CIUDADANOS, ¡¡TOMAD LA ALTERNATIVA !!

Rosa Díez.

Nuestra alternativa como partido la tomamos el ocho de marzo de 2008, cuando nos presentamos por vez primera ante los ciudadanos y les pedimos que nos prestaran por cuatro años su confianza. Este tres de abril, –que amaneció en Madrid con un cielo gris con el que el sol tuvo que pelearse para abrirse paso– les quisimos recordar a los ciudadanos que ellos deben tomar las riendas de su destino, que ellos deben ser quienes decidan, a partir de su reflexión y de su voto, quien y cómo se gobierna nuestro país. El tres de abril abrimos la Plaza de Toros de Vistalegre para dar la alternativa a los ciudadanos.

En esa mañana de domingo, entre la emoción de los miles de ciudadanos que nos acompañaban en esa Plaza de Toros que lleva la alegría en el nombre, no hicimos nada diferente de lo que hemos hecho hasta ahora. Vistalegre fue un grito contra la desidia, contra la resignación, contra la desesperanza. Fue un grito a favor de la política, del libre albedrío, de la autonomía personal, de la autoestima. Fue un grito contra los que nos dicen que nada se puede cambiar, que los grupos valen más que las personas. Fue un grito contra el pensamiento conservador, contra el silencio. Fue un grito a favor de la fuerza transformadora del voto individual.

Hablamos en la plaza pública de política y de democracia. Explicamos que la política y la democracia son inseparables; que la democracia no es el silencio ni la resignación; que la democracia es hablar alto y claro de los problemas y ofrecer instrumentos y soluciones para los mismos.

En la plaza pública y entre ciudadanos que querían escuchar propuestas y reflexiones, rompimos algunos tabúes. Explicamos que no creemos que los jóvenes españoles pasen de la política porque sean más individualistas o más egoístas que otros, sino que sencillamente están en otra cosa porque no se sienten convocados en este espectáculo en el que sus mayores se dedican a descalificarse mutuamente mientras el 42,3% de la generación mejor formada de nuestra historia no encuentra un lugar en el que volcar su conocimiento. Están en otra cosa porque están hartos de que les digan que son el futuro, a ellos que saben que tienen el derecho a participar para cambiar el presente.

El domingo tres de abril, en la plaza pública, explicamos que no es cierto que todos los políticos sean iguales, que no es cierto que no quede otra opción que escoger entre lo que no nos gusta y lo que nos gusta menos todavía. Que no es cierto que no haya más remedio que aguantar lo que tenemos. Álvaro Pombo lo explicó de otra manera: el PSOE y el PP son la disyunción, “O”, “O”. UPyD es la conjunción copulativa, la Y, lo que da ilación, lo que pelea contra el aburrimiento. En esa plaza de toros en la que tantos eslóganes han sonado, nosotros llamamos a los ciudadanos a ser críticos, a utilizar en positivo la fuerza de su voto. Les pedimos que no sean inconformistas, que sean exigentes, que tengan autoestima, que piensen en la fuerza regeneradora del voto. Que recuerden que los políticos dependemos de ellos, que ningún partido, por poderoso que parezca, tiene nada que hacer si no obtiene la confianza –por acción u omisión—de los ciudadanos.

Este tres de abril que para nosotros pasará a nuestra historia, confirmamos que no hay dos España enfrentadas, que la mayoría de españoles se siente, es, de la Tercera España; que la mayoría de ciudadanos sólo están esperando una oportunidad, casi buscando una disculpa, para poder demostrarlo. Explicamos que el patriotismo es cosa seria; que el patriotismo significa la defensa de los valores comunes; y que para eso hemos nacido como partido, para ser un instrumento que permita a los españoles defender lo que nos une.

Abrimos Vistalegre para hablar de propuestas políticas. Para defender una España que no es en blanco y negro, que está llena de matices, de color, de riqueza. Una España plural, pero una. Una España en la que la diversidad es riqueza cuando está garantizada la unidad, la cohesión, la igualdad, la justicia y la libertad.

