domingo, 12 de junio de 2011

Bildu llega a los municipios actuando igual que Batasuna


NAIARA ORTIZ / Bilbao

12/06/2011/ El Mundo

Zapatero embustero

Zapatero embusteroLos gritos recordaron a otros tiempos. Las amenazas, también. Políticos y periodistas sufrieron ayer otra vez el desprecio y los insultos de los simpatizantes más radicales de Bildu, que se ha alzado con más de un centenar de alcaldías en el País Vasco, la mayoría, en Guipúzcoa.

La jornada de constitución de los ayuntamientos transcurrió con normalidad en general, pero se vivieron episodios propios de la época más negra en feudos de la izquierda abertzale como el vizcaíno Elorrio y el guipuzcoano Lizarza. En el primero fueron los representantes del PNV y PP las dianas de los insultos de los radicales por unir sus fuerzas para desbancar a la coalición de la Alcaldía. En Lizarza, fueron los periodistas, incluido el redactor y el fotógrafo de EL MUNDO, los que ni siquiera pudieron presenciar el Pleno porque una «persona autorizada» del Consistorio les impidió el paso.

La ilegalización de ANV no fue óbice para que sus representantes tuvieran ayer un papel protagonista en la toma de posesión del alcalde de Bildu. La cabeza de lista de ANV en 2007, Maider Agirrebarrena, fue la encargada de leer un comunicado, íntegramente en euskara, en el que reivindicó la ikurriña como la única bandera que representa a Euskadi y la única que ondeará allí.

Los abucheos e insultos en el Consistorio de Elorrio se elevaron aún más cuando el edil del PP, Carlos García, tomó la palabra y recordó a asesinados por ETA, como Miguel Ángel Blanco, Isaías Carrasco, Inaxio Uria o Jesús Mari Pedrosa. Tal fue la tensión que García, zarandeado e increpado, tuvo que salir escoltado del Ayuntamiento.

Los populares también denunciaron amenazas de muerte e insultos en la localidad vizcaína de Basauri, tras el Pleno de constitución. «Nos han insultado, realizado gestos amenazantes y nos han dicho en euskara: «Dejad Euskadi». Era un grupo importante y su perfil no se correspondía con lo habitual, ya que se trataba de personas mayores», relató la concejal Cristina Ibarrola.

La consecución de la independencia «y el socialismo», y una salida «definitiva» para los presos de ETA serán dos de los pilares de las políticas de Bildu en los municipios que gobiernen, como se encargó de recordar el nuevo alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, que en su primera intervención, iniciada con unos bertsos, reclamó el fin de todas las violencias, sin mencionar expresamente a la banda terrorista, a pesar de las peticiones que le habían lanzado los representantes de los partidos de la oposición.

Zapatero embusteroLa Alcaldía de la capital guipuzcoana es la mejor muestra del poder municipal que ostenta Bildu desde ayer, con más de 120 alcaldías en Euskadi y Navarra. El tsunami que arrasó el mapa electoral el pasado 22 de mayo se hizo ayer aún más fuerte. No sólo logró la Alcaldía de muchos de los municipios en los que era la lista más votada, sino que, con la ayuda, activa o pasiva, del PNV, gobernará en ayuntamientos tan significativos para el PSE como Lasarte-Oria después de 30 años de mandato socialista. A cambio de ese apoyo, el PNV logró arrebatar a los socialistas la Alcaldía de Trapagaran con los votos de Bildu.

El apoyo directo o indirecto a la coalición ha empeorado «notablemente» las relaciones entre los socialistas y nacionalistas, según aseguró ayer el secretario general del PSE en Vizcaya, José Antonio Pastor, en una rueda de prensa en la que no escatimó en descalificaciones para describir la estrategia seguida por el PNV durante los últimos 15 días.

«Se ha confirmado la existencia de un pacto vergonzoso, real e irresponsable entre PNV y Bildu, de acumulación de fuerzas nacionalistas real, cuyo único objetivo era y es montar un frente antisocialista en Euskadi. Las relaciones han quedado tocadas porque han engañado y mentido desde el primer minuto, no sólo al PSE, sino a toda la ciudadanía vasca y a sus propios votantes. Tendrá que dar explicaciones del pacto clandestino antisocialista. Se ha demostrado que votar al PNV ha sido igual que votar a Bildu», criticó.

El apoyo directo o indirecto a Bildu propició que los socialistas no permitieran a los nacionalistas mantener alcaldías históricas como Sopelana o Llodio, a pesar de contar con el voto a favor del PP. El lehendakari y secretario general del PSE, Patxi López, ya advirtió esta semana de que «o pactos globales o nada», y ayer cumplieron su palabra no brindando su apoyo al PNV para evitar alcaldías de Bildu.

