lunes, 18 de abril de 2011

Entre el delirio y la pesadilla


07:30 (18-04-2011) | La Gaceta

El sueño de Eguiguren no tiene que ver con la justicia para las víctimas ni con la reconciliación.

El presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, tuvo al parecer un sueño en el que se vio conduciendo al PSE a la realización de su misión histórica, que no era otra que “pacificar el País Vasco y poner en marcha un proceso de reconciliación”. El sueño debió de ser tan nítido como para que Eguiguren lo tomara como una revelación y en ello sigue desde hace décadas: buscando “la Paz” al precio que sea, aunque por el camino la libertad de sus compatriotas quede hecha jirones.

Porque es la libertad lo que defendemos frente a los que nos la niegan a tiros, bombas lapa y demás medios a su alcance. Los que nos oponemos a ETA queremos ser libres en nuestra tierra para defender un proyecto realmente democrático, un proyecto que defienda sin caretas nuestra pertenencia a España, ya sea desde la derecha, la izquierda o el centro. Un proyecto de libertad y dignidad donde no tienen cabida las acciones y actitudes de los totalitarios a los que ETA busca presentar como “gudaris” y el PSE como “hombres de paz”.

Un PSE cuyo presidente tiene que recurrir a la perogrullada de que los etarras necesitan moverse, comer, etc., para no tener que denunciar y condenar el último tiroteo en Francia, no vaya a ser que la contundencia de los hechos le estropee su idílico “proceso de paz”. Un PSE que considera que la legalización de Batasuna o la excarcelación de asesinos en serie contribuye al “fin de la violencia”, como si se tratara de una violencia espontánea y generalizada y no de la sangrienta actividad de una banda terrorista concreta justificada abyectamente durante años por sus peones de brega en las instituciones.

De eso va el sueño de Eguiguren, compartido por el mismísimo presidente del Gobierno de España: de ponerse las medallas de “la solución política” a un “conflicto” que cualquier día dirá Zapatero que se remonta al origen de los tiempos. Pero lo cierto es que cuando los pistoleros estén en la calle porque así haya sido negociado entre el Gobierno y ETA, ¿qué clase de libertad nos quedará a los demócratas? ¿Acaso podremos los ciudadanos españoles sentir que la pesadilla del terrorismo ha acabado definitivamente, con los asesinos y sus colaboradores rehabilitados e instalados en miles de cargos públicos?

El sueño de Eguiguren no tiene que ver, en realidad, con la verdadera reconciliación, porque no habrá tal sin justicia y reparación a las víctimas. Es más un delirio propio de alguien que se siente llamado por la Historia a jugar un papel protagonista aunque ello pase por convertirse en adalid del pacifismo en un país que no está en guerra.
Es un delirio muy contagioso, eso sí. Pero ninguno de los que han defendido el “proceso” con los terroristas en estos siete últimos años nos podrá explicar por qué han sido necesarias mentiras tan sórdidas para un fin tan elevado como “la Paz”, y aún menos por qué después de una docena de asesinatos por parte de ETA “los del otro bando” tenemos que confiar en los sueños de personajes delirantes como Zapatero y Eguiguren.

*Regina Otaola es alcaldesa de Lizarza.

1 comentario:

  1. Y es más, porque tienen que seguir mintiendo, en temas tan escabrosos, 11-M, Faisán??, pues porque son un todo dentro de la negociación con los asesinos. No les queda otra, que hacer lo que han echo, porque si se enteran de verdad, que nos enteraremos, que eta está en el conglomerado de todo lo anterior,sería su fin, y el desgobierno encima anda utilizando todo esto a su favor, pensando en sacar rédito político.
    Espero que sus conciencias le pasen factura.

    ResponderEliminar