viernes, 25 de febrero de 2011

Una explosión antes de tiempo


P. HERRAIZ / Hoyo de Manzanares/ El Mundo

Una carga que estalló antes de accionar el control remoto durante un ejercicio causó la deflagración de las minas anticarro que mató a cinco militares e hirió a otros tres

Zapatero embustero

La carga explotó antes de tiempo. Los cinco militares fallecidos y los tres heridos ayer en la Academia de Ingenieros del Ejército de Hoyo de Manzanares (Madrid) estaban manipulando varias minas anticarro que no tenían detonador, aunque sí explosivo. El ejercicio que realizaban estos hombres consistía en destruir minas anticarro mediante detonaciones controladas, según el Ministerio de Defensa.

El problema es que estas minas se destruyen colocando unas pequeñas cargas que se activan por control remoto, pero una explotó antes de accionarlo. Las minas estaban en un agujero excavado en la tierra para que la onda expansiva fuera menor. En el ejercicio participaba una unidad de neutralización de explosivos que se preparaba para ir al Líbano en abril a desactivar artefactos. Había 16 hombres, entre ellos algunos de los mejores expertos del Ejército en estas tareas.

El accidente ocurrió hacia las 10.30 horas, en una hondonada del campo de maniobras. Tras colocar las minas en el agujero y las cargas, todavía permanecían ocho militares junto a las bombas. Una carga explotó y reventó todas las minas, con una deflagración «de gran magnitud», como dijo ayer la ministra de Defensa, Carme Chacón.

Las minas no tenían espoleta y supuestamente eran inofensivas, así que la única protección de estos hombres era un casco y un chaleco. Cinco de ellos murieron en el acto. Se trata de Sergio Valdepeñas Martín Buitrago (Madrid, 1976, soltero), sargento primero del Ejército de Tierra de la brigada acorazada número 12 de El Goloso (Madrid). Estuvo destinado en Afganistán, Líbano, Bosnia y Kosovo.

El segundo es Mario Hernández Mateo (Madrid, 1977, soltero), sargento de la misma brigada que el anterior. Estuvo en Kosovo, Afganistán y Bosnia. El tercero, también de El Goloso, es el cabo Miguel Ángel Díaz Ruiz (Salamanca, 1985, soltero), con experiencia en Líbano y Kosovo. El cuarto, el sargento primero Víctor Manuel Zamora Letelier (Chile, 1966, soltero, deja una hija), de Infantería de Marina de la Armada, destinado en San Fernando (Cádiz). Tenía nacionalidad española y experiencia en las misiones de Líbano y Bosnia.

El quinto fallecido es Javier Muñoz Gómez (San Fernando, 1974, casado, una hija), también de Infantería de Marina. Había estado en Bosnia, Líbano y Haití. Además, hubo tres infantes de marina heridos, dos graves y uno leve, a los que el Summa 112 trasladó al hospital Gómez Ulla y al Puerta de Hierro.

La Policía Judicial de la Guardia Civil realiza la investigación del caso, dirigida por un juez militar. Ayer acudieron al lugar de la tragedia la delegada del Gobierno en Madrid, Amparo Valcarce, el general de El Goloso y el coronel jefe de la Guardia Civil en Madrid, entre otros.

La cúpula militar y la ministra se trasladaron a Hoyo para conocer los detalles del suceso. Responsables de desactivación de explosivos de la Guardia Civil y del Laboratorio Criminalístico investigan este accidente calificado como «muy extraño», por lo raro que resulta que una carga explote antes de activar el control remoto. Los cadáveres fueron llevados al tanatorio de Colmenar Viejo, donde se realizarán las autopsias.

El peor accidente en ocho años

>La muerte ayer de cinco militares en la Academia de Hoyo de Manzanares es el accidente más grave ocurrido en unas maniobras militares en los últimos años.

>El 31 de marzo de 2003 tuvo lugar el peor hasta la fecha: cinco militares del Ejército de Tierra murieron al estrellarse en Villanueva de los Infantes (Valladolid) el helicóptero con el que participaban en unas maniobras.

>El 29 de enero de 2007 murieron dos militares y otros dos resultaron heridos graves al estrellarse un helicóptero 'Cougar' de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra entre Los Arcos y Sesma (Navarra), cuando realizaban un vuelo de adiestramiento en patrulla.

