El presidente abraza al ministro de Fomento en un mitin en Lugo y afirma que «es el que más ha hecho por Galicia», pero elude hablar del 'caso Campeón'
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, escogió ayer Lugo, precisamente, para arropar al ministro de Fomento, José Blanco, en uno de los escasísimos actos electorales en los que podrá vérsele antes de que abandone La Moncloa. Ni uno ni otro hicieron la más mínima mención al caso Campeón, en el que un empresario acusa al número dos del PSOE de cobrar comisiones en metálico a cambio de favores.
Ambos se fundieron en un abrazo en el escenario tanto al principio como al final del acto, y el presidente proclamó que Blanco es el ministro «que más ha hecho por Galicia», momento en el que el auditorio, con más de 1.500 personas, se puso en pie.
Desde Santiago de Compostela, la cúpula del PP pedía que el también portavoz del Gobierno renunciase a ir en las listas para las próximas elecciones generales del 20-N.
El presidente socialista, en un discurso nostálgico y carente de fuerza, reconoció sentirse «el principal responsable ante la falta de trabajo» en España. «Me enseñasteis a dar la cara y no lo voy a eludir ni en el último minuto», asumió. Zapatero realizó una intervención en la que puso en valor los logros alcanzados por el PSOE durante sus mandatos y reclamó una alta participación para los comicios del 20-N y «un esfuerzo colectivo para que la economía se ponga en pie y vuelva a funcionar».
El jefe del Ejecutivo dio continuos espaldarazos al compromiso del ministro de Fomento con su tierra, aunque evitó en todo momento pronunciarse sobre el caso Campeón, en el que Blanco se ha visto salpicado tras las acusaciones vertidas por el empresario Jorge Dorribo.
Zapatero hizo suya la voluntad del PSOE de convertir a Blanco en el Fraga de la izquierda y afirmó de él que «ha sido el ministro del Gobierno que ha hecho el mayor esfuerzo inversor de la historia de Galicia», un mérito que ejemplificó en el impulso dado a la alta velocidad, a la red de aeropuertos, a las autovías o a los puertos. «Dentro de la convicción de acercar a los que están más lejos, que estén en el centro los que están en la periferia», expresó el presidente.
La primera parte de su intervención estuvo centrada en el anuncio de ETA del «cese definitivo de la actividad armada», un logro en el que agradeció especialmente el papel del ministro del Interior y candidato a La Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba. También reconoció el impulso dado por todos los demócratas y «los ciudadanos que confían en este país y su futuro».
En un acto en el que también intervinieron el secretario general de los socialistas gallegos, Manuel Pachi Vázquez, y el alcalde de Lugo, José López Orozco, quienes también tuvieron palabras de reconocimiento al trabajo llevado a cabo en Galicia por los líderes nacionales, Blanco hizo una intervención enérgica que se convirtió en un extenso discurso de agradecimiento al trabajo de Rodríguez Zapatero, al que definió como el presidente de «la paz, de los derechos, de las políticas sociales, de las libertades y el que más ha hecho por Galicia». El portavoz del Ejecutivo recordó que la única imagen que se conserva de Rajoy en Galicia responde a la marea negra llegada con el Prestige, «cuando decía que eran hilillos de plastilina. Es el único recuerdo que tenemos de él en Galicia», espetó.
Blanco no hizo mención alguna al caso Campeón, si bien a primera hora de la mañana respondía en una entrevista en la televisión pública gallega a las últimas revelaciones publicadas ayer por EL MUNDO.El ministro dijo que «es una falsedad, y por lo tanto quedará probado que es falso», el supuesto pago por parte del empresario Jorge Dorribo de una comisión de 200.000 euros en metálico a su primo Manuel Bran en la gasolinera de Guitiriz (Lugo).Esta cantidad, según declaró Dorribo en el juzgado, era la condición que le impusieron a cambio de que Blanco le permitiera subir en su coche oficial y pedirle favores.
El portavoz del Gobierno afirmó que, «cuando pueda», emprenderá acciones judiciales «contra aquéllos que difamaron y contra aquéllos que lo único que tratan es de implicarme en un asunto a partir de la falsedad». También sostuvo que «quedará demostrado quién está detrás de Dorribo y de la falsedad».
Blanco volvió a insistir en que quien vierte las acusaciones contra él «estuvo detenido y encarcelado por falsedades y por fraude». El ministro se limitó a afirmar que todo lo relativo a las acusaciones por las que se ha visto salpicado en relación con el caso Campeón a partir de la declaración de Jorge Dorribo «quedará clarificado» y que «lo único cierto es que el Gobierno de España no concedió subvención alguna al empresario». Según José Blanco, «la única verdad es que el Gobierno de Galicia sí le concedió ayudas».
