emprendieron la batalla por el gran triunfo de la SGAE: el canon digital. Bautista le consultaba permanentemente a Neri por este tema, que le hizo ganar a la entidad más de 200 millones de euros desde que, en 2003, el Gobierno de Aznar amplió esta tasa a los CDs y DVDs. Neri celebró como propia la victoria de 2006. Zapatero amplió el pago a los grabadores digitales, iPods, smartphones y demás. Lo que Neri había defendido siempre.

Otro dato anecdótico. Esos años, los de la aplicación del canon Aznar y ZP, coinciden con la investigación que ha metido en la cárcel a Neri [hasta el cierre de edición estaba preso con fianza de 300.000 euros]. Analizadas las cuentas entre 2003 y 2009 de la SGAE, se encuentran desvíos ilegales de 26,4 millones de euros. En esos años, mientras la SDAE perdía, Microgénesis [el entramado formado además por empresas como Hipotálamo, Micromega Consultores, Luna Negra Producciones y Ribera Mayorga] se llenaba de dinero. Neri y su familia cobraban sueldos dignos de directivos de Lehman Brothers.

En su voracidad, llegó un momento en que quiso que la SGAE fuera la SDAE. En 2007 lo llegó a proponer entre miembros de la junta saliente. Se hizo eco Ramoncín, entonces uno de sus amigos y defensores. El cantante, cuando dejaba la junta de la entidad, lanzó: «Nosotros podemos apagar ya, podemos convertir SGAE en SDAE en este momento». El sueño de Neri, suceder a Bautista. Fagocitarlo.

Sus desvaríos se hacían públicos, meses antes, en una conferencia. Serio y con las gafas acomodadas en la punta de la nariz, se atrevió a atribuirse a él y a la SGAE, la autoría del formato MP3 [la patente es de Karlheinz Brandenburg de la red de centros de investigación alemanes]. Es motivo de burla desde entonces.

Ya sus excesos los conocían en todos los pasillos de la SGAE. Tanto que a su lado, Teddy era idolatrado. Era el bueno, Neri el malo. En 2010, ya nadie sabía siquiera cuánto cobraba el especialista en tecnología. Ni él, ni Bautista. Cuando se filtró el contrato de Teddy a la prensa y su indemnización, ni Neri sabía exactamente su salario. Ni que ganaba más que su jefe [313.000 euros; le superaba en 63.000]. Cuando se enteró, el canario estalló. Habría sido el fin de su amistad.

Bautista no está exento de culpa. Imposible. Ni siquiera se atreve a decirlo. Porque en otra cosa coincidían Teddy y Neri. En su egocentrismo. Con las investigaciones abiertas se sabe que el pájaro formó parte de, al menos, una empresa paralela: CIMEC, de la que es presidente. Esta ha realizado estudios sobre la piratería en España y, lo más importante, decide el reparto del dinero que recauda la SGAE: 365 millones de euros, un millón al día. Teddy ya no confiaba en Neri y decidió garantizar su continuidad en el poder así. ¿Cómo? Esta empresa también determina el número de votos de los miembros de la SGAE. De los 100.000 socios, tras complicadas tablas y fácilmente manipulables [por ejemplo, sólo votan de carácter permanente los que recaudan más de 6.109 euros anuales], tienen derecho al sufragio 8.271 miembros. De ellos, de acuerdo al dinero obtenido, pueden alcanzar hasta 45 votos [35 como autor y se pueden sumar 10 más si se es editor también]. Este cambalache sí lo manejó Teddy.

La SDAE tenía fecha de defunción: jueves 30 de junio. La vanidad de Neri impidió que se hiciera antes [estaba seguro que tras haber superado auditorías realizadas por firmas como Ernst & Young, BDO, y KPMG, nada podría con él]. El 9 de junio fue grabado por la Fiscalía: quería impedir que se supiera en los medios la fusión. Implicaba reconocer dos millones de euros estafados al ministerio de Industria.

