JUAN DE ÁVALOS DENUNCIA EL DESMANTELAMIENTO PROGRESIVO DEL VALLE
Vista actual de la fachada principal del Valle de los Caídos, en obras (EFE).
@Daniel Forcada / Carlos Camino.- 20/11/2010 (06:00h) /El Confidencial
La Ley de la Memoria Histórica marcó entre sus objetivos la despolitización del Valle de los Caídos. Difícil reto para un monumento convertido en santuario franquista y en oprobioso mausoleo para los herederos de los perdedores de la Guerra Civil. Esta semana, una asociación ha pedido su voladura mientras que Patrimonio Nacional ha dejado el recinto cerrado sine die a turistas y fieles. Treinta y cinco años después de la muerte de Franco, el Valle sigue en el centro de la polémica, y mañana, por tercera semana consecutiva, los benedictinos que la regentan celebrarán la misa dominical al aire libre y ante miles de creyentes molestos con lo que consideran un “desmantelamiento progresivo” del lugar.
Patrimonio Nacional, el organismo dependiente del Gobierno que gestiona el recinto religioso, parece sentir cierta vergüenza de un monumento al que ha sometido, en los últimos meses, a un calvario de cierres y restricciones que han terminado por ahogar la poca vida que le quedaba al lugar. El Valle de los Caídos, tumba y sepultura de José Antonio Primo de Rivera, de Francisco Franco y de otros 33.832 combatientes de ambos bandos, se ha convertido en la patata caliente de un Gobierno empeñado en cerrarlo. La cripta, de 262 metros de largo excavados bajo las rocas, acumula problemas encadenados que comenzaron hace poco más de un año, con las obras de reparación de la cúpula, afectada por el atentado de los GRAPO de 1999.
Al primer cierre temporal siguieron acusaciones de “exaltación al franquismo” por haber vuelto a sacar a la luz las banderas preconstitucionales que lucen desde siempre en una pequeña parte de la cúpula. Patrimonio adujo después la necesidad de cerrar la basílica para llevar a cabo una reforma más ambiciosa que exigía, según el organismo, desmantelar la grandiosa obra de La Piedad, obra del escultor Juan de Ávalos.
Dañada por el paso de los años y por las duras condiciones meteorológicas de la sierra del Guadarrama, lo que podría haber sido una reparación in situ llegó a convertirse, por momentos, en un plan para desmontar la enorme escultura, lo que hubiera supuesto su certificado de defunción. Hasta siete informes elaborados por especialistas contradecían los criterios de Patrimonio, que finalmente actuó sobre la obra, levantó parte de sus piezas y la dejó abierta y a la intemperie. “Las reformas son pretextos para cerrar la basílica”, afirma, convencido, Juan de Ávalos, hijo del escultor y protector del legado artístico de su padre. “Las esculturas se pueden rehabilitar in situ. Reto a que en un foro abierto se discuta cómo hacer la restauración”.
"Volarlo por los aires"
El Foro de la Memoria de la Comunidad de Madrid y el Foro Social de la Sierra de Guadarrama han convocado para este sábado una concentración en la que pedirán, directamente, la voladura de la cruz que corona todo el complejo, considerada, por sus 150 metros de altura, la más grade del mundo. Una destrucción por la vía de la fuerza de un símbolo en el que, si no se actúa de forma urgente, será la propia desidia la que termine por hacer realidad el sueño de los más radicales. “Se han dejado heridas de muerte a las estatuas y se pueden romper con el hielo en cualquier momento”, explica De Ávalos. “En una casa con humedades y goteras, o se toman medidas o se destruye. En este caso, se podría hacer la rehabilitación sin cerrar la basílica y sin que supusiera un peligro para la gente que pasa por allí”.
La Delegación del Gobierno de la Comunidad de Madrid ordenó el cierre a los turistas de todo el recinto el pasado 3 de noviembre sin haberlo comunicado previamente a la comunidad benedictina que habita en el interior. La supuesta peligrosidad de la entrada y el riesgo a nuevos desprendimientos han vuelto a servir de pretexto para una medida que levantado ampollas entre los defensores del recinto. Ni siquiera se ha respetado el horario de la misa diaria, el único reducto que hasta ahora quedaba para los files que querían visitar la cripta.
De Ávalos, por su parte, condena las declaraciones sobre la voladura, mientras que defiende el papel reconciliador del Valle: "Mi padre siempre luchó para que se eliminarán relieves de batallas de la Guerra Civil y se pusieran estatuas religiosas. Su deseo era que bajo el amparo de la cruz, los españoles nos reconciliásemos".
En contra de cualquier injerencia
El abad del Valle, Anselmo Álvarez, y el propio Arzobispado de Madrid defienden la libertad de culto de la institución y solo se conformarán con una apertura plena de la basílica. “La comunidad benedictina no aceptaría restricción, limitación ni prohibición alguna a la libre organización de culto en la Basílica de la Santa Cruz ni en el recinto del Valle de los Caídos”, explicaba esta semana el abad. “Nos debemos al pueblo de Dios y cualquier injerencia de la autoridad civil se encontrará de plano con nuestra firme oposición”.
La Iglesia confía en que la situación se reconduzca antes de la próxima Navidad y esperan que la presión de los fieles obligue a dar marcha atrás a los planes del Gobierno. El Arzobispado recuerda, en todo caso, que la Orden Benedictina tiene encomendada "la libre organización" del culto en la Basílica "sin injerencia de la autoridad civil", que sólo puede intervenir "cuando así lo requiera el orden público".
Juan de Ávalos reclama que el Valle permanezca como una basílica: "Si quieren hacer un museo, depende de qué memoria. No solo para la de los muertos de un lado. La memoria es de todos".
Esto es, como cuando los nazis entraban en las ciudades y bombardeaban todo, pues eso es lo que es. En vez de pasar página, no, hay que remover la mierda más, y ya se sabe, cuanto más se mueve más huele.
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