Antonio Rubio, antes de entrar en el juicio en pasado día 25 de junio. | Sergio Enríquez
- Desveló que un confidente avisó que la célula del 11-M iba a atentar
- La juez afirma que su objetivo era 'informar' y tenía 'interés general'
- La Federación de Asociaciones de Periodistas de España se felicita
La Justicia ha absuelto al subdirector de EL MUNDO Antonio Rubio del delito de revelación de secretos del que le acusaban la Fiscalía y el confidente Abdelkader Farssaoui, alias 'Cartagena'. El periodista se enfrentaba a tres años de cárcel por informar de que ese colaborador policial estuvo infiltrado en la célula islamista de Serhane 'El Tunecino' hasta fechas próximas al 11-M y que avisó con detalle y precisión de sus planes para atentar en España.
La Fiscalía, que comenzó solicitando previamente tres años de cárcel, rebajó durante el juicio su petición a 15 meses de multa y otros tantos de inhabilitación profesional. En cambio, la acusación particular sí mantuvo su solicitud de prisión.
La juez Carmen Viñaras razona que "se trata de un periodista cuyo proceder estuvo dirigido en todo momento a informar al ciudadano sobre un grave atentado de candente actualidad que afectaba al interés general", por lo que prevalece en todo caso el derecho fundamental a la libertad de información.
La sentencia subraya las "numerosas contradicciones" en que incurrió 'Cartagena' durante su declaración y que se encontraba con "problemas económicos", que le llevaron a "chantajear" a Antonio Rubio, según declaró el subdirector de EL MUNDO.
Asimismo, la resolución confirma que "desde la publicación, Abdelkader siguió en contacto con el acusado, a quien consideraba 'su interlocutor periodístico' y al que le envió su currículum vitae" y que "no denunció hasta dos años después de la publicación de la noticia", detalles que no encajan con su pretendida condición de 'perjudicado' por la información que publicó este periódico.
Este inciso tendrá una repercusión importante para la probable demanda civil que prepara 'Cartagena', que durante el juicio retiró la indemnización de más de medio millón de euros que reclamaba.
En esa vista, la juez, a petición de la fiscal, impidió el acceso de los medios de comunicación al juicio invocando "razones de orden público", en lo que supuso una decisión insólita en procedimientos que afectan a la libertad de expresión.
La información de Antonio Rubio permitió descubrir al propio juez instructor del 11-M, Juan del Olmo, que ese confidente había relatado con todo detalle que ese grupo terrorista pretendía "hacer la 'yihad'" en España y que, con los datos que él ofreció, la Unidad Central de Información Exterior (Ucie) de la Policía elaboró 12 notas informativas que facilitaron el control de la célula hasta las vísperas de los atentados. La acusación fiscal no sólo se extiende a la revelación de la identidad real del testigo protegido, sino también a la publicación de esos documentos, "elaborados con carácter reservado".
Las investigaciones periodísticas de Rubio pusieron de manifiesto que algunos de los actores más destacados de la matanza se encontraban controlados en las fechas anteriores al 11-M por la Policía, la Guardia Civil y el CNI; que esa vigilancia llegó a ser tan cercana que algunos de los miembros de la célula islamista tenían el teléfono pinchado, y que existían confidentes que fueron informando de cada paso que daban hacia la comisión de los atentados quienes ya eran considerados como elementos peligrosos por las Fuerzas de Seguridad.
De hecho, el juez Del Olmo supo de la existencia de 'Cartagena' en octubre de 2004, después de que EL MUNDO publicase su detención, su condición de testigo protegido y el trabajo que había desempeñado para que se llevase a cabo la 'operación Nova'. Un mes después, el 23 de noviembre de ese año, el juez pidió al Juzgado Central de Instrucción número 5 que se le informara sobre "el paradero del testigo protegido por ese juzgado 'Cartagena' [...] a los efectos de su urgente citación para que preste declaración como testigo en el presente procedimiento", según aparece en el sumario del 11-M.
En ese escrito se detallan todas las circunstancias personales del confidente, cuya identidad real -Abdelkader Farssaoui- e incluso su imagen ya habían sido desveladas por otros medios de comunicación nacionales como Canal Sur.
A partir de su arresto, 'Cartagena' se puso en contacto con Antonio Rubio para pedirle ayuda. El periodista, tras investigar la veracidad de su testimonio, publicó el 31 de mayo de 2005 las 12 notas informativas de la Ucie y todos los detalles que había ofrecido el confidente a la Policía, además de su identidad real y su fotografía con su consentimiento. En ningún caso se ofreció ningún dato que permitiese averiguar el nombre ficticio ni el domicilio que, por razones de seguridad, le había proporcionado la Secretaría de Estado de Interior.
Respaldo de la FAPE
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) se ha felicitado por la absolución de Rubio. Así lo ha expresado en un comunicado. La institución "siempre ha manifestado su respaldo al subdirector del diario EL MUNDO Antonio Rubio en la defensa de su derecho a informar", expresa el texto.
La FAPE ha explicado que "la titular del Juzgado de lo Penal número 5 de Madrid ratifica lo ya expuesto por la Comisión de Quejas y Deontología" de la federación, que sostiene que "no puede afirmarse que la información publicada por el periodista Antonio Rubio ataña riesgo para el testigo protegido".
La FAPE siempre ha sostenido que el secreto de sumario "no impide a los medios publicar noticias sobre hechos en fase de instrucción secreta siempre que los periodistas obtengan la información de manera lícita".
Menos mal que aún quedan luces en esta disparatada justicia que tenemos.
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