El ministro descartó que las acusaciones vertidas contra él afecten a su relación con el partido o a la campaña de cara a las elecciones, al considerar que «todo el mundo es consciente de que es una falsedad». Blanco explicó que continua haciendo su trabajo político, algo que, apuntó «es, posiblemente, lo que molesta a algunos».
«Si fuese candidato del PP, no iría en las listas»
«Blanco y en botella», ironiza María Dolores de Cospedal
El escándalo sobre los pagos del empresario Dorribo al primo de José Blanco, minutos antes de la peculiar parada del ministro de Fomento en una gasolinera gallega, fue un asunto que se coló por la puerta grande del Comité Ejecutivo Nacional del PP, ayer en Santiago de Compostela.
Nada menos que la número dos del partido, María Dolores de Cospedal, lo introdujo en su intervención a puerta cerrada. La secretaria general dijo que si el caso Blanco se hubiera producido en el PP, el escándalo habría sido tal -particularmente alentado por el PSOE- que el afectado, o sea, el ministro, no habría ido en las listas. Cospedal repitió esta idea a la salida de la reunión. En declaraciones a este diario afirmó: «Si fuera candidato del PP, no iría en las listas: Blanco y en botella».
Antes que ella, y en los momentos previos a la reunión, fue el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, el encargado de poner el cascabel al gato socialista y gallego. «Lo que está claro», dijo en referencia tácita a Blanco, es que hay «otros» que, si militasen en el PP, «no serían diputados en este momento, ni irían en ninguna lista».
Por su parte, el alcalde de La Coruña y presidente del PP en la provincia, Carlos Negreira, declaró que hay «dos formas de actuar», en alusión a la dimisión del diputado autonómico popular Pablo Cobián, presuntamente implicado en el mismo caso.
El escándalo desatado sobre Blanco fue la comidilla de los corrillos populares, a pocas horas de que el ministro visitara Galicia -concretamente Lugo-, junto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en campaña electoral.
Sin distinciones, los miembros del Comité Ejecutivo del PP abogaban por la dimisión del antiguo secretario de Organización socialista. A la salida, el vicesecretario de Política Autonómica y Municipal, Javier Arenas, declaró que el ministro de Fomento «debió haber renunciado a su cargo hace ya días». «No puede explicarse su candidatura», añadió en relación con los hechos desvelados.
También Miguel Arias Cañete, el presidente del Comité Electoral Nacional del PP, se apuntó a la sugerencia de que Blanco «se aplique la misma vara de medir que él mismo quiso aplicar al señor Camps». Una idea muy repetida por los populares, como Celia Villalobos: «Blanco debe irse a su casa porque ha hablado demasiado. Quien habla tanto, mucho yerra, y él fue quien pidió la dimisión de un señor al que se suponía que le habían dado tres trajes», decía la número uno del PP por Málaga, antes de advertir: «...Y me da la sensación de que van a salir más cosas contra él».
Por su parte, también el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, entró ayer en liza en Santiago: «Si Blanco no dimite, son los españoles los que le van a dimitir a partir del 20-N».
El TSJ devuelve el caso al juzgado
El Tribunal Superior de Justicia de Galicia anunció ayer que se inhibe en el 'caso Campeón' por falta de competencia, tras haber perdido la condición de aforados de los ex diputados autonómicos Pablo Cobián (PP) y Fernando Blanco (BNG).
La renuncia de ambos a su acta en el Parlamento gallego permite al tribunal devolver la causa al Juzgado de Lugo. Los dos parlamentarios dimitieron poco después de que EL MUNDO publicase que el empresario Jorge Dorribo les había acusado, en su declaración ante la juez, de haber recibido comisiones por agilizar trámites administrativos.
El tribunal tomó la decisión de inhibirse en la causa vinculada a Fernando Blanco el pasado 24 de octubre, mientras que fue ayer lunes cuando lo hizo en lo tocante a Cobián. Así, la causa relativa a los dos ex parlamentarios regresará al Juzgado de Instrucción número 3 de Lugo, que dirige la juez Estela San José, que coordina la 'operación Campeón', sobre una trama para defraudar subvenciones públicas. La magistrada prorrogó el secreto de sumario hasta el 12 de noviembre, fecha en la que tendrá que decidir si alzarlo o ampliar la prórroga nuevamente. El ministro y portavoz del Gobierno, José Blanco, reclamó en su día la apertura parcial, según él para poder defenderse.
Y siguen y siguen las corruptelas esto no para..., que pena de políticos, asi está el pais podrido por culpa de los de la casta.
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