PROPIEDADES MILLONARIAS

Si no estuviera en la cárcel de Soto del Real, ¿qué estaría haciendo ahora? Disfrutar de una de sus fastuosas propiedades inmobiliarias. De su piso de 1,3 millones de euros en la calle Villalar, a dos manzanas del parque del Retiro y de la Puerta de Alcalá, en Madrid. O de su chalé de un millón de euros en Caños de Meca, Cádiz, donde lo conocen desde hace varios años.

«Es un tipo independiente, discreto. Jamás parecía hacer gala de su dinero», cuenta a Crónica Antonio Valdés, el dueño del autoservicio que hay a escasos 200 metros de la casa que Neri tiene en un enclave idílico, casi virgen.

Aquí suele pasar sus días de asueto veraniego. Pero no es su única propiedad. Muy cerca de su casa de verano, posee varios adosados más reunidos en el complejo Las Estrellas. Por el alquiler de uno de ellos cobra 4.000 euros para los meses de julio y agosto (mil euros por semana). Esta semana, al menos dos de las viviendas están ocupadas. De lujo, tienen la playa a cinco minutos a pie, vistas a la montaña del parque natural de La Breña y están frente al faro de Trafalgar. Un paraíso donde muchos anhelan perderse. Para sus vecinos, Neri también es un fanfarrón. Colindante a las casas que alquila, un matrimonio de Jerez comenzó hace unos años a levantar su propia casa. «Sin razón, les amenazó con pararles la obra y tenían tanto derecho como él a edificar», asegura uno de los albañiles que trabajaron en ella. Se llama Juan, El Pilli. «Una vez amenazó a mis jefes diciendo: "Ojo, vosotros no sabéis quién soy yo. En Madrid tengo muchos contactos e influencia, puedo frenaros esto cuando quiera"».

En Los Caños se sentía poderoso. «Este es el pueblo de los piratas. Aquí todo el mundo viene por interés o para esconderse. Es más, donde este tipo tiene la casa sólo te dejan edificar si eres alguien. Y evidentemente él lo sería», cuenta el gerente de uno de los locales cercanos al faro, quien prefiere no enfrentarse a la sociedad que, cada mes, le cobra 120 euros por la música que suena en su local.

Neri se deja llevar por los placeres de la vida. Es bon vivant. No escatimaba gastos en restaurantes. Durante su retiro gaditano, él y su esposa solían degustar los mejores platos de la zona. Comía en el Sajorami -le apasiona-, donde se suele pagar 100 euros por cubierto.

Su vecino de la casa de al lado es Eduardo Rodríguez Rodway, fundador del mítico grupo de rock andaluz Triana, surgido en los 70. No quiere hablar de él. «Es de las personas con las que más trato tiene de por aquí. Ellos sí suelen reunirse para celebraciones o cenas», comenta un vecino en común. Quizás porque Neri estafó a su compañero Luis Cobo, también de Triana. Porque Cobo fue el primero que mostró públicamente la real faceta de Neri. El flautista-guitarrista-empresario que encandiló -como el de Hamelín- a Teddy Bautista, su compañero en el río de la infamia.


Con información de andros Lozano

UN MILLÓN DE EUROS AL DÍA

Esa es la recaudación actual de la SGAE: 365 millones de euros al año. Tiene unos 100.000 socios, entre ellos los cantantes y cineastas más famosos de España: Almodóvar, Bisbal, Alejandro Sanz... La nómina del presidente Teddy Bautista alcanza los 250.000 euros. La del ex director de la SDAE, parte de la Sociedad General de Autores y Editores, era de 313.000. «La cantidad expoliada podría superar los 400 millones», afirma Josep Jover, el abogado que firma la denuncia contra la SGAE.

1 comentario:

  1. Menuda mafia, y eso que dicen que son socialistas, que no lo son, que si no....,.Y encima aún les daban subvenciones del estado, vaya tela, esto en un estado que se presupone que es de derecho, que ya creía que estaba en la conchinchina.

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