jueves, 14 de abril de 2011

El chivatazo tuvo 'móvil político' y 'favoreció la actividad de ETA'


M. MARRACO / F. LÁZARO / Madrid / El Mundo

Según el documento, la filtración frustró las detenciones y permitió a ETA «ocultar datos esenciales de la estructura, composición y operativa» del aparato de extorsión
Aporta conversaciones grabadas y cruces de llamadas de móviles que demuestran la implicación del director general de la Policía y del jefe superior del País Vasco
Pamies asegura que Hidalgo le dijo que Rubalcaba «no se ha portado bien» con él al destituirle con la excusa del «descontrol» tras descubrirse el chivatazo

Zapatero embusteroEl móvil del chivatazo fue «político» y «favoreció» a la banda terrorista. Así lo mantiene el equipo investigador en el Informe Final de Conclusiones remitido ayer al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, que investiga el soplo a la red de extorsión que tuvo lugar en el bar Faisán. «La naturaleza del móvil es política y se articula en el marco del proceso de negociación», afirma el escrito. Los 36 folios del informe arrancan con la extensa lista de consecuencias del soplo, que el equipo estima de «mucha trascendencia». Además de impedir los arrestos ordenados por el juez Fernando Grande-Marlaska, permitió a la banda «ocultar datos esenciales sobre la estructura, composición y operativa» de su aparato de extorsión. Los investigadores reúnen la multitud de datos que avalan la implicación de los tres imputados e insisten en la participación de otros dos mandos policiales.

Zapatero embustero De acuerdo con el relato del equipo investigador en el Informe Final de Conclusiones, el entonces director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, acordó con el jefe superior del País Vasco, Enrique Pamies, advertir a la red de extorsión de una inminente operación policial. El motivo era «político»: no poner en peligro el proceso de negociación con ETA. El método, enviar al bar Faisán de Irún, lugar clave de la red, al inspector imputado José María Ballesteros. Este se encargó de pasarle a Joseba Elosua, dueño del bar y pieza clave de la trama etarra, una llamada en la que Pamies le informó de la operación. El resultado fue que la desarticulación de la red de extorsión no se produjo en 4 de mayo de 2006, cuando estaba prevista

Los investigadores consideran «inverosímil» la versión del jefe superior -que sostiene que envió al inspector a la frontera para preparar la cita con un confidente- y apoyan su reconstrucción de lo sucedido en la secuencia de llamadas entre los implicados.

Estos son los 15 apartados del informe, fechado el pasado lunes y elaborado por los cinco miembros del equipo investigador, que en 2006 formaban parte del operativo que tenía previsto desmantelar la red.

1. LAS CONSECUENCIAS. El equipo dirigido por Carlos G. enumera siete consecuencias del chivatazo. 1. «Ese día se frustró un operativo contra ETA y su aparato de extorsión, impidiendo la detención de elementos terroristas y sus cómplices». 2. «A partir de este día, la investigación sufre un 'apagón informativo', tanto en las líneas intervenidas [pinchazos] como en los acontecimientos». 3. El soplo permitió que los 54.000 euros que el etarra Cau Aldanur iba a recoger de Elosua «se allegaran finalmente al aparato financiero de ETA». 4. Cuando mes y medio después se realizaron las detenciones, «el plus informativo que siempre genera una investigación de esta naturaleza fue absolutamente nulo» y no se encontró «ningún indicio» nuevo que reforzara la implicación de los arrestados. 5. No se alcanzó «el verdadero objetivo final de la investigación», que no eran tanto los arrestos como encontrar «las listas y claves de extorsión, cartas, sellos de ETA, contabilidad, notas de la transmisión de fondos a los aparatos, e información financiera del aparato de extorsión». 6. El chivatazo permitió que los investigados pudieran «sustraer al conocimiento de los servicios policiales antiterroristas datos esenciales sobre la estructura, composición, procedimientos operativos y responsables del aparato financiero de ETA en esos momentos».

2. FUERON POLICÍAS. No hay duda de que el soplo lo dio un policía, porque «la información que proporciona tiene un componente genérico, pero también consta de un cúmulo de datos concretos, específicos y muy recientes en la investigación, de conocimiento restringido y únicamente al alcance, en su conjunto, de un limitado número de funcionarios». En concreto, ofreció a Elosua «datos de última hora», como que esa mañana se iba a detener a Cau Aldanur y registrar su vehículo en busca del dinero. De la conversación intervenida a Elosua en su vehículo se deduce que quien le pasó el móvil también era policía. «El único policía que tiene registradas llamadas a través de móvil con otro policía español, quien a su vez está ubicado físicamente en Behobia (en la zona del bar Faisán) y que efectúa llamada saliente a la hora de interés (11.10 -11.40), por tiempo superior a cinco minutos, es el jefe superior», dice el informe.

