miércoles, 13 de abril de 2011

Los Esnaola tenían 864 kilos de explosivos


J. M. ALONSO / Legorreta (Guipúzcoa) / El Mundo

El caserío de los hermanos deportistas, el mayor almacén etarra hallado desde 1999
Entre exhibiciones y competiciones de deporte rural vasco, los hermanos Aitor e Igor Esnaola Dorronsoro nutrían de abundantes armas y explosivos procedentes de Francia a los diferentes comandos de ETA para la comisión de atentados. Sus nueve años, al menos, dedicados a las tareas logísticas dentro de la banda terrorista pasaron inadvertidos a las investigaciones policiales.

Los detenidos alternaban su trabajo en la producción agrícola y ganadera con la trontza, deporte consistente en serrar troncos de árboles en el menor tiempo posible y del que han sido campeones los tres últimos años en Guipúzcoa.

La pasada madrugada, finalmente, la Guardia Civil desarticuló el comando de legales (no fichados por las Fuerzas de Seguridad) Erreka en el transcurso de una operación policial en Legorreta, donde los agentes se incautaron de casi una tonelada de explosivos ocultos en el caserío familiar, lo que representa uno de los mayores polvorines localizados en España. De hecho, hay que remontarse 12 años, hasta 1999, para encontrar una intervención superior, correspondientes a los 1.800 kilos repartidos en dos furgonetas bomba que fueron interceptadas en Calatayud (Zaragoza) cuando se dirigían a cometer un atentado en Madrid.

Para dar cuenta de la magnitud del hallazgo, bastan unos ejemplos: para el brutal atentado de la T-4 que rompió la anterior tregua se emplearon 500 kilos de explosivos; además, el comando Otazua, desarticulado el pasado 1 de marzo en Vizcaya, guardaba un total de 200 kilos de explosivo en el momento de la detención de sus cuatro miembros. El material encontrado duplica todas las incautaciones de 2010 y se sitúa cerca de los 1.189 kilos hallados en 2009 entre España y Francia.

La Policía encontró ocultos en el caserío 850 kilos de nitrato amónico, 13,5 de pentrita y otros 100 de combustible, así como detonadores y diversa documentación, entre la que figuran zutabes [boletines internos de la banda terrorista]. Los papeles encontrados podrían esclarecer algunos atentados, ya que los investigadores no descartan que los dos hermanos hayan podido realizar otras funciones más allá de la labor logística, pues dependían de jefes del aparato militar. Los investigadores confían en que estos papeles determinen la implicación de los hermanos en diversos crímenes cometidos por la banda en la zona durante los últimos años y cuya autoría está por aclarar.

Fuentes policiales consideran que la presión que ejercen las Fuerzas de Seguridad ha empujado a la banda terrorista a convertir este caserío en un auténtico centro de almacenamiento y suministro de explosivos con el fin de evitar que los comandos se tengan que desplazar a territorio galo para recoger el material para la comisión de atentados. De este modo, buscaban reducir los riesgos para las diferentes células.

La existencia de este comando ya figuraba en la documentación intervenida en Francia en 2002 al dirigente Susper, según fuentes policiales. Su nombre también fue apareciendo en los papeles incautados a otros primeros espadas de ETA en las sucesivas operaciones policiales y que relacionaban a sus integrantes con el aparato logístico de la banda, pero las investigaciones no habían podido determinar su estructura ni localización.

La identificación ha sido posible tras el análisis de la documentación incautada en la operación desarrollada por la Guardia Civil el 14 de abril de 2010 contra la estructura Halboka, el aparato de control de los presos, y las investigaciones posteriores.

El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó que los Esnaola no eran nuevos en la banda y que llevaban «tiempo» dedicados a las labores logísticas de ETA como miembros legales. Su detención se produce después de nueve años siguiéndoles la pista. Igor, de 36 años, trabajaba como productor de cordero lechal, y Aitor, de 40, como pastor dedicado a la elaboración de quesos con denominación de origen Idiazabal, labor por la que el pasado año obtuvo una subvención del Gobierno vasco. Integraron las candidaturas de Euskal Herritarrok en las elecciones municipales de 1999.

LEYRE HUALDE / Bilbao
MANUEL MARRACO / Madrid

Marlaska y el Gobierno vasco prohíben los homenajes a Sagarduy

El etarra que más tiempo ha estado preso queda hoy en libertad
El Departamento de Interior del Gobierno vasco y el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska prohibieron ayer los homenajes preparados en Amorebieta y Jaén para recibir al preso de ETA José María Sagarduy, alias Gatza, que abandonará hoy la prisión de la provincia andaluza tras cumplir 31 años de condena.

La manifestación prevista para las 20.00 horas de hoy, bajo el lema Bizi osorako kartzela zigorrik ez! [¡Penas de cadena perpetua no!], y la concentración de apoyo del próximo sábado, convocadas por dos particulares, no fueron autorizadas por el Ejecutivo vasco ante las «diferentes evidencias» que señalaban que se trataba de intentos de homenaje.

La prohibición administrativa encontró por la noche su respaldo judicial. El juez Grande-Marlaska decidió prohibir también el homenaje a las puertas de la cárcel, como había pedido la Fiscalía, porque podría constituir un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo. La prohibición judicial se ha producido gracias a la petición de la asociación Voces Contra el Terrorismo.

Por otra parte, el PP había solicitado ayer al Gobierno vasco que no diera permiso a los convocantes para celebrar estos actos. El parlamentario Carlos Urquijo explicó, a través de un comunicado, que había pedido al consejero de Interior, Rodolfo Ares, que utilizara «todos los instrumentos legales» disponibles para impedir el homenaje «sin esperar a una resolución de la Audiencia Nacional». «Las instituciones deben estar a la altura para aplicar todos los instrumentos del Estado de Derecho en defensa de las víctimas y en contra de la impunidad de ETA», señaló.

Algunos balcones y comercios de Amorebieta -donde vive su familia- se vistieron de gala luciendo carteles para recibir al preso más antiguo de la banda ante su puesta en libertad. Los simpatizantes de la banda siguen así las indicaciones de la asociación de familiares de presos de ETA, Etxerat, de dar a Gatza, detenido en 1980, una «calurosa acogida». Tras su arresto, fue condenado a 70 años de prisión por dos muertes, un asesinato frustrado y tenencia de armas y explosivos. Desde entonces, Gatza ha recorrido 14 cárceles.

Los portavoces de Etxerat aseguraron ayer que, aunque «desconocían» el tipo de recibimiento que se realizaría, sería algo «natural». Además, señalaron que «no contemplaban» que las instituciones pudieran impedir su desarrollo, puesto que se trata de una persona «que hace muchos años que ha cumplido su condena y sale ahora a la calle». Los representantes de la asociación habían manifestado que en caso de que los actos no fueran autorizados, como finalmente ocurrió, el Gobierno vasco dejaría «su cara descubierta». «Si alguien decide utilizar la violencia y aporrear a la gente para que no muestre su solidaridad, será su responsabilidad, porque ellos sí utilizan la violencia política», añadieron.

1 comentario:

  1. Entre tronco y tronco goma, estos van a coger la celda del otro que sale ahora.

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