P. SIMÓN / Madrid
19/07/2011/El Mundo
Después del inenarrable episodio con nombre de película tórrida que podría titularse el senador socialista, su hijo, la Policía y la sauna, Casimiro Curbelo decidió dimitir ayer como representante de la Cámara Alta y atemperar las voces que, desde dentro de su partido, venían pidiendo que abandonara su puesto. Se apaga así un fuego. Tocaba analizar el humo.
El sonrojo le ha durado al PSOE casi cuatro días, el tiempo que ha transcurrido entre la presunta incursión nocturna de Curbelo y los detalles públicos de una noche más o menos loca que acabó con agresión a la autoridad. Ayer, la diputada socialista Elena Valenciano -una de las que más duras se ha mostrado con el senador- le sacó el nombre a Rajoy como ejemplo de lo que es limpiar una casa y empezar con las comparaciones.
«Nosotros no tenemos ningún empacho en condenar la actitud del senador Curbelo, todo lo contrario, creemos que hace daño al PSOE. El senador de La Gomera debe presentar su dimisión y esperamos que lo haga», decía Valenciano por la mañana en rueda de prensa. «Su actitud es absolutamente incompatible con su cargo y su pertenencia al partido. Hay veces en la vida que uno comete un error grave y tiene que pagarlo», añadía. «Nos gustaría escuchar algo parecido en las filas del PP respecto a algo que sí es grave [en referencia a Camps] y que va a llevar a un presidente autonómico al banquillo».
Según comentó la diputada valenciana y presidenta de la Fundación Mujeres, «es hora de que el PP deje de medir con dos varas». Porque a «muchísimos votantes populares les gustaría que Rajoy dijera algo», por poco que fuera, «de lo que está sucediendo con Camps», acusado de cohecho impropio por aceptar trajes como regalo.
«Camps se esconde», concluyó. «Pero también se esconde Rajoy. Alguna vez deberá afrontar alguna de las responsabilidades que tiene, y una de ellas es hacer que Camps dimita».
En el entierro político de ayer, escuchamos también al muerto, que alguna señal dio de estar muy vivo: Curbelo renuncia a su puesto como senador pero continuará como presidente del Cabildo de La Gomera.
En un comunicado hecho público por la tarde, el político explicó que su decisión de dimitir responde a su deseo de poder enfrentarse al juicio «sin ningún tipo de privilegio como aforado -dijo-, sino como un ciudadano más». La renuncia es a iniciativa «personal y sin ningún tipo de condicionantes».
«Esta es una decisión fruto de la reflexión, sensata y que busca la transparencia y la claridad de los hechos», explicó. Contra él se ha desatado una campaña «sin precedentes». Lo que le «ha llevado a la conclusión de que lo mejor para responder ante las gomeras, los gomeros y toda la sociedad española es enfrentar este asunto sin complejos, como un ciudadano más».
El aún presidente del Cabildo de La Gomera pidió evitar «juicios paralelos y condenas mediáticas injustas, que causan daños imposibles de reparar» y recordó que todas las personas son beneficiarias de la presunción de inocencia «hasta que haya un juicio y sentencia firme, que en este caso no ha llegado».
Curbelo fue detenido en la madrugada del pasado jueves en Madrid junto a su hijo, después de tener un incidente en una sauna ubicada en las confluencias de las calles Orense y General Perón, donde había participado en una discusión que acabó con varios destrozos en el local y un suceso carpetovetónico.
Según el auto policial, Curbelo increpó a los agentes: «Sois unos terroristas, borrachos, hijos de puta, sinvergüenzas. Soy senador y voy a ir a por vosotros, voy a acabar con vuestras carreras, que estáis pagados por los putos fachas del Partido Popular. Sois unos putos vendidos». Hubo más: «Me voy a dedicar el resto de mi vida a arruinaros, os deseo a todos los policías que estáis que os muráis de cáncer».
Menudo pájaro esta hecho este de la casta. Ahora van a dar ejemplo estos que dicen ser socialistas, que no lo son, a buenas horas mangas verdes.
ResponderEliminarEspero que no solo quede con la dimisión, y que la denuncia surga efecto, y haber si el de negro se porta.