viernes, 8 de abril de 2011

El Gobierno calificó de "base para avanzar" el desarme de ETA a cambio de Navarra


07:41 (08-04-2011) | La Gaceta

La banda supeditó su final a lograr la “unidad territorial” y a un referéndum separatista.

Alberto Lardiés. Madrid

Durante las últimas conversaciones del proceso de paz, en mayo de 2007, ETA llegó a ofrecer al Gobierno una propuesta en la que supeditaba su desarme a cambio de Navarra. Los emisarios gubernamentales valoraron “positivamente” la idea, constataron “posibilidades reales de avanzar sobre esa base” en la negociación y emplazaron a la banda a otra reunión, según consta en las actas elaboradas por el jefe y negociador etarra Javier López Peña, Thierry. Finalmente no llegaron a reunirse otra vez, no hubo acuerdo y el diálogo se quebró.

Tras el salvaje atentado de la Terminal 4 de Barajas, el Ejecutivo decidió retomar las conversaciones con ETA. Los negociadores se vieron a finales de marzo y principios de abril. Ante las dificultades del proceso y la cercanía de las elecciones municipales y forales de hace cuatro años, los emisarios se citaron en Ginebra los días 14, 15 y 16 de mayo. Fue la única vez en la que coincidieron en tiempo y lugar las dos mesas de negociación, entre el Gobierno y ETA, por un lado, y entre Batasuna y el PSE, por otro. Todo se hizo al amparo del Centro Henry Dunant suizo y con la presencia de observadores internacionales.

Reproches
En el segundo encuentro de aquellas conversaciones entre los enviados del Ejecutivo (Manuel Gómez Benítez y Jesús Eguiguren) y la banda (Thierry y otro etarra), el inicio fue duro, con reproches mutuos y con discusiones en torno a cómo debía articularse el diálogo. En un principio, el Gobierno endureció su postura respecto a encuentros precedentes, colocando a los presos etarras en el centro del debate y dejando de lado la política. ETA respondió: “Lo dicho por el Gobierno no es proceso de paz, es una declaración de guerra”.
El encuentro se enquistó y se produjo un receso. Cuando se retomó la reunión, ETA hizo una propuesta inesperada. La banda criminal presentó un listado de compromisos. Las actas de Thierry recogen que los compromisos eran no cometer atentados y “desactivar su estructura si se llegan a objetivos políticos y técnicos”. Pero los papeles del máximo dirigente etarra no recogen los puntos concretos de su propuesta.
LA GACETA ha tenido acceso al borrador de la banda criminal. En concreto, los etarras se comprometían a “desactivar la lucha armada y desmantelar sus estructuras militares” (es decir, desarmarse totalmente) en el futuro, siempre “en el marco de la consecución definitiva de los objetivos políticos y técnicos”.

Esos “objetivos políticos y técnicos” incluían, según reza la propuesta etarra, alcanzar “la unidad territorial de Araba, Gipuzkoa, Bizkaia y Nafarroa, estableciendo un único marco jurídico y político para los cuatro territorios que deberá ser refrendado por los ciudadanos vascos”. Todo ello mediante “el derecho de los ciudadanos vascos a decidir libremente su futuro”. En suma, la anexión de Navarra y la independencia, que son los dos objetivos históricos de ETA, mediante un referéndum.

“Al desastre”
La propuesta de ETA fue recibida con cierta satisfacción pero con reservas por los negociadores gubernamentales. La valoraron pero dijeron que “faltan muchos detalles”. Además, comentaron que “no podemos presentar nada por escrito porque eso nos lleva al desastre”, según se recoge en las actas de Thierry. La reunión fue enturbiándose hasta acabar.

Según el relato de los papeles del terrorista, al término de ese encuentro, ETA exigió una propuesta por escrito al Gobierno. Y los emisarios del Ejecutivo respondieron “de forma oral mediante el mediador”: “El Gobierno valora positivamente la propuesta de ETA presentada en la mesa técnica. Y constata posibilidades reales de avanzar en dicha mesa sobre esa base y los principios expuestos por el Gobierno. Para ello se compromete a traer el próximo lunes propuestas concretas que eviten malas interpretaciones”.

Última cita
Con el “próximo lunes”, se referían al día 21 de mayo. Pero ese día ETA y el Gobierno no llegaron a reunirse. La banda criminal supeditó cualquier acuerdo en la “mesa técnica” (ETA-Ejecutivo) a un pacto previo en la “mesa política” (Batasuna y PSE). Así, aquel día final de las negociaciones, solamente se encontraron los representantes de Batasuna y del PSE en una casa rural cercana a Ginebra.

Ocupaban la mesa de negociación Jesús Eguiguren y Rodolfo Ares, por parte de los socialistas, y Arnaldo Otegui y Rufino Etxeberria, por el brazo político de ETA. Asimismo, les acompañaban varios observadores internacionales (algunos del Sinn Fein irlandés y otros de varios Gobiernos europeos), amén de los mediadores del Henry Dunant.

Como ya informó este diario, en ese último encuentro Batasuna fue más allá que nunca, al pedir un “estatuto de autonomía para las cuatro provincias (tres vascas y Navarra) con derecho a decidir”. El PSE volvió a su apuesta de las conversaciones de Loyola (celebradas en otoño de 2006). El acuerdo no fue factible, dado que había posiciones demasiado alejadas. Y el proceso se desmoronó por completo.

Lo niegan
Hoy, tanto el negociador Jesús Eguiguren como sus medios afines se empeñan en negar por activa y por pasiva que Navarra estuviera encima de la mesa de negociación. Justo lo contrario de lo que dicen las actas de ETA, de lo que denuncian las víctimas del terrorismo y de lo que aseguran las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por este diario.

De hecho, en esas mismas conversaciones de Ginebra de mayo de 2007, ETA no fue la única en presentar una propuesta por sorpresa. Como ya reveló este diario, el mentado Eguiguren presentó, dibujándolo en una pizarra, un plan destinado a conseguir que el País Vasco y Navarra se unificasen en una sola comunidad autónoma. Su intención era salvar la negociación cuando se encontraba encallada.

Los pasos a seguir serían similares a los de la construcción de la Unión Europea entre diferentes Estados. Incluso Eguiguren llegó a hablar de un plazo de ocho años para conseguirlo, pero en ningún caso abogó por la independencia de esa comunidad respecto a España. Sus interlocutores, los mediadores del Henry Dunant y los observadores internacionales pueden confirmarlo o desmentirlo. Si no, siempre quedarán las actas secretas de la negociación, custodiadas en una caja fuerte de Suiza.

1 comentario:

  1. Si esto es verdad, que será, estos venden hasta su abuela si es que la tienen. Se creen dioses quitando y poniendo, la mayor desfachatez nunca vista, como en un rastro, vendiendo España `por partes...
    Espero que sus conciencias les pasen factura.
    Y a todo esto, algo tendrán que decir los navarros...

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