jueves, 18 de noviembre de 2010

Benslimane no está en la base de datos de Interior


ANA ROMERO / Madrid/El Mundo

El abogado de la familia Ben Barka pregunta a España por qué no le detuvo cuando visitó a Rubalcaba el martes
El misterioso caso de Mehdi Ben Barka, el líder opositor marroquí desaparecido desde que el 29 de octubre de 1965 fue secuestrado en París frente a la brasserie Lipp, pasa ahora por España. El abogado defensor de la familia de Ben Barka, el francés Maurice Buttin, expresó ayer su sorpresa a este periódico al comprobar que Hosni Benslimane estuvo el martes en España como parte del séquito del ministro del Interior, Taib Cherkaoui, y que las autoridades españolas no hicieron nada por detenerlo.

Benslimane, que está al frente de los gendarmes marroquíes, visitó hace dos días a Alfredo Pérez Rubalcaba en el Ministerio del Interior en Madrid para darle explicaciones sobre el asalto al campamento saharaui, ordenado y organizado por él mismo.

Sobre el general septuagenario pende una euroorden de busca y captura emitida contra él y otros tres marroquíes por el juez instructor francés Patrick Ramaël.

«España forma parte del espacio Schengen, y la euroorden tiene carácter ejecutivo desde el 14 de septiembre de 2009», señaló Buttin en conversación telefónica desde París, donde lleva 45 años peleando por este caso. «¿Por qué no fue detenido?».

La respuesta la dan fuentes oficiales del Ministerio del Interior: «Sabemos que existe una euroorden, pero su nombre no está incluido en las bases nacionales de personas reclamadas por la Justicia». Su caso, agregaron las mismas fuentes, «no es una cuestión de la Policía española».

La orden inicial de captura internacional, a la que ha tenido acceso este periódico, fue emitida por el juez Ramaël el 18 de octubre de 2007. Según el abogado defensor, se formuló después de que Marruecos ignorara las comisiones rogatorias enviadas por el juez desde el año 2003.

El caso de Ben Barka es el de un «muerto incómodo para Francia y Marruecos», afirma Buttin. Ese 29 de octubre de 1965, el socialista Ben Barka fue secuestrado cuando acudía a una cita-trampa en la brasserie Lipp organizada, según la acusación particular, por los servicios franceses y marroquíes. «Yo no tengo ningún interés en meter en la cárcel a Benslimane, lo único que quiero es que no se lleve a la tumba lo que sabe para que Rita Ben Barka [la viuda del líder opositor] pueda morir tranquila», explicó Buttin.

A día de hoy, se desconoce el paradero del cuerpo de Ben Barka. Según Buttin, la principal hipótesis es que fue llevado a Marruecos y allí fue asesinado para que Hasán II pudiera comprobar, viendo su cadáver, que efectivamente estaba muerto.

Cuando ocurrieron los hechos, hace 45 años, Benslimane era capitán y trabajaba como jefe de Gabinete del general Mohamed Oufkir, a quien se atribuye la orden directa de asesinar a Ben Barka. La ferocidad de los llamados años de plomo de Hasán II quedó reflejada siete años más tarde en el asesinato del propio general Oufkir, que participó en un fallido golpe de Estado contra el rey al que había servido desde los tiempos de su padre, Mohamed V.

Hasán II se sintió tan traicionado por el golpe de Oufkir que mandó encerrar a la familia del general (mujer y seis hijos) durante 20 años. El relato de esa tortura de dos décadas está recogido en el libro La prisionera, publicado en el año 2000 por Malika Oufkir, hija del general.

Desde el 1972, el año del golpe, Benslimane, la mano derecha de Oufkir, está al frente de la Gendarmería y reporta directamente al rey Mohamed VI, con el que está emparentado.

Según el abogado defensor de Ben Barka, la visita de Benslimane a Madrid el pasado martes es la primera que lleva a cabo a un país de la zona Schengen desde septiembre de 2009, cuando la euroorden cobró carácter ejecutivo.

La instrucción del juez Patrick Ramaël ha sido objeto de muchas críticas en Francia. Empezando por la manera que tuvo de anunciar la orden de busca y captura contra los cuatro marroquíes en el año 2007, justo cuando el presidente Nicolas Sarkozy aterrizaba en Marruecos en visita oficial.

Según Buttin, existe una «voluntad política» de tapar este caso, dado «lo embarazoso» que resulta desde el punto de vista diplomático para las autoridades francesas y, ahora, españolas. El abogado defensor recordó, sin embargo, que hace un mes el juez pudo tener acceso a 23 informes del espionaje francés relacionados con el caso Ben Barka anteriormente descritos como «secretos» y ahora desclasificados.

1 comentario:

  1. Esto ya es el colmo, y los chorizos que roban carteras en la carcel, vaya tela.

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