No sólo el PNV permitió a Bildu alzarse con alcaldías, ya que el PSE hizo lo propio en el pequeño municipio vizcaíno de Lanestosa, donde el voto de los dos ediles socialistas permitió desbancar al histórico alcalde nacionalista 28 años después. Su acción se vio inmediatamente reprobada por los dirigentes del PSE, que les reclamaron sus actas como concejales por saltarse las directrices marcadas por la Ejecutiva.

También Aralar ha contribuido a la fortaleza de Bildu en Tolosa y Getaria, dos de los bastiones del PNV en territorio guipuzcoano. En Vizcaya también se dejó notar el apoyo de Aralar en Markina.

Bildu logró gobernar, además, en 17 ayuntamientos navarros y Nafarroa Bai también fue clave en la constitución de algunos de ellos: Villaba y Alsasua, en donde pierden la Alcaldía en favor de la nueva coalición. Baztan también pasará a manos de Bildu gracias al acuerdo previo con la agrupación Baztango Ezkerra, que consiguió dejar atrás los cinco concejales de UPN.

SANTIAGO GONZÁLEZ

12/06/2011

El fin era esto

Ayer se vivió una jornada histórica en un pueblo con vocación municipalista. Una coalición formada por un partido en alegre marcha hacia la nada, 25 años después de haberse desgajado del tronco madre del nacionalismo, una escisión de la Ezker Batua de Madrazo, que en su versión entera parecía un grupúsculo trotskista desde el punto de vista organizativo, y una legión de independientes, que eran los que cortaban el bacalao a la hora de hacer las listas, se hizo con la Alcaldía de San Sebastián.

Así lo quiso un montón de gente, no sólo un Tribunal Constitucional, que tal como apreciaba ayer oportunamente Angel Expósito en el Congreso conmemorativo de los 30 años de la constitución de la AVT presentaba una anomalía notable: cinco de los seis magistrados que votaron en favor de Bildu no eran jueces. De los cinco que votaron contra ella, sólo uno no era juez. Bien, pues esos cinco ajenos a la carrera judicial que votaron con Pascual Sala no sólo derrotaron a sus compañeros jueces, sino también a un Tribunal Supremo, cuyos magistrados pertenecen todos a la carrera judicial, como es obvio.

El resultado es espectacular desde el punto de vista numérico: 319.000 votos, 1.138 concejales, 121 alcaldes, lo nunca visto. Pero además, ayer consiguió su primer alcalde en una capital vasca: el independiente Juan Karlos Izagirre. En breve nombrará a su primer diputado general: el independiente abertzale Martín Garitano. Decíamos ayer -en sentido estricto, no se trata de ningún homenaje a Fray Luis- que esa coalición ya había tenido dos alcaldes en San Sebastián (Labayen y Albistur). También de EA había salido un diputado general de Guipúzcoa, Imanol Murua, un modelo de resistente en el lamentable asunto de la autovía de Leizarán frente a ETA-Batasuna, que sí logró doblegar al PNV y al PSE. Por no hablar de Julen Rekondo, alcalde de Hernani en los tiempos más duros.

Todo eso es pasado. EA es hoy un partido que cumple el principio según el cual quien se dispone a construir una pista de aterrizaje para ETA, la usa para despegar él mismo.

Tal vez lo de los independientes debió escamar un poco a la mayoría profesoral del TC, como debió mosquear en su día que el secretario general de la marca comprada por Batasuna para las elecciones autonómicas de 2005, PCTV-EHAK, ocupara en las listas un honroso (y discreto) puesto décimo por Vizcaya, y otro tanto les pasara a los dirigentes de ANV.

Inauguramos una semana con la única opción electoral que no condena a ETA ni le pide su disolución. Las almas bellas, encabezadas por el lehendakari, retan ahora a Bildu: es una buena ocasión para condenar la actividad criminal de ETA y exigirle su disolución. No es un análisis muy racional. Justo esta semana, la lógica lleva a pensar que los terroristas y sus cómplices consideran útiles todos y cada uno de los 858 asesinatos cometidos en el pasado medio siglo. Los asesinatos era solo el medio. El fin era esto.