3. «MÓVIL POLÍTICO». «La naturaleza del móvil es política y se articula en el marco del proceso de negociación». El equipo sustenta esta novedosa afirmación en varios indicios. Por ejemplo, que quien da el soplo se refiere de forma «insistente» al proceso de paz. Así, Elosua pone en su boca estas palabras: «No vas a decir que te he llamado yo, ¿eh? ... para no fastidiar todo el proceso»; «...que aquí hay gente que quiere que esto se rompa...».

Además, el informe resalta que la llamada «consigue evitar la detención de Gorka Agirre», miembro de la dirección del PNV. La única manera de evitar la detención era reventar la operación, porque el arresto de Cau «conllevaba la inmediata detención de Aguirre». Ese mismo 4 de mayo -el informe no lo dice-, el presidente del Gobierno se reunía Josu Jon Imaz, líder del PNV.

Es en este contexto político en el que los investigadores encajan la figura de García Hidalgo: «La cadena sucesiva y consecutiva de llamadas, el día 3 y 4 de mayo, interrelacionadas directamente con los puntuales acontecimientos que se iban sucediendo en España y Francia, establecen una relación causa-efecto entre estos acontecimientos, el jefe superior de Policía del País Vasco y el director general de la Policía, alto cargo del Ministerio del Interior».

El escrito hace hincapié en la incautación al negociador etarra Iurrebaso de un teléfono de emergencia que correspondía a un terminal en manos de García Hidalgo. De hecho, se reproduce una llamada de Hidalgo -cuando ya no era director- a un policía que sabe del asunto para advertirle de que Iurrebaso ha cantado lo de «el teléfono acabado en 190». Le pide que se lo cuente al nuevo director de la Policía y la Guardia Civil, al que Hidalgo ya le había hablado del teléfono proporcionado a ETA. «Yo al director, en el traspaso de poderes, ya le puse al corriente», dice Hidalgo. «La entrega de este número de teléfono al negociador de ETA trasciende el ámbito estrictamente personal de Víctor García Hidalgo y se enmarca en un contexto político institucional, porque ese dato esencial forma parte del contenido informativo que traslada en el traspaso de poderes», concluyen los investigadores.

4. LA ÚNICA LLAMADA. El informe parte de que la llamada del chivatazo debe cumplir estos requisitos: ser saliente, realizada desde la zona del Faisán y entre las 11.10 y las 11.40 horas, que dure más de cinco minutos y que sea entre policías. «Pues bien, la única llamada que reúne esas características» es una que mantienen Ballesteros y Pamies.

Este punto del informe introduce la implicación en la trama de la jefa de la Sección de Análisis de la Brigada de Información de San Sebastián, que en la causa sigue como testigo. Fue ella la que habría suministrado a Pamies datos concretos de la operación. «Habitual y regularmente» transmitía datos al jefe superior, «saltándose el conducto reglamentario», dicen los investigadores, que reproducen decenas de contactos entre ambos.

5. LA IMAGEN CLAVE. Este punto repasa los recorridos de Ballesteros por la zona, y los acompaña de fotogramas que lo sitúan en el Faisán. «A las 11.23 horas, coincidiendo exactamente con la hora en la que se aborda a Joseba en su bar Faisán, el inspector se encuentra en ese espacio y efectúa nueva llamada al jefe superior con una duración de 8 minutos y 11 segundos. El propio inspector de Vitoria corrobora esta circunstancia con su declaración en sede judicial, al reconocerse saliendo del bar Faisán instantes después de finalizar la llamada». Fueron estas imágenes las que llevaron a la Fiscalía de la Audiencia Nacional a considerar que sí había elementos para proceder contra los imputados y modificar su petición inicial de archivo. Como dice el informe, Ballesteros «es el único que se ve salir» del bar «en horas inmediatas a la finalización de la llamada» y que encaja con la descripción que dio Elosua. El informe no dice que Elosua no identificó a Ballesteros en la rueda de reconocimiento, un dato que provocó la solicitud inicial del archivo del Ministerio Público.

