FERNANDO LÁZARO / Madrid / El Mundo
06/05/2011
Alberto Moya, secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y Francisco García, presidente de la Unión de Oficiales, comparecieron ayer para denunciar lo que consideran que es una presión insoportable por parte del Ministerio del Interior. Reclaman derechos para los guardias civiles. Hablan con el mismo tono que las víctimas del terrorismo: «Los guardias civiles solo queremos dignidad, respeto y justicia».
Y advierten que si el Ejecutivo de Zapatero sigue en su línea de no desarrollar la normativa de derechos y deberes en el Instituto Armado, «volveremos a salir a la calle y convocaremos otra gran manifestación en Madrid».
Libertad de expresión
Recuerdan que cada vez que los guardias civiles emplean su libertad de expresión, tratan de manifestarse o convocan actos de protesta, desde el Departamento dirigido por Rubalcaba se responde con expedientes disciplinarios a los organizadores, una presión con la que se trata de «cerrar la boca» a los representantes de las asociaciones.
Justo ayer, el Ministerio del Interior notificó la apertura de otro expediente disciplinario al presidente de la Unión de Oficiales por criticar la falta de transparencia del Ministerio en las cifras de criminalidad.
Desde que las asociaciones tomaron las calles, los expedientes disciplinarios contra ellas se han multiplicado. Y todos por falta grave o muy grave, que puede aparejar la expulsión del Cuerpo.
Moya y García recordaron ayer que de los 15 miembros que componen el Consejo de la Guardia Civil, ocho están expedientados por el ministro del Interior. En concreto, cinco de los nueve representantes de AUGC, dos de la Unión de Guardias Civiles y uno de la Unión de Oficiales.
Pero también hicieron balance global desde la llegada del PSOE al Gobierno en 2004. Desde esa fecha y hasta hoy, Interior ha abierto más de 200 expedientes disciplinarios contra los representantes de los guardias civiles.
Pues ánimo y a plantarles cara a estos que dicen que son socialistas, que no lo son, que dicen que son obreros, que tampoco lo son, y mucho menos españoles, porque si no no la maltratarían como lo hacen.
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