Hablamos de la regeneración democrática, de la necesidad de que los ciudadanos tomen el control sobre la política. Y propusimos reformas importantes, como la ley electoral, no para tratar con justicia a todos los partidos –lo que sería normal- sino sobre todo para tratar en igualdad de condiciones a cada uno de los ciudadanos y garantizar que cada uno de sus votos tenga el mismo valor a la hora de conformar la representación política.

Hablamos de la independencia de la Justicia, valor indiscutible y principal de un estado de derecho. Una Justicia independiente y justa, elemento principal para la regeneración democracia y para combatir con eficacia la corrupción política.

Hablamos de los medios de comunicación, del afán controlador insaciable de los dos grandes partidos políticos, tan de acuerdo en mantener el establishment que son la cara y la cruz de la misma moneda. Apelamos a la independencia de los profesionales para evitar el nuevo ataque a las libertades perpetrado por el PSOE y el PP (ante el silencio del resto de fuerzas políticas) que vulnera su deber y su derecho de informar y el derecho de los ciudadanos a conocer. Si no hay información, no es posible elegir; y si no es posible elegir, no hay democracia.

Hablamos de Educación, de la necesidad de que España salga del furgón de cola, de la necesidad de que la ambición de país se ponga por delante del cálculo sectario y partidista en esta materia. Propusimos que el Estado recupere la competencia en materia educativa, único instrumento para garantizar la calidad y la permanencia de la norma y la cohesión del sistema. Recordamos que la Educación es el instrumento más igualitario y más competitivo que tiene un país en sus manos y que diecisiete sistemas educativos han fracasado.

Hablamos de economía, de empleo, de la financiación autonómica, de las Cajas de Ahorro, de los amigos del Presidente que ahora quieren quedarse a precio de saldo con algunas Cajas de Ahorros a las que los políticos que están insertos en sus Consejos han dejado hundirse mientras pagaban favores políticos y/o financiaban proyectos partidarios del PSOE y del PP. Recordamos que se sigue insertando ayudas millonarias que gestionan los mismos que llevaron a esas entidades a la quiebra; mientras a un trabajador que está en paro se le niega el derecho a satisfacer su deuda hipotecaria devolviendo la vivienda que en su día valoraron de forma inadecuada.

Hablamos del camino que tenemos por delante. De un camino que vamos a recorrer sabiendo que hemos hecho ya lo más importante: decidirnos a actuar. Hablamos del poder regenerador de la marea, una marea que se lleva lo viejo, lo caduco, lo que sólo entorpece el camino; una marea que empezó de color naranja y azul, en los mares del norte, cuando un reducido grupo de personas decidieron ir a las instituciones a defender lo que nos une como españoles. Una marea que hoy es magenta.

Hablamos de nuestros candidatos, ciudadanos que han decidido actuar como ciudadanos y que quieren ser, por un tiempo, la voz de otros ciudadanos que exigen respeto y verdad. Pedimos a los ciudadanos, recordando a Savater y los consejos a su hijo Amador, que no fueran idiotas, que participaran en política, que tomaran la palabra.

Hablamos de Ungaretti; de cómo él, como Kavafis en su Ítaca, nos recuerda que “La meta es partir”. Nosotros ya estamos en marcha.

Cuatro de abril de 2011.

PD.

Este acto político del domingo en Vistalegre no hubiera sido posible sin la generosidad, el altruismo, las energías y el trabajo de más de un centenar de voluntarios que hicieron de todo para que la Plaza estuviera “guapa”. Y que se quedaron luego a recoger las sillas, a quitar los adornos magenta, a dejar el recinto en condiciones.

Tampoco hubiera sido lo mismo sin los ciber activistas, testigos directos que fueron contando en la red lo que allí ocurría y les complicaron un poco más la vida a los manipuladores de la verdad, a esa prensa concertada que daría cualquier cosa por hacernos desaparecer del mapa.

A todos ellos, en nombre del todo el partido y en nombre de todos los ciudadanos convocados al acto, les doy las gracias. ¡¡Sois estupendos!!