domingo, 14 de noviembre de 2010

‘GonzáleX’ y los encuentros con la mafia




08:57 (14-11-2010)

En 1984, un soldado de fortuna francés ofreció acabar con la cúpula de la banda a cambio de dinero y del perdón, pero el Gobierno declinó la ofertal Tras 27 muertos, el Ministerio del Interior decidió finiquitar los GAL en 1986, porque había iniciado el proceso de negociación con ETA en Argel. La idea de los GAL se decidió en una finca de Guadarrama. El Gobierno negoció con las mafias siciliana y marsellesa.

Hacía tiempo que no daba señales de vida. Le había perdido la pista hasta que el pasado lunes me llamó por teléfono. ¿El motivo? Lo intuí desde el primer momento: las explosivas declaraciones de Felipe González a El País sobre la guerra sucia en las que, implícitamente, asume que conocía los planes secretos para hacer “volar” a la cúpula de ETA. La Z de GonzáleZ cada vez se parece más a la X garzoniana.

-Cerdán. ¿Sabes quién soy?

-¡Cómo no! Tu voz es inconfundible.

-Ya te puedes imaginar para lo que te llamo. Creo que González se refiere a la operación para acabar con la dirección de ETA que presentamos a su Gobierno François y yo. Ya te conté algo. ¿Lo recuerdas?

Por supuesto. En seguida me vino a la memoria. ¿Cómo iba a olvidar un plan de aquella magnitud? La oferta se consumó a mediados de 1984. Mi interlocutor y el mercenario François Bodenan –ya fallecido en 2008– mantuvieron una reunión en el hotel Miguel Ángel de Madrid con altos cargos de la cúpula del Ministerio del Interior. Al mercenario francés lo recogieron en la escalerilla de un avión que llegó a Madrid desde Ginebra porque pesaba sobre él una orden internacional de busca y captura. El tipo había secuestrado en 1967 en Mallorca el avión en el que viajaba al dirigente congoleño Moisés Tshombé. Después llevó la aeronave a Argelia y entregó al líder africano a las autoridades de aquel país. Fue encarcelado y falleció dos años después en una prisión argelina.

Bodenan era uno de los soldados de fortuna más cotizados del siglo XX. Nacido en Francia, había luchado en un sinfín de países de África con un ejército de mercenarios, que procedían en su mayoría de la Legión Extranjera francesa.

Sobre la mesa puso la oferta de acabar con la cúpula de ETA a cambio de dinero y del perdón. Interior valoró la oferta pero, finalmente, se echó atrás. González debería estar informado de las gestiones del ministro del Interior.

En aquel mismo año de 1984, el Gobierno socialista había intensificado las acciones parapoliciales de los GAL. Incluso llegó a negociar con la mafias siciliana y marsellesa. Uno de los documentos no desclasificados del Cesid –nota interna del jefe de la AOME al director N/61/25-4-84. Asunto: Mafia-Terrorismo– deja patente ese plan: “Las últimas detenciones de destacados miembros de la mafia han supuesto un duro golpe para la lucha antidroga. Desde una posición de fuerza en la que en este momento parece que se tiene, se podría pensar en un pacto con ese grupo, en el que ellos se comprometieran a prestar algún servicio en la lucha antiterrorista a cambio de alguna concesión en los tratamientos de mafiosos encarcelados”. Su contenido me suena a una propuesta similar a la de Bodenan. Pero en aquellas, Interior ya tenía en funcionamiento a todos sus comandos de la Policía y la Guardia Civil. Había echado mano a la estructura del Estado para organizar escuadrones de la muerte, como en las dictaduras del Cono Sur americano, para acabar con ETA.

En el anexo de la ya conocida como Acta Fundacional de los GAL –documento del Cesid que sí fue desclasificado por el Supremo– aparece un apartado con la leyenda “Eliminación de líderes” y con el siguiente texto: “Hacer desaparecer o/y eliminar simultáneamente a los principales responsables”.

Ésa fue la gran obsesión de González desde que se puso en marcha la idea de los GAL en las reuniones en la finca Las Campanillas, cerca de Guadarrama, entre las Navidades de 1982 y el verano de 1983. Otra semana daré los nombres de los dirigentes socialistas que asistían a esos encuentros.

La primera acción de los GAL fue en septiembre de 1983 con el secuestro de Lasa y Zabala. En total fueron 27 muertos. Recuerdo la cifra porque mis compañeros no se ponen de acuerdo: ni 20 ni 29. El último atentado oficial de los GAL fue en febrero de 1986. La muerte de García Goena, en julio de 1987, se podría decir que fue una acción extrauterina. El Ministerio del Interior decidió finiquitar a los GAL en 1986 porque ya había decidido iniciar la negociación con ETA en Argel.

1 comentario:

  1. Vaya con el de "sin acritud", nos a salido revoltoso el güebón y sin conciencia, o será al revés, que tiene conciencia...
    No nos merecemos un gobierno que nos mienta (palabras dichas por rubalcaba).

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