domingo, 17 de enero de 2010

La caja de Pandora


La caja de Pandora
17 de Enero de 2010 - 11:29:21 - Luis del Pino
Entradilla al programa "Sin complejos" del domingo 17 de enero

En 1985, el presidente socialista francés, Francois Miterrand, en un intento de dividir el voto de la derecha en las elecciones legislativas, decidió cambiar el sistema electoral. Hasta aquel momento, las elecciones legislativas se venían celebrando mediante un sistema mayoritario a dos vueltas, lo que favorecía el voto útil hacia los grandes partidos. Miterrand decidió modificar el sistema y hacerlo proporcional, con la idea de que la ultraderecha francesa dejara de votar a los partidos conservadores tradicionales y apoyara a alguna formación política propia. Con esa jugada, Miterrand pretendía mantener la hegemonía electoral del Partido Socialista Francés.
Efectivamente, en las elecciones de aquel año 1985, la ultraderecha francesa del Frente Nacional pasó del 0,5% al 10% de los votos. Pero, lejos de convertirse en un factor de desestabilización de los partidos conservadores tradicionales, la extrema derecha francesa, con un discurso fundamentalmente xenófobo, empezó a cosechar votos en las barriadas obreras de las ciudades más afectadas por la crisis económica, robándole así electores al Partido Comunista Francés e incluso al propio Partido Socialista. Para las elecciones de 1988 se volvió al sistema electoral mayoritario a doble vuelta, pero ya era tarde: el Frente Nacional había conseguido la visibilidad que antes no tenía y ya no la perdió.

Queriendo hacer daño a la derecha, el socialista Miterrand había puesto en marcha una dinámica que a lo que condujo fue al lento declive de los comunistas y socialistas en Francia, hasta llegar a la increíble humillación de las elecciones presidenciales de 2002, en las que el candidato del Partido Socialista, Lionel Jospin, quedó en tercera posición, por detrás del ultraderechista Jean Marie Le Pen. Miterrand quiso jugar a doctor Frankenstein y su criatura terminó por asestar una cuchillada al Partido Socialista.

En las últimas fechas, hemos conocido que el ayuntamiento de Vic ha aprobado, con los votos de CiU, PSC y ERC, una moción para prohibir el empadronamiento de inmigrantes en situación irregular. Esa moción ha provocado un considerable revuelo dentro y fuera de Cataluña, y ha abierto un debate, el de la regulación de la inmigración, que hasta ahora constituía una especie de tabú.

Para entender lo que está sucediendo en Vic, es necesario retroceder al año 2003, cuando un ex-dirigente de Fuerza Nueva llamado Josep Anglada presenta por primera vez a las elecciones municipales a una fuerza política denominada Plataforma per Catalunya. Esa Plataforma, con un discurso centrado en la oposición a la construcción de mezquitas, consiguió colarse aquel año en 5 ayuntamientos. Cuatro años después, en 2007, Plataforma per Catalunya volvía a presentarse a las municipales, con su mismo discurso xenófobo, y mejoraba espectacularmente sus resultados, consiguiendo 17 concejales en 9 municipios y logrando situarse como segunda fuerza política, entre otros lugares, en Vic, donde quedó por delante del propio Partido Socialista.

Plataforma per Catalunya es un partido con un ideario xenófobo e identitario, cuyo programa incluye propuestas como la expulsión inmediata de todos los inmigrantes ilegales, la inclusión del delito de inmigración ilegal en el Código Penal, la supresión del procedimiento de arraigo, la supresión de las regularizaciones extraordinarias de inmigrantes ilegales, la instauración de un permiso de residencia por puntos, la aplicación de tasas municipales especiales a los comercios extranjeros, la prohibición de la inmigración procedente de países musulmanes, el fomento de la repatriación de los musulmanes ya instalados, la expulsión de aquéllos que defiendan preceptos de la sharía opuestos a los Derechos Humanos, la prohibición del burka, etc., etc., etc.

Es decir, estamos ante un partido de ultraderecha xenófoba similar al Frente Nacional francés o similar a la Liga Norte italiana, con la que Plataforma per Catalunya mantiene, por cierto, relaciones.

Pero no se equivoquen ustedes: no estamos ante un partido de extrema derecha españolista, sino catalanista. Porque Plataforma per Catalunya defiende también, por ejemplo (y cito textualmente su programa electoral) que "las olas masivas de inmigración ilegal... constituyen una seria amenaza para la identidad y la cohesión social de Catalunya". O que exige también que (y vuelvo a citar textualmente) "los inmigrantes, para obtener los papeles, deberán superar un examen de conocimientos de la cultura y costumbres catalanas así como demostrar conocimientos del idioma de nuestro país para poder obtener los necesarios permisos para su estancia. Antes de pisar tierra catalana habrán de conocer nuestra lengua, costumbres, cultura y principios legales básicos del estado de derecho. Los aspirantes a entrar habrán de seguir este curso y pasar las pruebas en origen."

Es decir, nos encontramos ante una extrema derecha de naturaleza netamente catalana y que constituye una evolución natural de la ideología del sector más conservador del nacionalismo catalán.

Y, de hecho, cuando se analiza la evolución de voto en aquellos lugares donde esta Plataforma ha obtenido representación municipal, lo que se comprueba es que sus votos los ha cosechado, no entre los votantes del Partido Popular, sino entre el electorado de CIU y del PSC.

Así, por ejemplo, en Vic, la Plataforma per Catalunya quedó en segundo lugar en las elecciones municipales de 2007, pasando del 7% al 18% de los votos, a costa de CIU (que bajó del 38% al 31%) y a costa del PSC (que bajó del 19% al 15%). En Manresa, que es la ciudad catalana más grande en la que Plataforma per Catalunya ha obtenido representación, los votos que el PP perdió entre 2003 y 2007 fueron a parar, todos ellos, a Ciutadans, mientras que Plataforma per Catalunya se colaba en el ayuntamiento a costa de la bajada del PSC.

En Cataluña se está repitiendo, por tanto, la historia que ya se viviera en Francia en su día, con el ascenso de un partido de ultraderecha a costa, no de la derecha liberal conservadora representada en el PP, sino de formaciones de izquierda y del ala más conservadora del nacionalismo.

No es de extrañar, por tanto, que los partidos nacionalistas y el Partido Socialista hayan movido ficha en Vic en materia de inmigración. No lo hacen por convencimiento, sino por pura necesidad, para evitar que Plataforma per Catalunya siga absorbiendo sus votos hasta convertirse en la fuerza mayoritaria a nivel municipal.

Porque todos los gobiernos, pero especialmente el de José Luis Rodríguez Zapatero, han dejado pudrirse poco a poco el tema de la inmigración ilegal, y ahora una formación xenófoba catalanista se les está comiendo por las patas a CIU y al PSC.

En la actualidad, existen bastantes posibilidades de que Plataforma per Catalunya termine entrando en el Parlamento catalán, con lo cual las próximas elecciones autonómicas en Cataluña podrían terminar conduciendo a un parlamento extraordinariamente atomizado, con hasta ocho formaciones distintas, si incluimos al hipotético partido de Joan Laporta.

Sin quererlo, han despertado al monstruo, y ahora el monstruo, como ya sucediera con los socialistas franceses, amenaza con devorarlos.

1 comentario:

  1. Eso pasa,por lanzar la llamada de papeles para todos, ahora pasa lo que pasa, eso ya se venía venir, pero como solo les interesa los votos vengan de donde vengan, pues toma moreno.

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