6. BALLESTEROS, DESPISTADO. Otros dos datos encajan con la implicación de Pamies y Ballesteros en el soplo. El primero, que se hizo a través de un móvil, porque el jefe superior sabía que los teléfonos del Faisán y el de casa de Elosua estaban pinchados. El segundo, que Ballesteros no conocía ni la zona ni a la familia de Elosua -llegó a preguntar a su esposa dónde estaba la casa del presunto etarra-, lo que encaja en el perfil que arroja la investigación: era alguien ajeno al operativo del Faisán.

7. SÓLO CON PAMIES. El informe resalta que en los minutos en que se produjo el soplo, Ballesteros «permanece ininterrumpidamente en la frontera de Behobia (donde se ubica el bar Faisán y el domicilio de Joseba)» y «única y exclusivamente mantiene comunicaciones» con Pamies.

8. HIDALGO, 'RELACIÓN DIRECTA'. «La reacción inmediata» del jefe superior, una vez concluida la llamada a Elosua, «es efectuar dos llamadas al director general de la Policía, estableciendo de hecho una relación directa entre la misión que esa mañana ha desarrollado el inspector de Behobia y el conocimiento del resultado de esa misión por parte del director general de la Policía».

9. «COARTADA INVEROSÍMIL». El informe dice que el supuesto encuentro con un confidente, con el que Pamies justifica las llamadas con Ballesteros, es «inverosímil», y aporta múltiples argumentos para demostrarlo. También lo es la razón por la que supuestamente no se encontró con el confidente, la presencia de agentes de la UIP en la frontera. El informe resalta que el jefe superior sabe que hay presencia diaria de la UIP en la frontera. Este punto también considera «ilógico y carente de sentido» que Pamies recurriera para la gestión a alguien que no conocía la zona.

10. EN FRANCIA. Tras el chivatazo, Elosua viaja a Bayona para prevenir a Cau Aldanur. Cuando eso sucede, Pamies llama a Hidalgo y, a continuación, al comisario responsable de la brigada de Francia, al que el equipo considera sospechoso.

11. OPERACIÓN FRUSTRADA. El informe establece «una relación de causalidad» entra las llamadas entre los cinco implicados por el equipo investigador y el hecho de que no se produzca el operativo al otro lado de la frontera. Una decisión, la de no proceder a las detenciones, que el equipo que investiga el chivatazo considera «desconcertante». De nuevo el tráfico de llamadas sitúa al comisario desplazado a Francia en la trama del soplo.

12. CADENA DE LLAMADAS. El informe dice que la secuencia de llamadas del 3 de mayo, que da inicio al chivatazo, prosigue el día 4, y tiene como «protagonistas» a Hidalgo, Pamies y el comisario de Francia.

13. SIN JERARQUÍA. «El tráfico de llamadas revela una clara disfunción en el normal funcionamiento de la cadena jerárquica de mando». No se establecen comunicaciones esos días «siguiendo el cauce natural y jerárquico, como dictan las normas de procedimiento, sino que, muy al contrario, existen saltos cualitativos notables que sólo pueden justificarse en la relación de confianza entre los actores, necesaria y decisiva para la coparticipación en unos hechos de tal gravedad y trascendencia».

14. MEDIDAS DE SEGURIDAD. El cese de Hidalgo en septiembre de 2006 y la «sospecha» de que era por el chivatazo provoca que él, Pamies, el comisario de UCII jefe de la brigada de Francia, el inspector de Vitoria «y una quinta persona no identificada» adoptasen «medidas de seguridad contrarias a su costumbre habitual». De hecho, comenzaron a utilizar «teléfonos seguros» con tarjetas prepago.

15. GARZÓN Y RUBALCABA. El informe concluye dos datos que a juicio del equipo encajan en todo lo anterior. El primero, que Pamies llamó al jefe del equipo investigador para saber si Elosua había reconocido por fotos al policía que le abordó, y lo hizo momentos después de hablar con Hidalgo. Es decir, estaba preocupado por el avance de la investigación. El segundo es una la conversación ya adelantada por este diario entre un destacado mando policial y Pamies, meses después del soplo. El primero le dice «estate tranquilo, con el Baltasar [Garzón] no hay problema». A continuación, Pamies comenta que Hidalgo se le ha quejado del trato de Rubalcaba: «No se han portado conmigo», llegó a decir Hidalgo, en referencia a la excusa del «descontrol» en la Policía que el ministro empleó para destituirle.

1 comentario:

  1. Toda esta infamia, deben de pagarlo. Esto lo hace un cualquiera, y el caso ya estaría cerrado hace años. Haber si se hace justicia, y no favores.
    País de corruptelas, poco nos diferenciamos ya de Italia.

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