LEONOR MAYOR / Barcelona/ El Mundo
Mas no concretó de quién proceden esas «amenazas» contra Cataluña, pero sí se refirió a la «incomprensión» y a la «hostilidad» contra la «identidad cultural y lingüística» catalana. «Cualquier aspiración de mayor autogobierno se presenta como un privilegio, cualquier demanda de un trato fiscal más justo es rápidamente tildada de poco solidaria», concretó Mas, insinuando así que es Madrid quien amenaza a Cataluña.
Y de hecho, es el asunto de la fiscalidad lo que preocupa al presidente de la Generalitat, que ayer se dirigió por primera vez a los catalanes desde TV3 con motivo del Fin de Año. Con estas palabras, Mas empieza a preparar, tanto a Cataluña como al resto de España, para una de las principales batallas que librará en esta legislatura: la de reclamar el concierto económico.
La idea del president es que Cataluña se pueda financiar de una forma similar a la del País Vasco o Navarra. Es decir que la Hacienda autonómica recaude todos los tributos que se devenguen en esta comunidad y dé después una parte al Estado para contribuir a los gastos comunes. El Parlament ya intentó introducir este modelo en el Estatut que redactó en septiembre de 2004, pero el Congreso lo rechazó posteriormente.
Con este precedente, Mas sabe que lo tiene muy complicado para ver culminado su objetivo. El presidente de la Generalitat espera que el partido que gane en las generales de marzo de 2012, sea el PP o sea el PSOE, necesite del apoyo de CiU para gobernar y así poder iniciar la negociación de este concierto económico. No obstante, el dirigente catalán es consciente de que una mayoría absoluta de Mariano Rajoy, que auguran algunas encuestas, daría al traste con sus planes. Aunque Mas hizo ayer mucho énfasis en la reivindicación identitaria, el recién elegido presidente -tomó posesión del cargo el pasado lunes- insistió en que las prioridades de su nuevo Ejecutivo son «la recuperación económica y la creación de empleo».
Así, hizo un llamamiento a toda la población para que se involucre en la «tarea colectiva» de «levantar económicamente» Cataluña y de «crear las condiciones para que haya un empleo digno para todo el que quiera trabajar». No es la primera vez en estos días que el presidente habla de su intención de buscar la salida a la crisis más allá de las fronteras de la política. Durante su discurso de investidura en el Parlamento anunció que ha pedido al presidente del Círculo de Economía, Salvador Alemany, y a otros miembros de la sociedad civil catalana que creen diversos consejos asesores formados por expertos para buscar ideas y mecanismos que permitan a Cataluña salir de una recesión que ya se ha cobrado cerca de 600.000 parados en esta comunidad.
Este, otro que tal baila. Ni todos los catalanes quieren la independencia, ni dejar de ser españoles, osea que es cosa de otro lunático como muchos que existen en este país. Las ideas de uno, las utilizan para manejar y manipular a los demás, y como son tan progres, pues no ven más allá de su frente.
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