sábado, 26 de diciembre de 2009

Enviados del presidente de Malí contactan con los secuestradores


ESPAÑOLES POR EL MUNDO: Los comisionistas del botín de rescate de los secuestrados

Enviados del presidente de Malí contactan con los secuestradores

Un jefe tribal del norte del país africano se llevará un porcentaje del rescate que pague España / Tres agentes del CNI se encuentran en Bamako esperando instrucciones de los servicios secretos malienses

ANTONIO RUBIO

Madrid

Tres hombres de la total confianza del presidente de Malí, Amadou Toumani Touré, se pusieron en contacto el pasado domingo con los secuestradores de los tres rehenes españoles (Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez) para ultimar cómo y cuándo serán liberados los cooperantes de Barcelona Acción Solidaria que están en manos de los islamistas radicales de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). En esas negociaciones entre las autoridades de Malí y los terroristas también se incluye el rescate del francés Pierre Camette.

Amadou Toumani Touré -más conocido por ATT- ha aclarado a algunos medios de aquella zona: «Yo no soy el intermediario del secuestro, pero me comprometo a hacer todas las gestiones posibles para que los rehenes sean liberados». EL MUNDO publicó el pasado día 21 que el presidente maliense será el mediador con Al Qaeda. Amadou Toumani no ha negado, tal y como informó este periódico, que él será el primero en conocer las condiciones y el modo en que serán puestos en libertad los tres cooperantes españoles. Además, ha puesto a disposición de los gobiernos de España y Francia a sus mejores hombres en inteligencia.

Los tres enviados especiales de ATT ya han tomado contacto con uno de los jefes tribales del norte de Malí, donde se calcula que los terroristas de AQMI tienen retenidos a Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez desde el pasado 29 de noviembre, cuando fueron hechos prisioneros en Mauritania. El rehén francés fue apresado cuatro días antes en Malí.

El jefe tribal maliense será el auténtico intermediario entre las autoridades españolas y francesas y los hombres de AQMI. Por su participación en la liberación de los cuatro europeos cobrará un porcentaje del dinero que se pague por el rescate. Este jefe tribal, según han asegurado a este periódico expertos policiales en temas de terrorismo islamista, viene actuando como intermediario de los secuestros de ciudadanos occidentales que se producen en el desierto del Sáhara desde el año 2003 y, al parecer, todos ellos con resultados muy positivos tanto para los rehenes como para sus propios intereses. La excepción fue el británico Edwin Dyer, que fue asesinado el pasado 31 de mayo por AQMI.

Mientras que los hombres de Amadou Toumani se esfuerzan por convencer al intermediario de Al Qaeda en el Magreb Islámico de los beneficios que representaría para todos la liberación de los rehenes, tres miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y otros agentes de los servicios secretos franceses (DGSE) se encuentran en Bamako, la capital de Malí, a la espera de noticias y resultados de las gestiones que están llevando a cabo los enviados especiales del presidente.

EL MUNDO ha podido saber, a través de fuentes del propio CNI, que los agentes españoles de inteligencia y los franceses conviven estos días en total camaradería: «Comen, cenan y están a todas horas juntos esperando noticias de los intermediarios». Los miembros del servicio secreto español confían en que, en las próximas fechas, tal como adelantó este periódico el lunes, les lleguen algunas imágenes (vídeo o fotos) sobre el estado en que se encuentran Vilalta, Pascual y Gámez y las condiciones del rescate, que será fundamentalmente económico, de los cooperantes de Barcelona Acción Solidaria.

Esos mismos agentes, una vez que comprueben el estado físico de los rehenes, también esperan que los secuestradores permitan enviarles víveres y medicinas. «Sería una manera de crear un ambiente de confianza entre secuestradores, intermediarios y los que finalmente terminarán pagando por el rescate», señalaba una fuente del CNI.

Las mismas fuentes también apuntan que el último secuestro llevado a cabo el pasado día 18 por los terroristas de AQMI en Mauritania de dos ciudadanos italianos (Sergio Cicala, de 65 años, y su esposa, Filomena Kabouree, de 39 años y originaria de Burkina Faso, aunque de nacionalidad italiana) podría retrasar o perjudicar las negociaciones que ya se han abierto sobre los tres españoles y el ciudadano francés.

Desde que fueron secuestrados los tres cooperantes españoles, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha mantenido varias conversaciones con el presidente Amadou Toumani. La última que se produjo entre los dos mandatarios fue esta misma semana, cuando los enviados de ATT contactaron con el auténtico intermediario de los secuestradores.

Se da la circunstancia de que la embajadora española en Malí, Lourdes Meléndez García, ha recibido la «recomendación» de Exteriores de que permanezca en Bamako y no se traslade a España a pasar las fiestas de Navidad porque es posible que el desenlace de los rehenes no esté muy lejos, según han indicado a este diario agentes policiales que están al tanto de las conversaciones entre las autoridades de Malí y España.

Según algunos medios del Magreb, el presidente de Mauritania, Mohamed Uld Abdelaziz, y el de Malí, Amadou Toumani, se reunieron en Copenhague aprovechando la Cumbre sobre el clima para tratar sobre los europeos secuestrados en sus países y buscar la manera de unir esfuerzos en su lucha contra el terrorismo islamista. En esa reunión de los dos presidentes africanos, al parecer, también estuvieron presentes algunos miembros de la representación de España y Francia en la Cumbre.

El presidente de Malí está muy interesado en que el caso de los tres cooperantes de Barcelona Acción Solidaria llegue a buen fin porque la mayoría de los turistas españoles que visitan su país, unos 20.000 en el último año, son fundamentalmente catalanes. Además, en Barcelona se lleva a cabo todos los años una exposición-feria de productos y artesanía de aquel país africano y hay un importante número de cooperantes que ayuda a los malienses con obras benéficas.

Un país utilizado como escala del narcotráfico

Los carteles de la cocaína de Suramérica venían utilizando en los últimos años algunos países africanos, especialmente Ghana y Guinea Bissau, como una nueva ruta para que su droga llegara hasta Europa. El medio más habitual eran barcos que salían desde Colombia, Brasil o Venezuela y atracaban en los puertos africanos. Desde el pasado mes de noviembre el 'modus operandi' de los narcos ha cambiado y ahora se sirven de aviones de gran tonelaje que llegan hasta países del interior del continente africano, como Malí.

El pasado 5 de noviembre aterrizó a unos 200 kilómetros de Gao, que se encuentra al noroeste de Malí, un avión Boeing 727 que venía de Venezuela y que, según Alexandre Schmidt, responsable regional de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, «transportaba cocaína y otros productos ilícitos».

El presidente de Malí, Amadou Toumani Touré, mantuvo el incidente del Boeing 727 oculto durante un tiempo, hasta que finalmente tuvo que reconocer: «Guardé silencio pensando que había que dar tiempo para hacer las investigaciones. Fue un error que dio libre curso a rumores».

Amadou Toumani también reconoció que no hubo complicidad estatal de peso en el desembarco y declaró al diario Le Monde que, «si los narcotraficantes hubieran tenido amigos en el Ejecutivo, habría aterrizado en los aeropuertos de Bamako o de Mobti».

El avión de los narcos, finalmente, fue quemado por los contactos del cartel colombiano en Malí para borrar rastros y huellas. Las autoridades malienses detuvieron a tres ciudadanos de aquel país.

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