domingo, 27 de febrero de 2011

Un ‘falso médico’ trabaja como doctor en la Comisaría de la Policía Nacional de León




08:25 (27-02-2011) | La Gaceta

La Policía contrató para su servicio a uno de los médicos claramente irregulares. Está destinado en León y carece de la titulación necesaria para ejercer la profesión. Es uno de los investigados por agentes de Extranjería y de la Policía Judicial por presunto delito de intrusismo.

José Luis Cervero.Madrid

El peruano Óscar Eduardo Vargas Berrocal, uno de los médicos investigados por supuesto delito de intrusismo profesional por los agentes de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, de las Brigadas Provinciales de Documentación de Madrid y Murcia y de la Policía Judicial de la comisaría del distrito madrileño de Tetuán, trabaja de forma irregular como médico de familia en la comisaría de Policía de León.

Vargas fue contratado por la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil pese a no reunir las condiciones exigidas por la ley ni estar en posesión de la titulación reglamentaria, según ha podido conocer LA GACETA de fuentes de la investigación.

Empleados judiciales consultados por este periódico mostraron su extrañeza por el hecho de que, mientras unos policías investigan por presuntos delitos a unos médicos extranjeros que trabajan y se encuentran irregularmente en España ejerciendo la profesión, sus propios mandos los contraten, vulnerando todas las normas legales establecidas al respecto.

Sin colegiación

Para ejercer en nuestro país como médico de familia es necesario ser previamente Médico Interno Residente y haber superado las pruebas de acceso al MIR. Este doctor peruano, que lleva algún tiempo trabajando para la Policía, se examinó el pasado 29 de enero para conseguir una plaza de MIR, lo que significa que la Dirección General de la Policía lo contrató conociendo que no tiene la titulación suficiente para ejercer como tal.

Según ha podido contrastar LA GACETA, Vargas Berrocal no está inscrito en ningún Colegio Médico de España. Lo estuvo en el de Málaga hasta agosto de 2010. Y después, nada. En febrero de 2009 denunció ante el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla el robo del sello médico que usaba con el número de colegiado 18718768789, correspondiente al Colegio de Médicos de Málaga.

Este galeno ha sido uno de los beneficiados por la política de Sanidad en lo concerniente a los médicos extranjeros, ya que fue calificado administrativamente en las listas de exámenes con el número 2, lo que significa en la práctica el estar en posesión de la residencia permanente en España.

Los investigadores policiales han repetido insistentemente al Ministerio y al Juzgado de Murcia que Vargas posee únicamente un permiso temporal de residencia. Las bondades de Sanidad han permitido a este doctor presentarse a los exámenes del MIR como si fuera ciudadano comunitario (con los mismos derechos que los españoles) en vez de hacerlo incluido en limitado cupo pensado para ciudadanos extranjeros.

En las listas provisiones publicadas por Sanidad en relación con el resultado de las pruebas de acceso al MIR en la última convocatoria del pasado enero, figura que el doctor Vargas Berrocal ha obtenido el número 9122 de orden, por lo que posiblemente no conseguirá plaza de médico interno residente. El resultado de su examen no deja lugar a dudas: de las 225 preguntas que le fueron formuladas, dejó 112 en blanco, contestó acertadamente a 65 de ellas y falló en 48.

La Sanidad Pública española está repleta de casos de médicos o presuntos médicos que actúan en hospitales, ambulatorios y clínicas privadas sin haber acreditado estar en posesión del título exigido o haber superado los exámenes de acceso al MIR. Como ya informó LA GACETA, otro peruano, el presunto doctor Andrés Avelino Palomino Barrios, El Chino, estuvo trabajando como pediatra en un hospital de Córdoba hasta que fue detenido por la Guardia Civil en abril de 2009 por los supuestos delitos de intrusismo profesional y falsedad documental.
Fue entonces, al aparecer su nombre en los medios de comunicación, cuando comenzaron a conocerse algunos de los escarceos que tuvo durante su vida con los agentes del orden.

En Francia, en 1997, fue detenido como supuesto autor de la muerte de dos mujeres que aparecieron asesinadas cerca de su domicilio, aunque luego sería puesto en libertad sin cargos por falta de pruebas. Trabajaba en un hospital de Perpiñán cuando ocurrieron estos sucesos.

Lo que ha pasado desapercibido hasta ahora es su primera detención conocida en España: en 2007 fue acusado de maltrato en el ámbito familiar. Lo acusó una sobrina suya a la que él mismo invitó y mandó una carta para que viniera a España desde Perú.

En la actualidad, y mientras espera el resultado de su examen de acceso al MIR para tratar de incorporarse de nuevo a la Sanidad Pública, Andrés Avelino Palomino regenta un bar de sombrío aspecto en el Barrio de la Luz de Valencia.

Allí lo sorprendió LA GACETA mientras despachaba cañas de cerveza. Según ha contrastado este periódico, en su examen para el MIR sacó el puesto 11.502. De las 225 preguntas que tenía la prueba, dejó en blanco 127, acertó 27 y falló 71.

Otro caso curioso dentro de este supuesto gremio médico es el del uruguayo Yamandú Ferreiro Gerardi, de 82 años de edad, que durante años ha actuado como médico pediatra en un clínica establecida en su domicilio de la localidad madrileña de Talamanca de Jarama, y que el 29 de enero se presentó al examen del MIR, aunque sus vecinos confirmaron a este diario que Ferreiro lleva bastantes años jubilado.

El que se presente ahora a estos exámenes indica que ha estado ejerciendo de médico sin tener la especialidad de médico de familia (obligatorio el MIR en España desde 1978), exigible para conseguir la de pediatra.

Según ha podido comprobar LA GACETA, este particular galeno, pese a anunciarse en el buzón de su casa como pediatra, tenía establecida la consulta a altas horas de la madrugada: los días de diario y sábados, domingos y festivos de 11 de la noche a 3 de la mañana. Algo tarde para auscultar a un niño que no necesite un servicio especial de urgencia.

No parece tampoco que vaya a conseguir esa ansiada plaza en la Sanidad Pública, porque en los exámenes de MIR a los que se presentó, y que se celebraron en el Aulario II de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos, en la clasificación general de aspirantes obtuvo el puesto número 10.534. Sometido a las mismas preguntas que Andrés Avelino, falló 138 respuestas, acertó 75 y dejó sin contestar y en blanco otras 12 respuestas.

Sospechas

Otra cosa que ha llamado poderosamente la atención a los investigadores policiales es que en Internet aparece otra persona con el mismo nombre y apellidos que el galeno de Talamanca del Jarama que en 2007 se presentó a las elecciones universitarias de la Universidad de Uruguay, departamento de Montevideo. Y es que la Policía sospecha que algunos de los que presentaron la documentación en Sanidad para inscribirse en las pruebas para acceder al MIR no son los mismos que los que luego asistieron al examen.

La única diferencia que existe entre el Yamandú que se presentó a las elecciones universitarias de la Universidad de Montevideo y el Yamandú de Talamanca es que el primero utilizó para acreditarse una cédula de identificación uruguaya y el segundo se valió de su NIE como residente temporal en España, sin que ningún nuevo mérito fuera añadido a su expediente académico.

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