Urkullu subraya que los terroristas «no son héroes» para la mayoría de los vascos
La imagen fue poderosa. La marcha que recorrió el sábado el centro de Bilbao, una de las mayores movilizaciónes logradas por la izquierda abertzale en los últimos años, recibió ayer una respuesta similar por parte de socialistas y nacionalistas, que dicen que el fin de la dispersión y de la especial gestión de las penas que se aplica a los presos de ETA es una reclamación ampliamente compartida en el País Vasco.
El lehendakari, Patxi López, desplazado a Madrid para asistir al Comité Federal del PSOE, afirmó que había apreciado un «consenso generalizado» en el País Vasco sobre la idea de que «otra política penitenciaria es posible de acuerdo a la propia legalidad», en referencia a la derogación de las medidas excepcionales que afectan a los presos etarras, como su dispersión en diferentes cárceles de España.
También el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, recordó que se trata de una reclamación vieja por parte de los nacionalistas. Eso sí, ambos mandatarios dejaron clara su distancia ética respecto a la izquierda abertzale: si el lehendakari destacó la falsedad de llamar «presos políticos» a los terroristas encarcelados, el líder nacionalista sentenció que, frente a lo que pretende hacer creer la antigua Batasuna, éstos «no son héroes» para la mayoría de la sociedad vasca.
El también secretario general del PSE quiso abrir una ventana al acercamiento de presos, como ya hizo en el decálogo para la convivencia que presentó en septiembre y como hará en su próxima reunión con Mariano Rajoy, prevista para febrero. El lehendakari argumentó que la legislación española es «muy garantista» pero también «muy generosa» por su «afán reinsertador» para «todos aquellos que quieran dar el paso para integrarse en democracia». También su mano derecha en el Gobierno vasco, Rodolfo Ares, apostó por un acercamiento si con ello se contribuye a la reinserción.
El problema es que ETA ha prohibido a sus presos que pidan perdón, mientras la izquierda abertzale y sus aliados en Amaiur siguen calificándolos de «presos políticos». El presidente vasco rechazó esa expresión que empleó el diputado Xabier Mikel Errekondo antes de la marcha, pese a la prohibición dictada por el juez Grande-Marlaska. «Los presos lo son por haber cometido asesinatos, por haberlo intentado o por ayudar y dar cobertura a los asesinos, y eso no es política», recalcó.
Desde el PNV llegó una de cal y otra de arena. Iñigo Urkullu escribió en su blog sobre la multitudinaria manifestación no secundada por su partido -al contrario de lo que hacía en los años 90-. El líder nacionalista defendió que, si bien el PNV lleva mucho tiempo pidiendo el fin de la actual política penitenciaria, más ahora cuando no hay «motivo» para mantenerla, existe «todo un campo ético, previo a cualquier consideración política», que separa al PNV de los reclusos de ETA.
«No son 'nuestros' presos, ni 'nuestros' gudaris, ni 'nuestros' héroes. Y tampoco lo son de la mayoría de la sociedad vasca», apuntó. E hizo dos llamamientos: a los «victimarios» y quienes los aplaudieron, que deben abordar una «revisión crítica» y reconocer el daño causado, y al Gobierno de Rajoy, al que recomienda actuar «con altura de miras y talla política» para desmontar la política vigente.
Ante tanta petición al Gobierno, el diputado popular vasco Leopoldo Barreda prometió que Moncloa garantizará «el cumplimiento de la ley y el respeto a la democracia» frente a quienes pretenden la «impunidad», tras lamentar que los manifestantes interpelaran «a un Gobierno democrático y no a ETA», cuya disolución aún no se ha producido.
Los radicales piden a Rajoy que pacte la amnistía con ETA
El cambio de política penitenciaria, «un primer paso insuficiente»
La manifestación por los «derechos» de los presos de ETA no estuvo exenta del calculado equilibrio que siempre emplea la izquierda abertzale. El manifiesto reclamaba el fin de la dispersión, la derogación de la doctrina Parot y la liberación de los presos gravemente enfermos y de quienes han cumplido tres cuartas partes de su condena, pero los miles de manifestantes corearon insistentemente otra consigna: «Presoak kalera, amnistia osoa!». Es decir: presos a la calle, amnistía total.
No es una contradicción sino un calendario, según expuso ayer la portavoz de la izquierda abertzale Maribi Ugarteburu. En una comparecencia celebrada en un hotel de Bilbao, la ex alcaldesa del pueblo vizcaíno de Amoroto aseguró que la flexibilización de la política penitenciaria sería sólo «un primer paso de urgencia», a todas luces «insuficiente». Porque después deberá producirse un diálogo entre ETA y los gobiernos español y francés. A ellos encomienda la negociación de la fórmula para «la puesta en libertad de los presos».
Ése fue el llamamiento fundamental que hizo ayer la izquierda abertzale al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, después de haber podido constatar que su alianza con el resto de partidos soberanistas -salvo el PNV- y el reciente «cese» de ETA no sólo le han permitido hacerse fuerte en las dos citas electorales de 2011, sino también movilizar a unas 100.000 personas, según sus cálculos, para presionar al nuevo Ejecutivo del PP y enviar a sus presos un mensaje claro: que serán un pilar clave en los próximos pasos de la antigua Batasuna.
Ugarteburu detalló que los reclusos son «un agente cuya participación en el proceso de resolución del conflicto es imprescindible». Por eso exigió al Gobierno central que «facilite unas condiciones básicas» para mejorar el «clima» en las cárceles con el fin de «construir una paz justa para todos».
Con la «colosal» manifestación del sábado, añadió la portavoz abertzale, se demuestra que «la voluntad de la sociedad vasca» pasa por «la vuelta a casa de presos y exiliados [huidos], la desmilitarización del país y el desarme de la organización ETA».
Un elemento que se une al fin de la «lucha armada» y al seguimiento que de ello está realizando «la comunidad internacional» -en referencia al grupo de Brian Currin- como «condiciones suficientes» para que los gobiernos y ETA se sienten y hablen «exclusivamente sobre las consecuencias del conflicto». En su lenguaje, sobre presos y víctimas.
Dignidad y Justicia y la AVT, en contra
>La presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, confió ayer en que el Gobierno de Mariano Rajoy no conceda beneficios penitenciarios a los presos de ETA. Pedraza argumentó que «en ninguna ley dice que los terroristas asesinos puedan tener unos beneficios especiales».
>El presidente de Dignidad y Justicia, Daniel Portero, opinó que mientras ETA siga viva, no tiene sentido acercar a sus presos al País Vasco. A su juicio, hará falta que los etarras pidan perdón, que los huidos sean juzgados, que ofrezcan un resarcimiento civil a las víctimas y que se aclaren los 300 asesinatos sin resolver
Gallardón avala el ascenso de Urquijo
El hasta ahora parlamentario 'popular' en el País Vasco Carlos Urquijo tomará posesión hoy de su nuevo cargo como delegado del Gobierno en un acto que estará presidido por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, en un calculado gesto con el que el PP quiere cerrar filas tras las suspicacias que levantó Antonio Basagoiti en el ala renovadora del partido al decidirse por Urquijo, alineado con el sector ortodoxo de la formación. El acto tendrá lugar a las 11.30 horas en la sede de la Delegación del Gobierno en la comunidad autónoma, en Vitoria
El consenso solo lo ve él, los demás vemos otra cosa.
ResponderEliminar