No es habitual que la izquierda abertzale jalee abiertamente a un ministro del Interior español. Ayer lo hizo, tras observar cómo Jorge Fernández Díaz traspasaba el pasado miércoles una de las líneas rojas del Partido Popular en materia antiterrorista reconociendo, en sede parlamentaria, «la dimensión política» de ETA.
Si uno de los portavoces de la extinta Batasuna, Joseba Permach, consideró «como un paso en la buena dirección» el comportamiento del titular de Interior, la portavoz de la Diputación de Guipúzcoa, Larraitz Ugarte, fue más allá. La dirigente de Bildu tildó de «hito histórico que va en el buen camino» un discurso que el ministro trató de matizar y edulcorar con insistencia, pero con demasiado retardo como para silenciar el júbilo abertzale.
La izquierda radical no esperó ayer a las matizaciones tardías de Fernández Díaz para salir a la palestra con descaro a celebrar «un paso» que quebranta «el inmovilismo» del Gobierno central en materia antiterrorista. Una reclamación que los portavoces de la extinta Batasuna se esfuerzan en reiterar desde hace ya varios meses por todos los rincones del País Vasco y que, incluso, propició un festival de San Sebastián como forma de presionar al Ejecutivo a mover ficha.
Permach celebró que el titular de Interior reconociese «la dimensión política del conflicto» y asumiese «que su resolución sólo será posible a través de la política». El líder de la izquierda abertzale también puso en valor el escenario donde Fernández Díaz expuso su polémico discurso, a propuesta de UPyD, para dotarle de una cierta solemnidad: el Congreso de los Diputados.
«El paso no es sólo importante por el fondo sino por la forma», subrayó Permach, que redactó un comunicado para valorar el comportamiento de Fernández Díaz que, según la lectura interesada de la izquierda abertzale, casa más con el discurso habitual de Batasuna que con la tradicional posición reacia del PP a aceptar la existencia de una raíz política del conflicto.
Al júbilo de Permach, que emplazó al ministro a negociar con ETA, se sumó la citada representante de Bildu, formación que gobierna en Guipúzcoa, y varias voces de su órbita más afín. El diputado de Amaiur Sabino Cuadra valoró el «cambio importante» que se ha producido, a su juicio, en el «discurso del Gobierno» sobre ETA y dijo que la intervención del ministro ha sido la primera cosa positiva que ha oído en el Congreso.
El supuesto paso de Fernández Díaz también fue aplaudido por Alberto Spectorovsky, uno de los mediadores del Grupo Internacional de Contacto de Brian Currin que trata presuntamente de verificar el cese definitivo de ETA y que, según aseguran en el PP, está «teledirigido por Batasuna». «Era lógico que el PP iba a ser inmovilista, así que cualquier cosa que se salga de eso es bueno», resumió Spectorovsky.
El ex lehendakari y miembro de Bildu (EA) Carlos Garaikoetxea también detectó el viraje del PP. «Parece que hay una aproximación a algo que es una obviedad: que todo esto tiene un origen histórico y político y ha habido un problema político que es estúpido ignorar», explicó Garaikoetxea.
El ex lehendakari anticipó precisamente el comportamiento que tomaría horas más tarde Fernández Díaz para arreglar una afirmación que generó demasiada confusión e incendió Twitter durante la jornada de ayer: «El ministro y su entorno matizarán esas palabras para explicar que lo ha dicho en sentido de revisar una política penitenciaria, entender el momento político actual y la salida que hay que darle a esta situación». Tal cual. El ministro del Interior trató de enfocar sus palabras con ahínco y reiteración.
«Yo no hablé de un conflicto político o de un proceso político», precisó Fernández Díaz, que contextualizó su postura. «Desde el 20 de octubre, y fruto de la derrota policial a la que le ha sometido el Estado de Derecho, ETA ha dejado de ser un problema fundamentalmente policial -aunque sigue teniendo una vertiente policial, y por eso la Guardia Civil y la Policía siguen actuando- para tener una dimensión política», subrayó Fernández Díaz, que incidió en que, con «esa dimensión política», se refería a la intención de la banda terrorista de convertir lo que ha sido «una derrota policial en una victoria política».
«Dicho de otra manera, que lo que no han conseguido asesinando durante 50 años no lo van a conseguir ahora, evidentemente, por dejar de asesinar al haber sido derrotados policialmente. Ésa es la dimensión política del momento en el cual nos encontramos», dijo Fernández Díaz. «Quien quiera interpretarlo de otra manera es su problema».
Desde el PP se trató ayer de cerrar filas en torno al ministro. El número dos del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, aseguró que Fernández Díaz se limitó a decir que la victoria policial es un hecho y que ahora el reto es derrotar políticamente «el proyecto totalitario de ETA».
El diputado nacional Leopoldo Barreda criticó las «lecturas interesadas» que hizo la izquierda abertzale de la afirmación del ministro del Interior y advirtió que la banda no conseguirá ninguno de sus objetivos políticos.
No todo fueron apoyos a la causa. Algunas voces populares censuraron que Fernández Díaz esté tan sobreexpuesto a los medios. «Debería cuidar más sus intervenciones públicas a la hora de hablar sobre ETA porque hay mucha gente interesada en descontextualizar sus palabras», explicó un alto dirigente del PP, que ironizó con que el comportamiento de Fernández Díaz pudo ser el mejor aliado de UPyD para atraer al sector más duro del PP a las filas de Rosa Díez.