SAN SEBASTIÁN

M. SEGOVIA / San Sebastián

12/06/2011

Izagirre apoya a los presos y no condena a ETA

Dice que pondrá el Ayuntamiento al servicio «del logro de la independencia»
Zapatero embusteroSan Sebastián huele a Bildu. Al grito de «independentzia», su nuevo alcalde, Juan Karlos Izagirre, se estrenó ayer en el cargo proclamando su apoyo a los presos de ETA y reivindicando la desaparición «de todas las manifestaciones de violencia», incluidos «los encarcelamientos y las torturas». A ETA ni la mencionó. La coalición dejó claro que no ha llegado para perder el tiempo, que es hora de pasar «de las palabras a los hechos» para que el Consistorio sea un «actor de primera fila», no sólo en la contribución a la «normalización» política en Euskadi, sino también en el camino hacia la independencia.

Entre sus prioridades no figura exigir a ETA su disolución. Izagirre lo dejó ayer claro tras desoír hasta en dos ocasiones los requerimientos de PSE y PP para convertir la exigencia de desaparición a la banda en su primer gran gesto como nuevo alcalde. Tampoco condenó el reguero de casi 100 vecinos de San Sebastián asesinados por ETA, entre ellos el que fuera teniente alcalde, Gregorio Ordóñez, como le requirió el PP. Izagirre prefirió guardar silencio.

Bildu optó por comenzar su mandato por otro camino, el de la reclamación de la legalización de Sortu, «porque es necesaria para la solución del conflicto y el futuro de este pueblo» y el de reclamar «una salida definitiva para la situación de los presos» y las víctimas, dijo. En la calle, Izagirre fue recibido por centenares de simpatizantes que coreaban «dale que te pego hasta la victoria» y gritos en contra de la tortura.

Ante los presentes, el primer edil no tardó en desvelar cuál es su gran aspiración y la de Bildu. Superados los retos del acuerdo para conformar la coalición, la ilegalización y las elecciones, y logrado el Gobierno municipal, «¡el quinto reto es la independencia y el socialismo!», proclamó. Se comprometió a no olvidar a los presos ni a quienes «han sufrido las consecuencias del conflicto».

Poco antes, en el salón de plenos Izagirre se había comprometido a «aunar esfuerzos» y a trabajar con todas las formaciones. «Los votos que representáis van a tener sitio en la gobernabilidad de este Ayuntamiento, no tengáis la menor duda. Os tendemos la mano», aseguró.

Bildu se esforzó por imprimir su estilo. La primera sorpresa fue la intervención de Izagirre, que arrancó con unos bertsos. En la solapa, portaba un pin con el anagrama en favor del reagrupamiento de los presos, y su toma de posesión se hizo «por imperativo legal». Lo que por ahora Bildu no pudo cambiar fue la escenografía. La intervención del nuevo alcalde «socialista e independentista» discurrió bajo un inmenso retrato del Rey, que preside el salón de plenos donostiarra y al que ayer muchos auguraban un pronto traslado. Un futuro similar al que quizá tengan otros símbolos, como el cartel que en la balconada reclama el final de ETA o la bandera española.

El 22-M Izagirre fue el más votado; ayer, no. El PP retiró la candidatura de su cabeza de lista, Ramón Gómez, y apoyó al PSE de Ernesto Gasco. Los 13 votos que ayer obtuvo Gasco se quedaron a las puertas de la necesaria mayoría absoluta. El PNV cumplió lo prometido y respaldó a su candidato, Eneko Goia.

IKER RIOJA ANDUEZA / Vitoria

12/06/2011

Rajoy en el País Vasco: «Todos sabemos lo que es Bildu»

El PP ya controla Vitoria. Después de cuatro años de liderazgo socialista, Javier Maroto (Vitoria, 1972) fue elegido ayer alcalde de la capital del País Vasco, un hito que enorgullece especialmente a los populares por haber doblegado al PSE-EE de Patxi Lazcoz y por lo que ello tiene de sintomático en la carrera hacia La Moncloa de Mariano Rajoy, que no dudó en arropar al flamante nuevo regidor vitoriano con un viaje relámpago hasta tierras vascas. En su primera intervención, Maroto fijó como prioridades la lucha contra el paro y la crisis económica, pero insinuó también que podrá verse obligado a adoptar medidas impopulares. Todos los micrófonos, no obstante, apuntaban a Mariano Rajoy, que se pronunció sobre una jornada, la vivida ayer en el País Vasco, repleta de incidentes: «Todos sabemos lo que es Bildu».

El presidente del PP afirmó ayer que no espera «nada bueno» del nuevo alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, de la coalición abertzale. En declaraciones al asistir a la investidura del nuevo alcalde de Vitoria, Rajoy prometió que el PP seguirá «haciendo política de Estado» y defendiendo «la libertad, los derechos individuales de todos los ciudadanos y la Constitución».

