jueves, 14 de abril de 2011

El 'tedax' clave en el traslado de los restos del 11-M dice que él no estaba


Todos los agentes de la Brigada de Madrid lo señalaron como el hombre de Manzano en la estación de Atocha, pero él asegura que no salió de la Unidad Central ese día

Zapatero embusteroEl inspector jefe al que todos los artificieros de la Brigada de Madrid identificaron ante la juez como el hombre de confianza en la estación de Atocha del ex comisario jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano contradijo ayer esos testimonios -al menos, cinco- y aseguró que él nunca estuvo allí el 11-M, sino que se quedó en la Unidad Central analizando la información que sus compañeros iban recabando.

El ex policía Rogelio Campos -un especialista en NBQ que, desde que dejó los Tedax, disfruta de un puesto de directivo en Repsol- intentó rebatir la versión que han ofrecido a la juez que investiga la actuación de Sánchez Manzano sus compañeros de la Brigada de Madrid. Éstos afirmaron que el ex comisario jefe ordenó trasladar a la Unidad Central -la que él dirigía- todos los restos de explosivo recogidos en los trenes, aunque lo habitual era que se enviasen a la sede de la brigada.

Zapatero embustero Los tedax de Madrid, según su declaración, respondieron a Manzano que había que etiquetar las muestras para determinar quién, cuándo y dónde se habían recogido, y que no hacerlo así rompía «la cadena de custodia». La respuesta del ex comisario jefe, en palabras de los artificieros, fue: «Aquí mando yo».

Al menos cinco agentes de la Brigada de Madrid -todos a los que se les preguntó- identificaron además a Rogelio Campos como el inspector jefe que dirigió en Atocha el traslado de muestras a la Unidad Central. Según dijeron, era el agente de mayor rango jerárquico de los que se habían desplazado a Atocha, con la única excepción del propio Sánchez Manzano. Añadieron que pudieron verle asesorar al ex comisario -que no tenía formación en Tedax- sobre cómo llevar a cabo esa tarea y que fue él quien transportó en persona esos restos en una furgoneta de la marca Nissan Terrano.

Pues bien: pese a esa identificación tan precisa, todo lo negó ayer Rogelio Campos. Fuentes jurídicas presentes en su declaración informaron de que el ex policía insistió en que no es «anómalo» ni «va en contra de ningún protocolo» que las muestras se trasladen a la Unidad Central, en que Manzano no ordenó que se destruyesen y, sobre todo, en que no es cierto que él pasase ni un solo minuto de aquel día en la estación de Atocha. Dijo que se quedó en la Unidad Central analizando información para precisar cuánta carga explosiva habían utilizado los terroristas.

Zapatero embustero Es más: inicialmente, también desmintió que hubiese llamado a un tedax de la Unidad Central desplazado a Téllez, tal y como había declarado este agente, que relató cómo Campos le pidió que le pasase el teléfono a su superior en ese foco y cómo, a partir de ese momento, los restos comenzaron a trasladarse a la sede del grupo de Sánchez Manzano. El testigo aseguró ayer, primero, que él no hizo esa llamada y, después, que puede que sí, pero que no recuerda su contenido, según fuentes jurídicas de la acusación.

En lo que sí fue preciso fue en la identificación del agente encargado de recepcionar las muestras en la Unidad Central: habría sido el inspector Larios del Toro. La juez había negado al letrado de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, José María de Pablo, la posibilidad de interrogarle de nuevo, porque ya había comparecido dos veces antes de que se revelase ese dato. Por esa razón, esta acusación se plantea citarle de nuevo, para aclarar el nudo gordiano de la imputación de Manzano: cómo es posible que, si se recogieron cientos de muestras de explosivo en los focos, al tribunal del 11-M sólo llegasen 23 piezas minúsculas lavadas con acetona.

Ayer también declaró el agente Ríos Calvo, que era inspector de la Unidad Central el 11-M y que sólo aportó que él permaneció unas horas en El Pozo, pero que se marchó antes de la recogida de muestras.

1 comentario:

  1. Gorbachov, miente como un bellaco, porque los demás dijeron que si.
    Espero que los de la kgb que estén implicados, tarde o temprano, paguen por ello.
    Espero que sus conciencias les pasen factura.

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