UPyD presenta 25 indicios de la relación ETA-Bildu
El PP vasco acusa a Díez de «dar oxígeno a los terroristas»
Unión Progreso y Democracia (UPyD) ha hecho una exhaustiva búsqueda de indicios de la relación de las coaliciones legales Bildu y Amaiur con ETA. En total, el partido magenta detalla hasta 25 «pruebas» con fechas, nombres y apellidos; todas referentes a hechos producidos después de la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) del 5 de mayo de 2011 que anuló la ilegalización de Bildu dictada por el Tribunal Supremo. Con ellos en la mano, Rosa Díez entiende que el Gobierno puede instar a la ilegalización de ambas formaciones, una posibilidad que estableció la propia sentencia del TC.
Anoche, UPyD registró la moción consecuencia de interpelación en el Congreso, que será debatida el martes en el Pleno ante la negativa del ministro del Interior, Jorge Fernández, de iniciar el proceso de ilegalización que prevé la Ley de Partidos.
La moción -a la que ha tenido acceso EL MUNDO- relata pormenorizadamente los «hechos sobrevenidos» que «evidencian la necesidad de promover las iniciativas legales necesarias para iniciar expediente de ilegalización» para impedir lo que la formación de Rosa Díez llama «un fraude de ley». En su opinión, Bildu y Amaiur son la continuidad de Herri Batasuna, Euskal Herritarrok y Batasuna, todos ilegalizados por pertenecer a ETA.
El martes, es probable que UPyD se quede solo en la defensa de la aplicación de la Ley de Partidos. Sobre todo si el PP insiste en su nueva estrategia contra ETA. Como dijo Jorge Fernández en el Pleno, el Gobierno concede ahora a ETA una «dimensión política» que los populares siempre habían negado.
UPyD incide en que la estrategia de ETA «siempre ha pasado por combinar el asesinato, la coacción y la extorsión con una serie de iniciativas y proyectos políticos legales». Y los dos últimos son Bildu y Amaiur.
Por eso, y tras presentar las presuntas «pruebas», la moción pide que se aplique la doctrina del Supremo, del TC y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos «para evitar que formaciones políticas ilegales o quienes justifican o apoyan la violencia terrorista puedan utilizar cualquier tipo de vía para, fraudulentamente, continuar la actividad de formaciones políticas ilegalizadas». Según Díez, todos esos hechos «acreditan la instrumentalización de ambos proyectos políticos por el entramado de ETA / Batasuna».
El tenso debate del miércoles entre Jorge Fernández y Rosa Díez ha abierto muchas heridas, sobre todo en el PP vasco. Quizá por eso, el número dos de esta formación regional, Iñaki Oyarzabal, rompió ayer su tradicional mesura al referirse a UPyD, una formación que rivaliza en el País Vasco con el PP por alzarse con el voto más contrario a ETA y al nacionalismo.
Además, la respuesta positiva de los dirigentes de Amaiur y de la izquierda abertzale, que se han felicitado de la nueva actitud del PP, ha profundizado esas heridas.
Oyarzabal dijo que la líder de UPyD «da oxígeno a los terroristas» con un comportamiento «demagógico y destructivo» que trata de «poner palos en las ruedas» para llegar al final de ETA, informa Javier G. Negre.
El secretario general de los populares vascos compareció para manifestar su indignación contra Díez. Una dirigente que, a su juicio, no «es de fiar» porque está continuadamente cayendo en contradicciones que Oyarzabal, pasó a desgranar. «Rosa Díez ya sabemos que es una persona muy dada a la demagogia, es capaz de defender con la misma demagogia una cosa y la contraria, la conocimos aquí en el País Vasco. Lo mismo estaba a favor de los GAL que de las negociaciones de Argel...», aseguró.
El líder de UPyD en el País Vasco, Gorka Maneiro, salió ayer al paso y afirmó que el PP pretende tapar con sus «insultos» las declaraciones del ministro del Interior sobre la «dimensión política» de ETA.
El PP endurece su ponencia
Con ello, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, junto al castellanoleonés Juan Vicente Herrera y el melillense Juan José Imbroda, ha venido a frenar algunas suspicacias generadas en el partido por la aparente rebaja del discurso antiterrorista respecto de la ponencia de 2008, elaborada por María San Gil, que generó su posterior 'portazo'.
La actual ponencia no asume postulados de hace cuatro años como el que rezaba: «Derrota de ETA quiere decir no permitir jamás que ningún partido político vuelva a representar a los terroristas en ninguna institución».
Sin embargo, titula el apartado con la «derrota» de la banda y rechaza la labor de los denominados «mediadores internacionales».
En cuanto a la pretendida 'dimensión política' del problema terrorista, la nueva ponencia del PP incorpora también un «compromiso expreso» de «no aceptar la creación de ningún órgano institucional común entre Navarra y el País Vasco que pretenda, al margen de las previsiones constitucionales, dar satisfacción a lo que en el argot 'abertzale'se denomina «territorialidad» y que incluye la anexión de la propia Navarra a la Comunidad Autónoma Vasca.
Esto es muy fuerte, y me parece que el pp se a bajado los calzones."Permach celebró que el titular de Interior reconociese «la dimensión política del conflicto» y asumiese «que su resolución sólo será posible a través de la política»
ResponderEliminarEn que quedamos Ministro, en que no hay presos políticos en España, pero si hay un conflicto de eta. Poco le a durado la alegria a los españoles de bien.