En ese propósito enmarcó el apoyo de los concejales del PP a candidatos del PSE o del PNV frente a los propuestos por Bildu. Por ello, en pro de «un País Vasco y una España en libertad, con unas reglas de juego que son las que marca la Constitución Española y en el País Vasco también el Estatuto de Autonomía», Rajoy se puso del lado de todos los que defiendan estas premisas, siendo o no del PP. Así, mostró su apoyo «total, absoluto e incondicional» a su concejal por Elorrio Carlos García, cuyo voto decantó la Alcaldía en favor del PNV frente a Bildu. El presidente lamentó el «acto antidemocrático» de Bildu por vetar a ciertos medios, pero aseguró que no le sorprende con el ya citado «Todos sabemos lo que es Bildu». Al conjunto de los nuevos ayuntamientos que gobernará el PP en toda España, Rajoy les pidió «austeridad».

LIZARZA (GUIPÚZCOA)

J. FERNÁNDEZ / Lizarza

12/06/2011

Bildu 'cede' Lizarza a los ilegales de ANV, que vetan a EL MUNDO

El cartel de 'Euskal presoak' inauguró la legislatura en el balcón del Ayuntamiento
El municipio guipuzcoano de Lizarza volvió ayer al blanco y negro de la mano de Bildu. La coalición debía tomar el Gobierno municipal a las 9.30 horas, pero se hizo a un lado para que ANV -ilegalizada por los tribunales- comenzase a imponer su propia ley incluso antes de que tuviera lugar la constitución del nuevo Gabinete.

Al más puro estilo del ex jefe de comunicación de Batasuna Juan José Petrikorena, condenado por pertenencia a ETA, una «persona autorizada» del Consistorio y una ex concejala de ANV lo anunciaron: «No vais a entrar al Pleno porque habéis manipulado la realidad de este país», dijo el primero a EL MUNDO. «Hemos estado cuatro años sin estar y ahora no os vamos a dejar entrar», añadió la ex concejala.

El aviso se produjo media hora antes de la investidura del nuevo alcalde de la localidad e iba dirigido a todos los medios de comunicación que, a juicio de los portavoces improvisados, habían «dañado» al pueblo, histórico feudo de la izquierda abertzale radical.

- ¿Es usted miembro del nuevo gabinete?

- Soy una persona autorizada.

- ¿Quién le ha autorizado?

- Es una decisión popular, se ha decidido en asamblea.

-¿Puede bajar alguien de la nueva corporación para corroborarlo?

- No.

- ¿El Gabinete municipal de Bildu sabe que se nos está vetando la entrada?

- Sí. Soy una persona autorizada.

Y durante la entrevista a pie de Pleno, interrumpida por el flash de un fotógrafo, llegó la amenaza. «Como sigas con la cámara, ya sabes lo que va a pasar», avisó el portavoz.

Los siete ediles de Bildu que relevaron al PP al frente de la Casa Consistorial de Lizarza no se dejaron ver. Cedieron todo el protagonismo a aquéllos que en su día, allá por 2007, intentaron hacerse con el Ayuntamiento del municipio y fueron ilegalizados. Ayer, en cambio, la coalición integrada por Eusko Alkartasuna, Alternatiba e independientes abertzales les aupó hasta el sillón de primer edil.

Minutos después de que concluyese el Pleno municipal, media decena de personas esperaba ansiosa frente a la fachada consistorial, aderezada con 15 ikurriñas. El balcón principal, en cambio, estaba desnudo. Allí donde hace escasos días yacía la enseña española y de la vasca no había nada... hasta que miembros del recién estrenado gabinete y personas pertenecientes a las listas ilegales de hace cuatro años colocaron la ikurriña y un cartel que rezaba: «Euskal preso eta iheslariak, etxera [Presos vascos y represaliados, a casa]».

Una ovación cerrada y varios petardos después, Lizarza asistió a la primera rueda de prensa sin preguntas tras la constitución del Ayuntamiento. Un matiz: la voz cantante la llevaron Naroa Gereste, de Bai Euskal Herriari, y Maider Aguirrebarrena, quinta en las listas de Acción Nacionalista Vasca para Lizarza en 2007. De Bildu, ni rastro.

En un comunicado leído íntegramente en euskara, se habló de que ayer se cerró un ciclo de «años largos y duros», en los que desde Madrid se ha intentado «aplastar» al enclave guipuzcoano. «No han podido», apostilló Aguirrebarrena.

«Hemos recuperado el instrumento para defender lo nuestro. [...] Escribamos el futuro como nosotros queramos; sin que las fuerzas impositoras extranjeras puedan decidir lo que somos», concluyó.

