viernes, 26 de noviembre de 2010

Los Tedax, en alerta permanente



Protocolo de actuación

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Torremolinos tuvieron la oportunidad de ver como actúan los Tedax

Laopinióndemálaga.es

CARMEN ROMERA. TORREMOLINOS. Se juegan la vida cada vez que tienen que actuar. Son segundos, además de suerte, lo que les separa de la muerte. Son los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax), que actúan en la neutralización, desactivación e intervención de artefactos explosivos. No pueden dudar ni fallar, porque son ellos los que están en juego. Para ello, reciben horas y horas de preparación, formación y adiestramiento.
Ayer, este aprendizaje le tocó al Cuerpo Nacional de Policía de Torremolinos, cuyos miembros siguieron atentos una clase práctica organizada por el Comité Provincial de Málaga de la Unión Federal de Policía (UFP), donde les enseñaron el procedimiento a seguir.
En primer lugar, cuando un policía nacional encuentra un «paquete sospechoso», debe desalojar la zona. Según explicó uno de los profesores, en Málaga sólo puede dar esa orden el subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna, e insistió mucho en «lo que es y no es sospechoso. Una maleta abandonada en un aeropuerto no es sospechosa, un paquete en mitad de la calle sí», explicó.
El siguiente paso a seguir es avisar a los guías caninos, perros adiestrados para detectar explosivos. Estos animales se encargan de rastrear la zona, olfatear el paquete y, en caso de que sea una bomba, sentarse junto a él, dando así a su adiestrador la señal. «Cuando los perros guías trabajan todo el mundo aplaude y nosotros nos ponemos blancos», decía, con humor, uno de los técnicos especialistas que dirigía la clase.
Una vez confirmado que son explosivos, es el turno del robot de desactivación. Este sofisticado aparato está equipado con cuatro cámaras para que se pueda controlar por control remoto y por cable a través de un especialista, situado a una distancia de seguridad suficiente para preservarse en caso de una posible explosión.
Su misión es romper el paquete para dejar la bomba al descubierto y facilitar la intervención de los Tedax. «En muchos casos no se puede utilizar, porque el robot no puede subir escaleras», aseguraba el profesor. Aquí, cualquier movimiento es crucial, ya que podría hacer explotar la bomba. «En algunas ocasiones ha ocurrido y estos robot no están hechos a prueba de bombas», añadió.
Y llega el turno de los Tedax. Con trajes especiales de hasta 60 kilos de peso, protegidos de pies a cabeza, con nervios de acero y una misión clara, se acercan de forma sigilosa a la bomba y se enfrentan a un entramado de cables. «Lo de cable rojo y azul es un tópico, porque muchas veces nos hemos encontrado con todos de color blanco y no sabes cual cortar», aseguraba el especialista. Cuando todo acaba, vuelve a entrar oxígeno en sus pulmones y lo que ocurre después «ya es secreto profesional»

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