CARLOS SEGOVIA / Madrid/ El Mundo
El Gobierno aprobó ayer un destino relevante para la funcionaria clave del caso Alakrana: será la nueva embajadora ante la Santa Sede.
María Jesús Figa era la subsecretaria del Ministerio de Exteriores cuando fue apresado el atunero vasco Alakrana por piratas somalíes y ordenó una transferencia irregular en vísperas de la liberación.
El 12 de noviembre de 2009, Figa ordenó transferir «de modo inmediato» 500.000 euros al entonces embajador español en Kenia, Nicolás Martín-Cinto, con cargo a la caja del Ministerio para gastos generales. Martín-Cinto era el diplomático encargado de la negociación del rescate del Alakrana.
Cinco días después de la transferencia ordenada por Figa, el atunero fue liberado «tras el pago de un rescate», según exhibieron los propios piratas y no negó el armador. No quedó rastro del dinero transferido por Exteriores, ni hay justificantes en la Embajada de España en Kenia sobre qué «gastos generales» fueron efectuados con el medio millón de euros y tampoco en la sede del Ministerio.
Ante esta situación, el interventor delegado del Ministerio, Faustino Fraile, emitió el pasado 16 de junio un insólito «informe especial» en el que denunciaba que la transferencia había vulnerado la Ley General Presupuestaria y que, además, faltaban 146.000 euros en caja.
No faltaba la totalidad porque unos meses antes, en abril de 2010, un donante no identificado depositó el resto en la cuenta de Exteriores en el BBVA en Madrid. El interventor asegura en su informe que no se sabe quién fue y lo anotó como una más de las irregularidades del caso.
Posteriormente, ya a finales del pasado año, después de que EL MUNDO publicara el escándalo de la transferencia y que faltaba dinero en la cuenta del Ministerio, un agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) depositó los 146.000 euros que faltaban, según las fuentes consultadas por este diario.
Entre medias de todos estos hechos, Figa fue destituida en el cargo por el entonces titular, Miguel Ángel Moratinos, en septiembre de 2010.
Trinidad Jiménez reemplazó en octubre a Moratinos y, desde entonces, la ex subsecretaria se encontraba a la espera de destino. Su nueva etapa comenzó ayer al ser promovida a una de las embajadas consideradas sensibles por el Gobierno: la representación ante la Santa Sede. El ex alcalde de La Coruña Francisco Vázquez y el ex director del CNI Jorge Dezcallar, son los predecesores de Figa en ese puesto desde que el PSOE volvió al poder en 2004.
El caso Alakrana nunca ha sido explicado por el Gobierno. Jiménez se limitó a asegurar que no existe ninguna prueba documental en el Ministerio que vincule al rescate tan extraña transferencia. Y en la comisión parlamentaria de asuntos reservados afirmó que se había arreglado el desfase en la caja del Ministerio, sin dar más detalles.
El nombramiento de Figa es, por otra parte, un hito en la historia diplomática española. Se trata de la primera mujer embajadora ante el Vaticano y presentará sus cartas credenciales a Benedicto XVI el próximo sábado.
Nacida el 26 de abril de 1951 en Barcelona, es licenciada en Derecho e ingresó en 1978 en la carrera diplomática. Con amplia experiencia, ha estado destinada en las representaciones diplomáticas españolas en Costa de Marfil, México y Lisboa y ha sido vocal asesora en la Dirección General de Política Exterior para Europa y América del Norte y en el Departamento Internacional y Seguridad del Gabinete del presidente del Gobierno.
Como se ve, cuanto mejor cumples en las artimañas del gobierno, este mejor te trata, son todos de la kgb.
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