Por boca de las dos portavoces se aseguró que durante los últimos cuatro años, Regina Otaola, del PP, había gobernado el pueblo «por la fuerza». No obstante, según recalcaron, era el momento de «derrumbar el símbolo de la invasión».

ELORRIO (VIZCAYA)

LEYRE IGLESIAS / Bilbao

12/06/2011

Abucheos contra la memoria de Blanco y Carrasco

Los simpatizantes de la coalición insultan a García (PP) y Otadui (PNV)
La estampa que pintó ayer Bildu en Elorrio recuperó los trazos más amargos de los años negros del País Vasco. Clásico feudo abertzale, el bonito pueblo de 7.200 habitantes enclavado en la comarca del Duranguesado (Vizcaya) se convirtió en un laboratorio en el que los simpatizantes de la nueva coalición ensayaron viejas actitudes, gritando e increpando a la nombrada alcaldesa del PNV, Ana Otadui, y con especial virulencia al único edil del PP, Carlos García.

El concejal fue la diana de los radicales porque, con su anunciado respaldo a los nacionalistas, impidió que Idoia Buruaga, de Bildu -la fuerza más votada-, alcanzara la Alcaldía. Pese a la insoportable tensión, los dos cabezas de lista aguantaron el tipo con estoica serenidad.

El abucheo fue atronador cuando el popular aprovechó su brevísimo discurso para recordar a cuatro víctimas de ETA. García arrancó: «A Miguel Ángel Blanco...», pero fue inmediatamente interrumpido por los silbidos del centenar de personas que, ataviadas de pegatinas de Bildu y con el logotipo a favor del acercamiento de los presos, habían copado el salón de plenos desde una hora antes de su comienzo, al mediodía. Entre el ruido y algún grito de «fascista» se perdieron los demás nombres: Isaías Carrasco (ex concejal socialista de Mondragón), Jesús Mari Pedrosa (edil popular en Durango) e Inaxio Uria (empresario de Azpeitia), todos ellos asesinados muy cerca de Elorrio.

«¡Carlos, esto es para ti!», profirió en euskara uno de los radicales. Todos se levantaron y, puño en alto, le dedicaron el Eusko Gudariak, además de insultos como «hijoputa» y «puñetero». Su furia fue contenida en varias ocasiones por un par de cabecillas del grupo, que en una calculada maniobra ordenaban silencio cuando la situación podía descontrolarse.

Mientras tanto, las caras pétreas de los jeltzales y el popular contrastaban con los rostros triunfantes de quienes protagonizaron el Pleno. Apenas una veintena de simpatizantes del PNV y del PP -entre ellos Antón Damborenea y Nerea Alzola- lograron hacerse ver para arropar a los suyos.

Los seis concejales de Bildu y los otros tantos del PNV juraron su cargo «por imperativo legal», mientras que el popular aguantó los murmullos y las risas cuando juró «cumplir y hacer cumplir la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico». A continuación, el voto de los ediles -secreto a petición de Bildu- confirmó el ascenso de Otadui. Su primer discurso como alcaldesa transcurrió con la inmensa mayoría del público dándole la espalda, con la pegatina de Bildu en alto y tosiendo para impedir que continuara adelante.

Otadui no claudicó. Llamó a trabajar por una «convivencia pacífica». «Se puede amar lo que se es sin odiar lo que no se es», proclamó ante los aplausos de PNV y PP y un mar de abucheos.

Cuando la sesión terminó, el paseíllo les aguardaba a la puerta del Ayuntamiento. Gritos de «española» y «fascista» para Ana Otadui, y lo mismo para Carlos García, que tuvo que ser escoltado hasta su vehículo mientras le seguían varios radicales. A pesar de todo, el concejal se mostró satisfecho: «Tenemos una nueva alcaldesa del PNV a la cual he votado con todas mis ganas porque, siendo de un partido con el que discrepo en muchas cosas, comparto lo básico como es la defensa de la vida, la defensa de la libertad y el preocuparse por los principales problemas de los ciudadanos de Elorrio». García confió en que los abertzales «se acaben cansando» y desistan de su actitud.

1 comentario:

  1. Todo esto que vemos que ocurre, es lo que el desgobierno que tenemos a querido, ya que el solo piensa en el sillón, no en sus consecuencias. Han metido a la rata de nuevo en el gallinero, y ahora este se alborotará con consecuencias de todos sabidas. Los presos, es una exigencia de siempre, solo les falta pedir una amnistia y ya todo lo pasado, pelillos a la mar. Todo esto, alguno lo va a pagar caro, si no, tiempo al tiempo, y el responsable todos sabemos quien será.

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