07:40 (17-01-2011) | La Gaceta
La banda apostaba por una “lucha armada efectiva” tras el ‘proceso’. Innovó sus métodos para conseguir más asesinatos. Lograr víctimas era básico para forzar otra vez la negociación. Los etarras asesinaron a dos agentes en Mallorca en verano de 2009.
Alberto Lardiés. Madrid
A finales de 2008, ETA diseñó una estrategia político-militar con la que forzar al Gobierno a una nueva negociación política. Antes de declarar la tregua actual, los etarras han tratado de erosionar al Estado a base de atentados que han costado una decena de víctimas. Han hecho lo que previamente escribieron. En el documento Línea de actuación de cara al futuro: caracterización de la fase política, los terroristas abogaban por “clavar el hacha al enemigo en los talones de barro”.
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón incluyó una parte del citado documento en los autos de prisión (16-10-2009) y procesamiento (25-1-2010) que dictó contra Arnaldo Otegui, Rafael Díez Usabiaga y otros batasunos por urdir Bateragune (Todos juntos), el comité de dirección de ETA-Batasuna que crearon por órdenes de la banda asesina. LA GACETA ha tenido acceso al documento íntegro, que consta de 16 páginas.
Como ya ha informado este diario, los etarras consideran en el documento que sus treguas “se agotan”, deben “encaminarse a provocar contradicciones en el enemigo” y tienen como finalidad última “alcanzar puntos de inflexión y saltos políticos dentro del proceso de liberación”.
Pero hay un trabajo previo a las treguas: los atentados. Y los etarras planificaron cómo golpear a la democracia. En el documento citado se incluye un punto titulado “Llevar a efecto una lucha armada efectiva”. Y en él, los verdugos aseguran que “llevar una lucha armada efectiva será una cuestión de vida o muerte” para lo que ellos llaman “la Organización”.
La apuesta de los terroristas a finales de 2008 fue innovar en sus métodos, tras reconocer mediante eufemismos la eficacia de la lucha antiterrorista. “Llevamos tanto tiempo haciendo la misma cosa, en el mismo lugar y del mismo modo, hasta el punto que el enemigo ha condicionado totalmente nuestra actividad, o ha convertido en imposible la huida tras la acción, cuando no ha llegado a proteger totalmente al objetivo”.
Por ello, los terroristas proponen “un único camino para salir de la crisis operativo militar”. Esa senda de sangre y muerte comprendía “salir de las trincheras en las que nos hemos guarecido durante estos últimos años” y “estudiar los nuevos espacios que existen para desplegar la línea armada de un modo efectivo”.
Vulnerabilidad
Todo ello para buscar “los puntos en que el enemigo es más vulnerable”. “Ahí debemos librar e invertir las fuerzas; de cara a ello debemos colocar nuestros recursos, comandos y fuentes de información: debemos clavar el hacha al enemigo en los talones de barro, no en los pechos forrados de armadura”.
Es decir, la banda criminal decidió tras la fallida negociación que era hora de cometer atentados que hicieran más daño al Estado de derecho.
La eficacia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ha arrinconado a ETA. Por ello los etarras acaban de declarar un “alto el fuego permanente, general y verificable”. Las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por LA GACETA aseguran que los etarras buscan conseguir un triple objetivo: contentar a quienes le han pedido que frene los atentados, permitir el aterrizaje electoral de su brazo político y reorganizarse operativamente de cara al futuro.
Este último objetivo demuestra una vocación de permanencia de la banda asesina que choca frontalmente con las aparentes intenciones de la banda criminal y con los discursos posibilistas de Batasuna, el Gobierno y sus medios afines. Sólo los terroristas conocen sus verdaderas intenciones, pero los antecedentes y sus propios documentos apuntan a que se trata de otra tregua-trampa.
Otro documento que dice lo que ya sabemos todos.
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