M. MARRACO/ P. DEL GALLO
Madrid / Oviedo
Así lo ha acordado la titular del Juzgado Penal número dos de Avilés, María Simonet Quelles, que rechaza la tesis del fiscal José Perals de que Toro y Zouhier, junto a los también acusados Lofti Sbai y Ricardo Gutiérrez Sepúlveda, traficaron con hachís en los meses previos a la masacre.
El origen de la causa se encuentra en las propias declaraciones de los acusados ante el juez instructor del 11-M. Los cuatro dijeron a Del Olmo que los contactos que habían mantenido en enero, febrero y marzo de 2004 en Madrid se debían a dos transacciones de 35 kilos de hachís.
Con la causa ya en Asturias, los acusados se desdijeron de sus palabras y afirmaron que sólo buscaban librarse de algo más grave: que les atribuyeran la versión de la Policía y el fiscal de que, en realidad, traficaban con explosivos.
La sentencia recuerda que Toro afirmó que lo dijo «para exculparse» tras cinco días de interrogatorios, dado que a la Policía «no les servía como justificación que bajaba a Madrid para ir de discotecas».
En el caso de Zouhier, la sentencia recuerda que dijo que había sido «presionado por la Policía para reconocer el tráfico de drogas» y que así lo había hecho «con la única intención de exculparse de los asesinatos del 11-M, porque así se lo había manifestado la Policía». Antes de la masacre, el confidente de la Guardia Civil había avisado de que la trama asturiana ofrecía explosivos y llegó a proporcionar una muestra a los agentes, para que lo comprobaran. En el juicio celebrado el pasado día 13 testificaron agentes a los que informaba Zouhier. «Yo le avisé y usted no hizo nada para evitarlo», dijo Zouhier en el juicio con la vista puesta en el fiscal.
En la sentencia, la juez coincide con el criterio expuesto por el letrado de Zouhier, Antonio Alberca, de que no existe ni un dato que corrobore esas confesiones iniciales, luego desmentidas. No ha aparecido la más mínima cantidad de droga, ni utensilios para su manejo, ni rastro del dinero... Tampoco la Policía abrió en su día una investigación, ni se molestó en hacer registros para a encontrar la droga, recuerda.
Así pues, Zouhier se queda con la única condena a 10 años por el 11-M, de los que ya ha cumplido seis. Para Toro el futuro penal es más largo: sus condenas por drogas y explosivos llegan hasta 2022.
Vaya fiasco, era de esperar, sin pruebas...
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