miércoles, 2 de febrero de 2011


LEONOR MAYOR / Barcelona/ El Mundo

El 'Govern' sólo podrá pagar la nómina hasta marzo si no vuelve a endeudarse

«No hace falta que los funcionarios se preocupen», matiza el portavoz de la Generalitat

Zapatero embustero

¿Cobrarán los funcionarios de la Generalitat este mes? Los empleados públicos catalanes no pudieron evitar ayer hacerse esta pregunta, después de que el jefe del grupo parlamentario de CiU, Oriol Pujol, asegurase a primera hora que la Administración catalana «prácticamente no puede pagar la nómina».

La preocupación por la situación de las finanzas de la Generalitat se fue extendiendo a lo largo de la jornada, sobre todo, tras la comparecencia ante la prensa del portavoz del Govern, Quico Homs, tras la reunión semanal del Consejo Ejecutivo. Quizá para no desmentir a Pujol, Homs rehusó en un primer momento afirmar que sí hay en las arcas públicas dinero suficiente para pagar los sueldos y salarios.

Zapatero embustero

Homs habló de que la situación es «delicada» y «dramática», pero aseguró que el Govern «no quiere crear alarmismo». Ante la insistencia de los periodistas sobre el asunto, el portavoz pidió a la opinión pública que «no le busque tres pies al gato» y, al final, acabó por concretar que «no hace falta que los funcionarios se preocupen».
¿Hay o no hay dinero para la nómina? Fuentes del Departamento de Economía, que dirige Andreu Mas-Colell, explicaron anoche a este diario que el Govern «tiene liquidez para pagar los salarios de dos meses». O sea, que las nóminas estas aseguradas hasta marzo.

Las mismas fuentes afirmaron que la situación, aunque «delicada», no es preocupante, puesto que es la liquidez «normal» con la que suelen contar las administraciones pequeñas, como la de la Generalitat.

Además, Mas-Colell está convencido de que, gracias al plan de austeridad que la Generalitat presentó el lunes al Gobierno central, Cataluña podrá volver a endeudarse en breve y a disponer de los recursos suficientes para hacer frente a los pagos ordinarios.

Hace unas semanas, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, anunció que la Generalitat no podía volver a pedir crédito porque había superado en exceso el límite de déficit establecido por el Gobierno. Ese tope era del 2,4% del Producto Interior Bruto (PIB) para 2010. El déficit de la Administración catalana se elevó al 3,6% del PIB en ese ejercicio.

Ahora, con su plan de austeridad -que el próximo lunes el presidente catalán, Artur Mas, y el del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, debatirán cara a cara en una reunión en Madrid-, la Generalitat pretende reconducir la situación y conseguir la autorización estatal para volver a emitir deuda con comodidad, es decir, a medio y largo plazo.

La Consejería de Economía considera que sí está autorizada para endeudarse a corto plazo, ya que la mera presentación del plan de austeridad le otorga esa prerrogativa, de acuerdo con las directrices establecidas por el Consejo General de Política Fiscal y Financiera.

Aún así, Mas-Colell preferiría tener la autorización para emitir deuda a largo plazo e, incluso, para poder poner en marcha una nueva emisión de los llamados bonos patrióticos. No obstante, el visto bueno del Gobierno al endeudamiento no es lo único que Mas irá a buscar en la reunión con Zapatero.

El president quiere salir de Moncloa con mucho más que con promesas firmes. El principal reto de Mas es lograr que Zapatero le dé los 16.000 millones que Cataluña reclama al Estado. La polémica de las nóminas permitirá a Mas acudir al encuentro con cierta ventaja, al esgrimir la precaria situación de las finanzas catalanas.

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