07:07 (12-01-2011) | La Gaceta
Los más radicales de la organización impidieron ese paso en el anuncio del lunes. El Ejecutivo había transmitido a Batasuna la necesidad del abandono definitivo. Otegui y Ternera intentan imponerse a los pistoleros.
Ignacio González Galány Miguel Gil. Madrid
El Gobierno no puede esconder, por mucho que José Luis Rodríguez Zapatero lo negase en público en un plató de televisión en la noche del pasado lunes, su frustración ante el contenido del comunicado que la banda terrorista ETA hizo público en Gara anunciado solo un alto fuego “permanente, general y verificable”.
El Ejecutivo, que había peleado duro durante el mes de diciembre para que el comunicado incluyese la entrega de las armas o el cese definitivo y unilateral de la actividad terrorista, ha tenido que conformarse con este anuncio afeitado por el sector más duro de la organización terrorista.
Según han apuntado a LA GACETA fuentes gubernamentales, “los duros han ganado el pulso y ahora toca esperar”. En este sentido, esas mismas fuentes no desesperan porque dan por hecho otro texto en el que banda terrorista dé el paso definitivo que el Gobierno y todas las fuerzas políticas le reclaman.
Nuevo texto
El vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba; el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, y el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, vigilan de cerca el debate interno que está habiendo tanto en ETA como en la ilegalizada Batasuna. Fuentes del Ejecutivo daban por seguro hace poco más de un mes que el anuncio de la banda terrorista sería histórico. Sin embargo, el retraso en su publicación –que se esperaba desde primeros de diciembre– encendió todas las alarmas en Moncloa, porque la gente más afín al abandono definitivo de la violencia, como Arnaldo Otegui o el sanguinario Josu Ternera, no lograba imponerse al sector más joven de la banda. De hecho, y según fuentes de la lucha antiterrorista, tras el robo de vehículos y material informático y la incautación de documentación a ETA en territorio francés no hay dudas de que el sector más duro de la organización trabaja activamente para reventar la tregua cuando consideren, como ya ocurrió el 30 de diciembre de 2006 en el anterior proceso con el atentado en la T-4 de Barajas.
Es por ello, como ayer se demostró con la operación policial de Ciboure, en Francia, que las fuerzas de seguridad esta vez si están decididas a mantener la política de acoso de los terroristas. De hecho, el Ejecutivo, aunque mantiene vías de contacto con el brazo político de la banda terrorista, no abrirá ningún tipo de negociación oficial con ETA, como en 2006, hasta que no llegue un nuevo pronunciamiento más firme. Fuentes gubernamentales no se atreven a calcular para cuándo se emitirá ese nuevo anuncio, toda vez que la organización terrorista no parece dispuesta a facilitarle a Batasuna su aterrizaje, como tal y a cara descubierta, en las próximas elecciones municipales del 22 de mayo en el País Vasco.
La cita de mayo
El Gobierno, que ya ha transmitido a Batasuna que con el comunicado del pasado lunes resulta imposible que vayan a las urnas y que le ha dado al Partido Popular garantías de que así será, sí es partidario, en cambio, de que el brazo político de ETA pueda colarse con candidatos independientes y limpios en el alguna otras listas electorales ya existentes, tal y como adelantó en su día LA GACETA.
El Ejecutivo, según fuentes de la lucha antiterrorista, echaría una mano así a Otegui y Ternera, los verdaderos encargados de convencer al sector más duro de ETA de que dé el paso definitivo hacia el abandono de las arma. Estos, según esas mismas fuentes, estuvieron a punto de lograrlo durante el pasado otoño.
Los portavoces de Batasuna tienen que demostrar a los pistoleros que se puede pedir la autodeterminación del Pueblo Vasco sin pegar tiros”, ha asegurado a este periódico un importante miembro del Ejecutivo que ha trabajado en los últimos meses en asuntos muy relacionados con este alto el fuego de ETA. De ahí que el Gobierno mantenga una línea más dura frente a la banda armada pero de cierta compresión hacia su ilegalizado brazo político.
Entre tanto, unidad
Hasta que todo eso llegue y ETA se atreva a dar el paso definitivo hacia su disolución, lo que el Gobierno tiene bien claro es que hay que preservar la unidad de todos los partidos democráticos. De momento, escuchando la respuesta del PP y del Partido Nacionalista Vasco (PNV), parece que lo han conseguido tras la primera reacción al comunicado del lunes.
El propio presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ha sido quien más ha insistido ante Zapatero en la necesidad de mantener la unidad de acción con Mariano Rajoy porque, según apuntaron a este periódico fuentes nacionalistas, “de esta o salimos juntos o fracasamos para siempre”. Urkullu, según esas mismas fuentes, le ha hecho ver al presidente del Gobierno en más de una conversación privada que no debe tener prisas en acelerar el final de ETA y que, en cualquier caso, es un proceso de años que debe implicar a Gobiernos de distinto signo.
Según fuentes socialistas y populares consultadas por LA GACETA, el diálogo entre el Gobierno y la oposición en materia antiterrorista es más fluido de lo que aparenta. Son numerosas las llamadas telefónicas entre el Ejecutivo y la sede popular de Génova 13 y han sido varias las conversaciones privadas que sobre este asunto han tenido el propio Rajoy y Zapatero aunque ambos acordaron no hacerlas públicas. Ahora todos parecen decididos a esperar porque tienen bastante claro que el del pasado lunes no fue el último comunicado de ETA.
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