El colectivo de reclusos considera que son un «chantaje» que sólo busca crear «grietas»
ETA no quiere que sus presos se arrepientan de sus crímenes. Al menos, no para optar a beneficios penitenciarios que les permitan aliviar o acortar sus condenas. La banda intenta frenar las cada vez más numerosas salidas y desmarques de algunos de sus más significados miembros tras arrepentirse de sus actos o incluso de trasladar un perdón expreso a sus víctimas. La consigna que el colectivo de reclusos etarras (EPPK) ha trasladado recientemente a todos los reclusos de la banda les disuade de acceder a los beneficios penitenciarios previstos en la legislación penitenciaria porque obligan al arrepentimiento y suponen, según ETA, aceptar un «chantaje». El EPPK considera que este tipo de medidas de gracia no ha hecho sino provocar «grietas en la cohesión» del colectivo.
ETA considera que se trata de una legislación que se les impone con el único objetivo de «destruir al preso». Más aún, insta a los reclusos a que sólo se acojan a ellas en situaciones excepcionales y, en la mayoría de los casos, de modo colectivo, no individual. En el documento se detalla qué tipo de comportamientos autoriza a sus presos y cuáles prohíbe. Así, limita a casos de enfermedad grave la posibilidad de solicitar el acceso a un tercer grado, la liquidación de una pena o reclamar la prisión atenuada.
Entre las prohibiciones, ETA incluye la de facilitar la toma de muestras de ADN. Tampoco permite a sus presos, salvo algunas excepciones, que acepten pagar indemnizaciones o solicitar un destino en que cualquier otra prisión que no sea del País Vasco o Navarra.
El documento incorpora incluso modelos de solicitud en nombre del EPPK para determinadas peticiones, como el acceso a la libertad condicional. Es este beneficio penitenciario uno de los puntos más delicados para ETA, ya que la actual legislación penal establece que, además de haber cumplido las tres cuartas partes de la pena, el preso debe acreditar una buena conducta y tener pronóstico individual de reinserción favorable. Este último requerimiento conlleva haber mostrado signos inequívocos de haber abandonado «los fines y los medios terroristas». Un rechazo que suele avalarse mediante una declaración expresa de repudio de sus actividades delictivas, además de una petición expresa de perdón a las víctimas, informa Vasco Press.
Las directrices que traslada ETA a sus presos también incluyen el modo en el que deben comportarse ante los tribunales y la Policía. Se les recuerda que, «si es posible», deben mantener silencio ante los agentes y siempre ante los jueces. Por último, se rechaza poder alcanzar acuerdos con las acusaciones durante un juicio y se les exige que no declaren ningún detalle sobre el funcionamiento de ETA ni que pueda afectar a otros miembros de la banda.
Ya van tirando de las orejas, marcando las pautas, como siempre hacen cuando están en negociaciones.
ResponderEliminarNo nos merecemos un gobierno que nos mienta(palabras dichas por rubalcaba).