El secretario general de Confebask, José Guillermo Zubía, confirmó ayer que, pese al alto el fuego aireado por ETA, lo cierto es que «a lo largo de los últimos meses se ha venido registrando un goteo» de cartas exigiendo el «impuesto revolucionario», «exactamente igual que en épocas anteriores». Y los hechos reiteraron también que, pese a esa decisión de parar que la banda dijo haber tomado hace meses, persiste la «kale borroka», ya que en la madrugada de ayer un ártefacto casero causó daños en Vitoria . Y la tozuda realidad puso de manifiesto, asimismo, que Batasuna se resiste a condenar la práctica del terror.
En relación al comunicado en el que la organización criminal indicó que había decidido no cometer «acciones armadas ofensivas», el representante de Confebask, en declaraciones a Radio Euskadi, dijo que «esperanza hay siempre, y fundamentalmente cuando hay algo que implica cierto alivio». No obstante, calificó de «confusa» y «difusa» la forma en la que se expresó la banda.
En este contexto, sobre la una y veinte de la madrugada de ayer hizo explosión un artefacto casero junto al Centro Municipal de Empresas de Vitoria. Se trataba de una bombona de camping gas reforzada con varios aerosoles con líquido inflamable y un iniciador pirotécnico, colocada en la fachada de la primera planta del edificio. Un fallo en el mecanismo evitó que los daños materiales alcanzaran mayor importancia, ya que se redujeron al ennegrecimiento de la fachada y la rotura de los cristales del edificio.
El consejero del Interior, Rodolfo Ares, exigió a la denominada «izquierda abertzale», que dice apostar por las «vías exclusivamente políticas», que condene este último acto de violencia callejera. «En este país estamos hartos de compromisos vacíos, de palabrería barata», sentenció. Asimismo, emplazó a EA a que exija a los dirigentes de Batasuna que se desmarquen del terror «antes de seguir manteniendo sus líneas de actuación compartidas».
Ares subrayó que el ataque «ha sido el más importante de los llevados a cabo por los aprendices de terroristas en muchos meses», tanto por las características del artefacto como por la intención que tenían sus autores de «provocar daños importantes en un objetivo muy seleccionado».
El mismo día en el que ETA anunciaba que desde hacía meses mantiene una supuesta tregua, las Fuerzas de Seguridad advirtieron que los pistoleros siguen cobrando el «impuesto revolucionario» con toda su intensidad y, además, continúan reorganizando su logística, ya que se ha detectado en las últimas semanas robos de coches, citas y cursillos sobre el manejo de armas y explosivos.
A esto se le llama, a Dios rogando y con el mazo dando...
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