martes, 5 de abril de 2011

Los informes avalan que Ballesteros estaba en el Faisán


JOAQUÍN MANSO / Madrid / El Mundo

Los estudios antropométricos concluyen que lo más probable es que sea él
Zapatero embusteroEl inspector José María Ballesteros es la persona que aparece en tres momentos distintos ante la cámara de vigilancia del bar Faisán a la hora del chivatazo. No sólo porque lo haya reconocido él mismo, sino porque los análisis fisionómicos y antropométricos de las imágenes que encargó el juez Pablo Ruz han ofrecido un resultado «compatible» con los rasgos y medidas del principal imputado. Resumidamente, es mucho más probable que sea él a que no lo sea, según aseguraron ayer fuentes jurídicas y del Ministerio Fiscal.

La identificación de Ballesteros añade un elemento objetivo al análisis del cruce de llamadas que hizo el equipo investigador de la Policía y estrecha así el cerco de manera ya casi inevitable sobre ese inspector y sobre el jefe superior del País Vasco, Enrique Pamies, sea por revelación de secretos -como sostiene la Fiscalía- o por colaboración con una organización terrorista -como pretenden las acusaciones populares de la AVT y Dignidad y Justicia y como han apuntado el juez instructor y la propia Sala Penal hace un año-.

La tesis de los investigadores dice que Ballesteros entró en el Faisán poco después de las 11.00 horas del 4 de mayo de 2006. Allí habría entregado un móvil al cobrador de ETA Joseba Elosua, desde el que Pamies le habría advertido de una inminente operación policial. Y todo por orden del entonces director general de la Policía, el también imputado Víctor García Hidalgo.

La naturaleza de los estudios antropométricos, que el juez encargó a la Policía Científica, al Departamento de Identificación de la Sección de Criminalística Física de la Guardia Civil y al Centro de Visión por Computador de la Universidad Autónoma de Barcelona, impide establecer esa identidad con una certeza del 100%, aunque sí lo hace con bastante probabilidad.

Los tres debían cotejar el vídeo del Faisán -los peritos de la Policía que depusieron ayer se quejaron de «la escasa resolución, la insuficiente nitidez y la lejanía de los fotogramas»- con otras «imágenes indubitadas» del imputado.

Para obtener estas últimas, Ruz autorizó al equipo investigador a grabar a Ballesteros en lugares públicos, algo que se produjo los días 16, 23 y 28 de febrero. En el auto dictado al efecto, el juez justificó una medida tan excepcional ante los «graves» delitos que se investigan.

Antes de que los informes fuesen remitidos a la Audiencia, el fiscal Carlos Bautista propuso una nueva declaración del inspector, que se ha revelado clave. El pasado día 10, en el despacho de Ruz, se le exhibieron los fotogramas del vídeo de vigilancia, con una calidad lo suficientemente buena como para que reconociera que era él quien aparecía frente a la entrada principal.

En su primera declaración ante Baltasar Garzón, Ballesteros dijo que sí estaba ese día en la zona, pero que no recordaba dónde había entrado a tomar un café. Ahora ha tenido que admitir que fue en el Faisán, el bar que funcionaba como centro de la red de extorsión de la banda terrorista ETA, y a la hora en la que se produjo el soplo. Por si quisiese desdecirse, los informes avalan esa confesión.

1 comentario:

  1. Otra vuelta al faisán, para que no se queme y se ponga doradito...., y quede rico rico....

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