>El 29 de enero de 2008, un suboficial de la Armada de 29 años falleció y dos cabos primeros sufrieron heridas en un adiestramiento programado por el Centro de Buceo de la Armada, a bordo del buque 'Neptuno', en aguas próximas a Cartagena.

>El 23 de noviembre de 2010 murió un cabo paracaidista de 25 años por las heridas sufridas el día antes cuando realizaba un salto a alta cota en apertura manual en Virgen del Camino (León). Se precipitó al suelo a gran velocidad.

ANÁLISIS
CARLOS TORO / Madrid

IED, las letras malditas

Las letras malditas son IED, y saben de ellas todas las Fuerzas Armadas del mundo. Corresponden a las siglas en inglés, internacionalmente aceptadas, de Improvised Explosive Device. Es decir: Artefacto Explosivo Improvisado. En España también se conocen, en su traducción más o menos utilizada, como AEI.

Sea como fuere, se trata de objetos mortíferos de fabricación básicamente artesanal, casera, pero no desprovistos para su confección de una cierta habilidad, hija a menudo de la práctica, de las manos asesinas.

En su casi infinita e imaginativa variedad de tamaños, cargas y potencias, no existe otra amenaza mayor ni más frecuente para las tropas de cualquier nacionalidad destacadas en Afganistán y en otros escenarios en los que se combate in situ al terrorismo y sus derivados. Los IED, disimulados entre la vegetación, mimetizados entre los escombros, confundidos con la basura o camuflados bajo la tierra en las carreteras, los caminos, las cunetas, las calles, etcétera, son los causantes del 60% de las bajas de la OTAN en territorio afgano, un teatro de operaciones en el que se libra lo que hoy se llama guerraasimétrica, para distinguirla de la tradicional que enfrentaba a dos ejércitos.

Los IED, en su capacidad destructora, condicionan el tipo de vehículo y su blindaje a la hora de diseñarlos y dotar de ellos a los soldados para su mayor protección (entre ellos los RG-31 españoles, aunque de fabricación sudafricana que, en número de 63, operan desde octubre de 2009 en Afganistán). Los IED, una pesadilla para los combatientes, constituyen el arma más peligrosa de los llamados insurgentes e inspiraron e hicieron necesaria la creación del Centro de Hoyo de Manzanares.

Su nombre completo es Centro de Excelencia de la OTAN Contra Artefactos Explosivos Improvisados y Centro Internacional de Desminado. Funciona desde el 26 de septiembre de 2010 y proviene, en su concepción, de la cumbre de la OTAN en 2004. La ministra de Defensa, Carme Chacón, se lo ofreció a los ministros de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte reunidos, en febrero de 2010, en Estambul. El encuentro estaba organizado para activar las primeras medidas del enfoque estratégico del general Stanley McChrystal y aceptado en la conferencia de Londres unas semanas antes.

Chacón aprovechaba las instalaciones de la Academia de Ingenieros y hacía efectiva una resolución de la Secretaría General Técnica del Ministerio de Defensa, del 26 de octubre de 2009, que ponía en marcha un acuerdo del Consejo de Ministros sobre la creación de un centro contra IED y su ofrecimiento a la OTAN, con la consideración de «Centro de Excelencia».

Reconocido y certificado por ésta, en él se experimenta y trabaja en las mejoras de los sistemas de detección de IED y, en general, de todo tipo de minas. También se diseñan o perfeccionan herramientas, equipos, sensores y vehículos robotizados, dirigidos por control remoto para neutralizar los artefactos. Se llevan a cabo, en cursos de una a cuatro semanas, según el grado de complejidad y riesgo del adiestramiento, labores de formación y entrenamiento de los componentes de las Fuerzas Internacionales.

Aparte de esas actividades puramente técnicas y de una profesionalidad estrictamente militar, el Centro desarrolla funciones de inteligencia encaminadas a la detección de las redes de financiación, proveedores, distribuidores, etcétera, que hacen posible la compra y reparto de los materiales necesarios para fabricar los artefactos. Algunos de sus ingredientes químicos no se encuentran con facilidad en cualquier parte. El odioso comercio de la muerte, incluso el más aparentemente simple, circula por tortuosos caminos.

1 comentario:

  1. Bueno, pues ya está inauguradoi el centro por excelencia de IED. Supongo que sabremos lo que falló, o la negligencia ocurrida, porque está claro que algo accionó el disparador.
    Que en paz descansen, y que los heridos se recuperen bien y pronto.

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